¿Cómo Capitalizar el Deseo Reprimido de Volver a Estudiar y a Trabajar?
En un hecho insólito al interior de las familias mexicanas, se va intensificando el deseo reprimido de niños, jóvenes y adultos por volver cuanto antes a las actividades escolares, laborales, deportivas, sociales y recreativas, por lo que vale la pena analizar las formas de capitalizar este enorme deseo generado por el prolongado confinamiento a que nos ha obligado la pandemia del Covid-19.
Lo primero a considerar es que el retorno a la nueva normalidad será en un ambiente de riesgo permanente y por ello está programado para darse de manera progresiva, y por lo tanto ante el ferviente deseo por dejar el encierro casero, el riesgo de contagio de coronavirus será mayor si no se extreman las precauciones, precisamente para controlar el desbordado ímpetu por volver a la actividad.
Será obligado cobrar plena conciencia del desajuste emocional que llevaremos a la hora de volver a socializar en la escuela, en los centros de trabajo, en los espacios deportivos y en los sitios de diversión, pues estar enclaustrados por lapsos prolongados no es propio de la naturaleza humana y por lo general minimiza la espontaneidad, coarta la creatividad, se pierde la identidad individual, y genera descuido en las actividades rutinarias.
Algo que no podemos perder de vista son las situaciones que podemos y debemos capitalizar en los reencuentros de la nueva normalidad, tales como agilizar el trabajo en equipo, el deseo por privilegiar la calidad de los trabajos, la disciplina por adoptar comportamientos de cuidado de la salud y la seguridad personal y colectiva, la valoración de los recursos naturales como fuentes de vida y aliados indispensables para la salud integral de las personas.
“La recuperación va a ser muy lenta, y nos tocará empezar poco a poco, pero poniendo nuestro mejor esfuerzo y sobre todo una buena actitud frente a la adversidad”, aconseja la acupunturista Mará Elena Díaz Villacís.
“Vivimos tiempos de miedo con información errónea, miedo a lo que está sucediendo y a lo que podría suceder después, y eso nos obliga a tener presente siempre que todo esto pasará”, advierte la psiquiatra Paula Vernimmen.
La alegría por vivir debe ser entonces, nuestro mayor motor para ir al reencuentro.
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