“Cuando alguien te dice “mi reina” me tienes que atender primero”- Magdalena “N”. Recepcionista en empresa hotelera, víctima de discriminación.
Aranxa Albarrán
La discriminación en el mundo se presenta en cada uno de los sectores que conforma a la sociedad. Es bien sabido que en el mundo, el rechazo a una persona por su aspecto físico, su raza, el color de su piel o sencillamente por ser varón o mujer, son considerados como elementos suficientes para denigrar la integridad del ser.
De acuerdo a lo mencionado por el Instituto Nacional de las Mujeres en México, el término está conceptualizado como una forma de violencia pasiva, la cual puede conllevar a una agresión física. “Quienes discriminan designan un trato diferencial o inferior en cuanto a los derechos y las consideraciones sociales de las personas, organizaciones y estados.”
Nuestro ambiente cotidiano y cuestiones de globalización, nos han llevado a confluir en espacios donde personas con diversas culturas y modos de vida, se apropian de un espacio para actuar como residentes o como sujetos de paso, los cuales consciente e inconscientemente, reproducen su estilo de vida y cultura en éstos.
El sociólogo Pierre Bourdieu expresaba que el capital -en cualquiera de sus formas- es relativo al poder y su distribución, el cual configura la estructura social, es decir “el capital social es presentado como un multiplicador que permitiría explicar diferencias en los rendimientos producidos por el capital económico o el cultural.” (Capdevielle, 2013).
Dependiendo de nuestro poder adquisitivo, de dónde provenimos y del tipo de círculo social al cual pertenecemos o en el que mayoritariamente confluimos, asimismo nos expresaremos y actuaremos con todo lo que nos rodee.
El trato hacia los demás entonces, es el resultado preciso de lo que consideramos correcto, en el sentido cultural en el cual nos hemos desenvuelto la mayor parte del tiempo. La discriminación y violencia son un reflejo de ello y distintos grupos sociales lo padecen cada día.
Cierta mañana del mes de septiembre del presente año Magdalena “N”, ex recepcionista de una empresa de hospedaje en la ciudad de Toluca, compartió en entrevista, algunas vivencias y experiencias de compañeros suyos tanto varones como mujeres, los cuales vivieron esta problemática. La languidez de su voz, delató un desagrado y lamento al recordarlas.
“Me tocó atender a un grupo de personas españolas, los cuales se portaron prepotentes, comenzaron a exigirme atención al mismo tiempo, por lo que al verme confundida uno de ellos me dijo: <<a mí me vas a atender primero, mi reina. Cuando alguien te dice “mi reina, lo tienes que atender primero.>> Por supuesto que molesta, sin embargo, yo creo que eso es algo que padecemos en general en nuestro sector (turístico). Los trabajadores se tienen que aguantar por necesidad al trabajo y también las personas que viajan y hacen uso de un servicio, creen que porque van a pagar tienen el derecho de tratarte como quieran.”
El rechazo puede verse reflejado tanto de parte de quienes atienden como de aquellos que laboran con una jerarquía superior. No obstante, las problemáticas laborales se centran también en un tema que ha ido viéndose con más frecuencia en la sociedad: la violencia de género.
De acuerdo a lo que menciona el Instituto Mexicano de Seguridad Social, “se conoce como violencia de género al maltrato que ejerce un sexo hacia el otro, que puede ser de hombre hacia la mujer o viceversa.” El hartazgo de parte de la comunidad femenina, ha desarrollado una serie de protestas a lo largo del año, con el objetivo de exigir un respeto hacia su integridad. Empero, no solo las mujeres son las que padecen la problemática, pues aunque no sea ampliamente mencionado, los varones por igual, son víctimas de ello.
Mientras Magdalena tomaba un respiro y se percibía consternada, evocaba situaciones de violencia durante su tiempo laboral sufrido por sus compañeros:
“Atendí a un hindú que era un empresario de productos lácteos, se le dio una de las mejores habitaciones. Sin embargo, una de sus primeras noches, solicitó a la encargada de limpieza que permaneciera en su habitación mientras él trabajaba, pero ella de inmediato avisó al personal para sentirse protegida. La noche siguiente, fue capaz de ofrecerle dinero a una de mis compañeras de recepción para que pasara la noche con él. Por supuesto que no aceptó, y esto hizo que ella se sintiera muy insegura. Son cosas que nunca deberían de callarse.”
Durante su tiempo como jefa de área, de la misma manera que su compañera, un empleado también dedicado a la limpieza de cuartos, se vio acosado por una mujer extranjera, obligándolo a tener relaciones sexuales con ella. El empleado era menor de edad, por lo que la situación era más grave. El aviso y la atención inmediata de la empresa, ayudaron a la víctima con la sanción de la huésped. No obstante, Magdalena asegura que este tipo de problemas, solamente refuerzan la inseguridad que se vive y la importancia de la unión entre cada una de las áreas que conforman a la empresa.
En el último registro de censo del INEGI en 2015, se registró 20 mil 762 muertes por homicidio en el país, de las cuales 18 mil 293 fueron de hombres y dos mil 383 de mujeres. En México entre 10 y nueve mujeres sufren violencia de género cada día, en su mayoría de veces, según lo señalado por la Organización de las Naciones Unidas, son asesinadas. Tan solo el año pasado más de 300 mujeres fueron víctimas de abuso sexual.
A pesar de que existen puntos de protección al trabajador en situación de acoso u hostigamiento sexual por parte de la Ley Federal de Trabajo y el Código Penal Federal, la Secretaría de la Función Pública estima que solo se tiene denuncia del 40 por ciento de los casos. Por lo que el silencio y el temor, sigue imperando.
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