En algunos hogares los animales de compañía se han vuelto parte de la familia, ya que ocupan un lugar especial en el corazón de sus dueños que les ofrecen los cuidados y atenciones necesarios para que tengan una vida digna; sin embargo, el cariño puede volverse desproporcionado y convierte a estos animales en los llamados “perrhijos y gathijos” en un proceso de humanización que puede afectarles, afirmó José Mauro Victoria Mora, coordinador el hospital veterinario pequeñas especies.
Marcela Moreno
“Este fenómeno ha aumentado en Toluca, llega a extremos de la exageración y rebasa los límites de los cuidados tradicionales, es decir, los visten como personas, duermen con ellos, comen incluso en la mesa, etc.”.
Desde el tema de la salud, dijo, se vuelven más minuciosos para querer que los atiendan aunado a los accesorios como ropa, camas, y tratos que simulan la relación con un niño, lo cual agregó es una conducta aprendida de otros países.
“En otros lugares tener un animal es muy relevante, pero la diferencia es que ese sistema de convivencia no lo teníamos antes y uno de los problemas es que para tener estas consideraciones hay que gastar más”.
Agregó que los animales de compañía deben actuar de acuerdo con su naturaleza y humanizarlos les impide un desarrollo pleno, y en algunos casos cuando se encuentran con que ya no tienen los recursos para mantenerlos quedan a la intemperie.
“Luego lo vemos porque se enferma o tienen accidentes que no esperas y es cuando lo llevan al veterinario, pero no tiene dinero para atenderlos, son extremos muy marcados que vemos en los cuidadores de los animales de compañía”.
Sin embargo, celebró que de la mano de estas actitudes hay una mayor conciencia y tenencia más responsable, incluso hay más personas que rescatan o adoptan.
“Ahora hay una tendencia de mejor adoptar y ahora está prohibido venderlos, ha tomado impacto importante de que los animales de compañía convivan más con nuestro entorno social, pero puede llegar a un extremo nocivo para el animal”, concluyó.
(Foto: Redes)
