“Un estado en guerra sólo sirve como excusa para la tiranía doméstica”. Aleksandr Solzhenitsyn. 

Don Dámaso  

Mano ganadora: El Gobernador Alfredo del Mazo sigue enrachado con tiros de precisión, privilegiando los hechos por encima del discurso. El afortunado anuncio de la puesta en marcha de 284 brigadas con 852 especialistas para aplicar pruebas a personas sospechosas de padecer COVID-19 en todas las regiones de la entidad, sin duda, es todo un acontecimiento que merece ser reconocido y difundido. 

As de espadas: Buen respaldo de Claudia Sheinbaum para Omar García Harfuch, Secretario de Seguridad Ciudadana; respecto al atentado expresó: “…lo que muestra es que hay un gran trabajo”. Sin duda es una gran labor, como desde hace 20 años no se venía haciendo en la CDMX, y eso comprueba una vez más, que no es cosa de partidos, es de personas, ya que cuando  realizan su trabajo con seriedad y congruencia, no hay cabida para la demagogia al más puro estilo de: abrazos, no balazos. 

La Jefa de Gobierno también dijo: “…Tenemos una gran policía que hoy esta encabezada por un gran líder honesto, preparado y valiente”; interesante su mensaje cuando se refirió a “que aquí no hay contra uno u otro grupo”. “De casta le viene al galgo”. Omar García lleva en su ADN la valentía, el patriotismo, el arrojo y el coraje para enfrentar a los enemigos de la sociedad y garantizar la seguridad y el orden público. 

Poniendo las cartas sobre la mesa: “El próximo miércoles, Andrés Manuel López Obrador cumple dos años de haber ganado la elección y sin haber conquistado aún el gobierno.” René Delgado.  

Todo cambio de régimen político impacta a millones de personas sacudiendo sus placas tectónicas emocionales y generando movimientos telúricos oscilatorios y trepidatorios, desde las profundidades del miedo y el pesimismo, hasta los más elevados de optimismo y esperanza. 

El liderazgo populista se vuelve más inquietante cuando se adueña de la angustia y la impotencia, y convierte esas emociones en odio. Es preocupante cuando un Mandatario no ve a los ricos como seres humanos sino como un problema a gestionar. Su insistencia en estigmatizarlos solo abona a la polarización al más puro estilo de las estrategias populistas que prometen a los pobres un arribo a la supremacía social racial, sumado al terror desatado por una pandemia letal que nos mantiene confinados y expectantes, obliga a reflexionar sobre la profundidad del impacto psicológico en los mexicanos, ya de por sí caracterizados por las emociones a flor de piel. 

El confinamiento, la desesperación, la incertidumbre, la impotencia, el desánimo, la frustración, de seguir su tendencia, pudieran dar lugar a un tsunami de pavorosas e impredecibles consecuencias. 

¿Acaso es más importante destinar recursos cuantiosos para cambiar de color el acueducto de “La Rumorosa” bajo el argumento endeble e hilarante de que “afeaba el paisaje” que destinarlos a la lucha contra la pandemia?. La Diputada Federal Mexiquense Laura Barrera, a través de su cuenta de Twitter, lo señaló, haciendo un llamado a la  seriedad en la aplicación del dinero de todos los mexicanos. 

Jugando con las cartas boca arriba: Toda declaración del Embajador de Estados Unidos en México, merece nuestra atención. A través de Twitter aclaró: “Lo que dije es que los inversionistas buscan la certidumbre, y que no hay nada peor que cambiar las reglas del juego”. 

Momento propicio para recordar a otro embajador estadounidense, pero en este caso, en el Chile del inicio de los setentas, sí, justamente el de Salvador Allende, que llenó varias páginas tristes en la historia del populismo latinoamericano que jamás quisiéramos que se repitieran después del 2020, ahí les va. 

Cuando al inicio del mandato de Allende, el diplomático Edward Korry, se preocupó porque el país estaba yendo por mal camino, hizo varios intentos, sin éxito, por explicarle al presidente chileno las reglas básicas de la economía: “ Allende no entendía el problema. Desde el punto de vista de la economía moderna, era un analfabeto. Yo lo digo muy en serio, no bromeo. Me di cuenta de que no entendía el uso moderno de la palabra “capital”; no entendía cuando me refería al “acceso al capital”… Había dos, tres, cinco generaciones de diferencia entre mi lenguaje y el suyo. Así, al explicarle el acceso a la tecnología, el acceso al capital, el acceso a los mercados, no tenía donde apoyarse. Más aún, él estaba seguro de que había descubierto la piedra mágica, y en su opinión, Chile gozaba en 1971 de una gran prosperidad. No podía entender de lo que le estaba hablando. No podía imaginar que la situación en 1971 se debía simplemente a la impresión de billetes. Allende no tenía ni idea de que esta prosperidad era falsa, que los granjeros estaban descapitalizando el campo lo más rápido que podían – cuando traté de explicarle eso, ¡Uy! -, … Y así otras cosas más”. 

Twitter: @dondamaso40

 Foto: Esteban Lopez en Unsplash