La ciudad de Toluca cuenta con 873 mil 536 habitantes de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía en su último aporte en el año 2015, por consiguiente hoy en día el crecimiento poblacional pudo haber aumentado entre un 2.02 a 3.24 % considerando la tasa de crecimiento por década, según estudios realizados por la el Instituto de Información Pública de Oficio Mexiquense (IPOMEX), lo cual equivale a 152 mil 965 personas por año.
Aranxa Albarrán
Derivado de lo anterior, la infraestructura y la configuración sociodemográfica alude a una sobresaturación de espacios. Si bien es cierto, la capital del Estado de México es la tercera ciudad de la entidad con más densidad poblacional detrás de Nezahualcóyotl y Ecatepec, abarcando el 5.43 % respecto a la población total (COESPO, 2019), también es cierto que su condición territorial ha sido poco planeada puesto que se tiene una apropiación de espacios de parte de la ciudadanía de manera descontrolada, tales como los cerros de la periferia.
La historia del aumento de ciudadanos, derivan de diversos acontecimientos como terremotos o también, el exceso de habitantes en ciudades colindantes, especialmente la Ciudad de México, resultando en la inmigración intensificada de personas al territorio. Es así que contar con el espacio idóneo para la aplicación de una sana distancia resulta ser un privilegio que no todos pueden cumplir.
Los siguientes relatos se centran en la perspectiva del distanciamiento social entre los ciudadanos, las entrevistas se realizaron en tres distintos puntos mayoritariamente de gran afluencia social (Paseo Colón, Centro Histórico y Avenida Morelos) respondiendo a las siguientes preguntas: ¿De qué manera atiende usted al distanciamiento social?, ¿Cuál es su perspectiva sobre la afluencia de las personas en la vía pública?, ¿Considera que las personas han atendido a las medidas de distanciamiento social? y ¿Cuál sería un factor que impide realizarlo?
Carlos Hernández en Paseo Colón (Contador, 45 años)
Trato de estar el menor tiempo posible en la calle, porque la verdad a la gente no le importa y se sigue paseando como si no pasara nada. Salgo a lo indispensable, hoy tuve que hacer un deposito en el banco, por eso tengo que estar en la fila de espera donde como pudiste darte cuenta, estamos más de quince personas, algunas respetan los signos de tache que están colocados en el piso permitiendo una distancia entre uno y otro, pero de los quince, por ejemplo, solo cuatro o cinco note que lo respetábamos.
Cuando inició el encierro, la verdad es que se veía mucho menos gente, ahora desde hace como una semana más o menos y desde que ya está cercana el final de la cuarentena, ya empieza otra vez a salir la gente y a llenar las calles. Entonces no creo que la mayoría sea responsable de respetar la sana distancia. Además de que, seamos honestos, no todos los lugares tienen el espacio para hacerlo, hay farmacias o los bancos por ejemplo, que en la parte de afuera te formas bien con la posibilidad de no estar muy junto a alguien, pero ya cuando entras a los cajeros, todos nos acercamos más porque el espacio es reducido, aunque nos moleste, deberíamos de entrar de uno en uno
Georgina Cienfuentes en Avenida Morelos (Ama de casa, 34 años)
Mi esposo y yo tratamos de estar en casa casi todo el tiempo, hoy me encuentras aquí porque vine por algo de despensa y en el super tenemos que tomar distancia entre una persona y otra cuando vamos a pagar en las cajas, se colocaron unas cintas de “masking” pero bien pocos le hacen caso. Aquí el riesgo no es que uno no atienda a lo que nos dicen, sino que mucha gente es imprudente y cuando menos te das cuenta ya los tienes pegados a ti, valiéndoles los señalamientos. Y sí, cada vez que salgo veo más personas, como que sienten que entre más pasan los días, más oportunidad hay de salir pero no es así, al menos tengo entendido que es cuando más alerta de contagios hay. Yo creo que algo que se debe hacer para que respetemos todos, es que exista más vigilancia de las autoridades o que el mismo personal de las empresas esté checando constantemente si cumplen los clientes o no y con la pena, a los que no, mejor hay que correrlos del lugar, aunque se molesten.
Fabián González en Centro Histórico (Ingeniero, 28 años)
Yo trato de atender al distanciamiento sin estar en lugares con mucha gente, por ejemplo como no tengo carro, trato de utilizar lo menos posible el transporte público porque voy a ver a mis hermanos que están enfermos y soy quien les ayuda a suministrarse de lo que necesiten, pero es casi imposible que se respete la distancia de los usuarios y esto visto en todos los tipos, sobre todo en los taxis colectivos. En mi experiencia, me han tocado choferes que siempre suben a las cinco personas permitidas, lo que nos hace estar a todos juntos de manera obligatoria y aquí tanto es responsabilidad del usuario, como la es del chofer. Nosotros podemos evitar subirnos si va muy lleno o bajarnos antes de que se llene todo y ellos dejar de subir a la gente sin importarles si se llena o no. Además no todos usan por lo menos el cubrebocas, la gente no entiende que existen los asintomáticos y que aún sin saberlo, podemos estar contagiados.
Por ejemplo, yo salgo a correr todos los días pero trato de hacerlo a una hora donde no hay mucha gente, a las siete de la mañana o ya más tarde como entre seis y ocho de la noche para evitar cruzarme con mucha gente, aunque eso nos da a saber que una buena cantidad de personas no está atendiendo las indicaciones de quedarse en casa y te argumentan que es porque es necesario, pero la verdad es que en muchos, es un pretexto más. Tal vez las multas a los que andan por la calle sin razón, deberían de ser aplicadas, pero que sea una buena cantidad de dinero para que pese.
El Estado de México, es una de las entidades con mayor número de casos de COVID-19 en su población y de los 125 Municipios solamente ocho son considerados de esperanza, en tanto que no presentan ningún caso, dichos sitios han empezado el desconfinamiento desde el 18 de mayo. No obstante, una gran parte de los residentes labora en Municipios contaminados, especialmente en la ciudad de Toluca, por lo que considerando la falta de atención de la población hacia el respeto de sana distancia, los espacios que impiden realizarla y las autoridades que no supervisan la aplicación de esta, los territorios considerados limpios, seguirán teniendo afectaciones económicas y sociales al no tener libertad de desplazamiento aun cuando su residencia lo permita.
Las áreas de oportunidad son varias: aplicaciones de penalización a ciudadanos por confluir en espacios cerrados con más de un integrante por familia, penalización a quien no respeta los señalamientos de cuidado al distanciamiento social, elaboración de planes en establecimientos con espacio reducido para respetar una distancia mayor a metro y medio entre los individuos permitiendo su buen funcionamiento y mitigue mayor número de pérdidas de ingresos, y una mejor educación civil desde organizaciones públicas, privadas y académicas para la concientización del respeto e importancia de guardar una distancia considerable entre las personas. Evidentemente el derecho al espacio físico y social, no es igual para todos.
Foto: Aranxa Albarrán
