Con el miedo de que en algún punto durante la contingencia cierren los negocios que abastecen de comida a la capital mexiquense, por un incremento exponencial de casos confirmados de COVID19, incluso quienes en un inicio no pudieron hacer compras de pánico debido a un poder adquisitivo limitado, hoy hacen un esfuerzo para llevar un kilo o dos extras de comida a casa para almacenar.
Miguel García Conejo
Este escenario se vive en el mercado 16 de Septiembre, donde los locatarios lanzaron un llamado a no caer en pánico y a hacer compras responsables, pues el acaparamiento ya está causando desabasto.
“Ya hay escasez en la central (de Abasto), aquí de varias cosas, tenemos que hacer una cola grandísima para comprar huevo, ya no hay varios frijoles, ya no tengo de varios porque ya no los hay, o porque de plano están carísimos”, comentó doña Ofelia Cobos, comerciante.
El frijol que se cotizaba en 26 pesos el kilo hace 15 días, hoy vale 38, mismo caso del arroz que hoy está en 32 pesos en promedio cuando estaba en 26; el haba fluctúa entre 45 y 65 pesos, y el azúcar pasó de 18 pesos a 20 pesos.
En tanto, de la escalada de precios por el COVID19 y el aumento del dólar, se escapan el pollo y las verduras, que viven los efectos típicos de la temporada.
“Los precios son los de la semana anterior, salvo uno o dos productos pero es normal por temporada,” añadió Vicente Pineda, comerciante.
Los locatarios del zoco lanzan un solo llamado a los marchantes: no caer en pánico, y evitar estas compras irracionales que están generando el problema, pues en ningún país que ha enfrentado la pandemia se ha cerrado tiendas de alimentos.
Eso sí, trabajan en horarios fijos, reforzaron la limpieza, usan de cubrebocas, guantes y gel antibacterial, y piden que las compras no las hagan grupos de riesgo como adultos mayores y mujeres embarazadas.
