El turismo experiencial puede ser un gran aliado para cualquier viajero en esta nueva etapa de reinvención, según Carlos Sánchez, autor del libro “Los 5 pasos del Turismo Experiencial”, define este concepto como “una vivencia satisfactoria que se consigue cuando el individuo atribuye significado a aquello que hace durante su viaje”, en pocas palabras, estas experiencias deben ser memorables y únicas para ser dignas de ser recordadas y contadas.
Aranxa Albarrán
A través de este tipo de turismo se podrá conectar de una forma sentimental y emotiva al viajero construyendo una atmósfera que le brinde la seguridad que está buscando y con base en ello, sean diseñados productos turísticos experienciales que transformen su forma de viajar después del confinamiento.
Destinos alrededor del mundo ya están implementando experiencias, sobre todo locales, que es así como el turismo doméstico va a comenzar a retomar confianza en las personas, por ello es indispensable conocer al viajero y realizar un inventario de todos los recursos con potencial turístico en un destino para generar experiencias auténticas que posiblemente dejen una huella de por vida en las personas.
Es fundamental segmentar al tipo de turista que converge en un lugar, puesto que ya no comparten las mismas exigencias ni experiencias a aquellos visitantes del 2019 tras el efecto Covid-19, por ello se debe encontrar la forma de relacionarse con esta nueva segmentación y responder a sus necesidades.
Los destinos turísticos tendrán que desarrollar nuevos protocolos de seguridad y saneamiento en tours, alojamientos, restaurantes, actividades para brindar seguridad y salud a todos sus clientes sin dejar de lado la experiencia de viaje.
Una opción es identificar todos aquellos recursos y atractivos turísticos del destino que ayuden a crear una impresión sensorial, genuina y emocional; para ello, crear un mapa de recursos emocionales en donde se genere una jerarquía de atributos como los valores que brinda esa actividad, los conocimientos que se pueden aprender, la autenticidad de la experiencia al hospedarse o diversas actividades dentro de un lugar turístico como probar un platillo o visitar un monumento histórico, esa inmersión será un trampolín que permita la creación de experiencias que sin duda dejará una marca para toda la vida, ya que serán las primeras vacaciones después del confinamiento.
Se necesita un equilibrio para activar el cúmulo de experiencias en los nuevos viajeros, es así que es fundamental que se lleven a cabo tres factores clave cuando se tenga que generar los primeros puntos de contacto, estos son:
- Factor Sensorial: Trata de crear experiencias inmersivas a través de la vista, el oído, el tacto, el gusto y el olfato para que estas puedan provocar un sentimiento a los viajeros y cambien sus estados de ánimo, creen un nuevo pensamiento analítico, actúen respecto a lo vivido y lo apliquen en su estilo de vida mediante interacciones de contacto y se relacionen con el entorno. Las personas son capaces de olvidar lo que se dice o hace, pero nunca olvidarán cómo las hiciste sentir.
- Factor Diseño: Este factor debe estar alineado de acuerdo a lo que la empresa o establecimiento turístico quiere proyectar, prioriza la inyección de emociones que impacten a la vista, busca la armonía en colores, perspectivas, los elementos que se integren entre sí y cuenten historias.
- Factor Social: Sin duda un factor muy importante, una vez que comiencen a reservar, los viajeros indudablemente van a buscar empresas que brinden seguridad, sanidad, grupos pequeños y que sin duda después de todo lo que se vivió en las redes sociales acerca de la recuperación de la naturaleza, el ecoturismo o turismo rural va a tomar repunte.
Actividades como cocinar comida local, hospedarse en alojamientos sin aglomeraciones, tours privados, actividades espirituales, pueblos con encanto, tours de naturaleza, son algunos ejemplos que van a reactivar la economía interna de cada localidad.
Foto: Aranxa Albarrán
