Esther Salas Miranda, dueña de la pastelería “Las Tacitas”, ubicada en José Vicente Villada 202; es un claro ejemplo de lucha y que no existen impedimentos para hacer lo que uno más ama, porque a pesar de una condición de salud especial, ella sigue vendiendo sus pasteles.
Luz Gutierrez
Desde de que tenía 10 años empezó a elaborar pasteles, enseñanza que aprendió gracias a su papá; sin embargo, éste oficio lo ejerció hasta cuando se casó para mantener a su familia.
“La pastelería “Las Tacitas” tiene 10 años de existencia, pero detrás de ésta tienda, existió la pastelería “Tiffany’s” y la “Rosita”, que suman ya 40 años” comenta Esther.
A pesar de la falta de apoyo y de dinero, doña Esther logró hacer crecer su negocio y sacar adelante a sus hijos, gracias al sabor y calidad de sus pasteles.
Sin embargo desde hace dos años, Esther Salas fue diagnosticada con debilidad visual, lo que significa que solo puede ver, o distinguir con dificultad, algunos objetos a una distancia muy corta pero esto no ha sido impedimento para seguir haciendo lo que más le gusta.
“Mi mayor reto ha sido desde hace dos años, es que yo soy débil visual, y eso no me ha detenido para seguir adelante aunque he tenido que hacer unos cambios con el personal y cuestiones administrativas” agregó.
Para la dueña de la pastelería “Las Tacitas” su condición le ha ayudado a valerse más por sí misma.
“Si bien es cierto que no tengo mis ojos al cien por ciento pero tengo mis manos, tengo mi paladar, tengo mi memoria, y creo que he desarrollado otras aptitudes, lo cual, le doy gracias a Dios por darme la sabiduría para poder seguir adelante” mencionó.
Cabe destacar que todo el personal de la pastelería “Las Tacitas”, son mujeres y son quienes han apoyado a doña Esther a mantener su negocio.
“Todo el personal de la pastelería “Las Tacitas” son mujeres, quienes son madres de familia y no las puedo dejar solas. Ellas se han unido al reto conmigo”
Para Esther, a sus 58 años, la pastelería sigue siendo su principal motivo para seguir luchando y trabajando.
“Para mí, la pastelería es mi todo, y todos los días es una aventura. Mis hijos me dicen que la ya deje y me quedé en casa pero no, porque yo tengo tantas cosas por aportar y proyectos por hacer, recetas que hacer que la verdad sería un desperdicio no seguir” comentó.
(Foto: Luz Gutierrez)
