Gabriela Landetta
La contaminación atmosférica en el Valle de Toluca no ha tenido la atención de las autoridades estatales que amerita: ni la Secretaría de Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible, ni la de Movilidad y menos aún la de Salud han tomado cartas en el asunto para disminuir los altos niveles de contaminación que se registran cotidianamente, tampoco para difundir recomendaciones de prevención para cuidar la salud de los mexiquenses, a pesar de que instancias médicas han registrado desde hace años un incremento sensible de enfermedades respiratorias agudas y crónicas, así como de presencia de cáncer en personas cada vez más jóvenes.
El médico ambientalista Cruz Gómez Bobadilla, integrante de la asociación civil Vive Tenango, destacó en conversación con Acta Semanal que la combustión de las gasolinas que se usan en México produce el doble de benceno recomendado por organismos internacionales. Se trata de un carcinogénico que, apuntó, tiene que ver con el aumento de leucemias en los niños, en tanto que también han crecido las cifras de cáncer de pulmón y de estómago, que pueden relacionarse también con el aire que se respira.
“La comunidad médica ya no puede atribuirlo a otra cosa. Este aumento de la incidencia de estos cánceres está relacionado directamente con la quema de gasolina”, sostuvo.
Respuestas vagas
Desde hace varios meses, este medio ha solicitado información a la Secretaría de Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible del Gobierno del Estado de México sobre las acciones concretas que llevará a cabo para disminuir los niveles de contaminación, y las respuestas siempre son vagas y evasivas. Lo más que se dice es que se trabaja en coordinación con la Secretaría de Movilidad en un proyecto.
Lo que la dependencia hace, y no siempre, a través de escuetos mensajes en redes sociales, es recomendar a la población no hacer ejercicio al aire libre, usar cubrebocas o acudir al médico en caso de sentir molestias. Es decir, se deja a las personas la responsabilidad de cuidar su salud frente a un problema persistente de alta contaminación del aire que corresponde a las autoridades solucionar, lo cual requiere, como lo recomiendan para esta y otras ciudades del mundo organizaciones y centros de estudios nacionales e internaciones, hacer cambios radicales en la propia conformación de las urbes, a través de la peatonalización de las calles y su naturación mediante la plantación extensa de árboles y vegetación; transformar el transporte para reducir al mínimo el uso del automóvil y maximizar las alternativas de transporte público masivo y uso de la bicicleta, y disminuir la generación de residuos sólidos urbanos, entre otras soluciones que no por complejas pueden seguir siendo aplazadas.
Daniel Sibaja González, secretario de Movilidad, adelantó hace uso días que, a pesar de las dudas que surgieron con la publicación del Plan de Desarrollo estatal, en el que se omitió la implementación de un sistema de transporte público masivo para el Valle de Toluca, como el Mexibús, sí se tiene previsto un programa de mejora para la capital y los municipios aledaños, que consiste en la implementación de nuevos corredores, principalmente con unidades eléctricas, y recordó que ya se empezaron a hacer las pruebas con autobuses de este tipo en la capital.
Polvo, humo y emisiones
Históricamente, enero, febrero y marzo son los meses con mayor contaminación por partículas suspendidas debido al polvo que se levanta con los vientos, así como el humo que generan quemas de pastizales e incendios forestales, además de la polución habitual proveniente del transporte público y privado y la industria.
Con base en los datos que ofrece la Red Automática de Monitoreo Atmosférico de la Zona Metropolitana del Valle de Toluca, RAMA, en la cuenta de 155 días en total de los meses de marzo de 2019, 2020, 2021, 2022 y 2023, solo durante tres días el índice de calidad se colocó dentro de la norma, todos los demás (152 días) por arriba de ella, principalmente por partículas suspendidas PM10 y PM2.5.
Sin embargo, este año no se contó con la información correspondiente a marzo, debido a que desde el día 7 la red estuvo en proceso de actualización y sustitución del servidor, por lo que no se emitió ningún reporte, al menos públicamente, y, por lo tanto, tampoco alertas ni recomendaciones a la población respecto de las medidas por tomar frente a una calidad del aire clasificada como “mala” y que presenta riesgos sobre todo para menores de edad, personas adultas mayores y quienes padecen enfermedades pulmonares o cardiovasculares.
“La RAMA utiliza un servidor central que sirve como depósito para proveer diversos recursos compartidos, se reciben los datos de 16 parámetros por estación de monitoreo atmosférico y 483, mil 840 registros minutarios por día, de las 21 estaciones de monitoreo en tiempo y forma, así como el procesamiento y almacenamiento de los datos de calidad del aire generados en la red”, destacó la Secretaría de Medio Ambiente.
Fue hasta el pasado lunes, 1 de abril que volvió a estar disponible la información del Índice de Calidad del Aire y el Índice Aire y Salud que se proporcionan a través de la red, los cuales se actualizan y publican cada hora para conocer el comportamiento de la calidad del aire en la Zona Metropolitana del Valle de Toluca, ZMVT. De igual forma, cada 10 minutos se reporta el Índice de Radiación Ultravioleta, el cual indica el riesgo de sufrir lesiones por la exposición a los rayos UV provenientes del sol.
Pero n fue sino hasta el día siguiente, 2 de abril, cuando la Secretaría comenzó nuevamente a colocar los reportes en sus redes sociales, los cuales, por cierto, indicaban una mala calidad del aire, pero ninguna recomendación para la ciudadanía.
Enfermos de todas las edades
Para el médico ambientalista Cruz Gómez Bobadilla, la contaminación ambiental es un tema del que deberían estar hablando todos, “porque el Valle de Toluca lleva más de cuatro años consecutivos con mala calidad del aire”.
Mencionó como referencia que la Organización Mundial de la Salud, OMS, recomienda que las emisiones de partículas PM2.5 estén siempre abajo de 25 puntos, “y todos los días en el Valle de Toluca amanecemos en 60, 80 hasta 100 o 120. Ahorita, con los incendios, las partículas de mayor tamaño que son las PM10, también en rangos fuera de lo que se recomienda”.
El activista e integrante de la asociación civil Vive Tenango lamentó que ante este panorama, ninguna autoridad tome el asunto con seriedad: “ni la Secretaría de Salud del estado ni la federal ni las universidades, y para los que ejercemos la medicina, tanto a nivel institucional como a nivel privado, ya es evidente un aumento en la presencia de enfermedades del tracto respiratorio en todas las edades”.
Al respecto, dijo que cada día se observa a más adultos y niños con enfermedades que afectan al aparato respiratorio, que es el primer lugar del organismo que se ve afectado por la inhalación de contaminantes; sin embargo, otros órganos también resultan perjudicados.
Expresó que no se cuenta con datos actualizados sobre ese panorama y la información que se tiene es de 2018 y 2019 en términos generales. En ese contexto, dio a conocer que “tenemos dos tipos de enfermedades por la contaminación: las enfermedades que son agudas, que dan en un periodo corto por la mala calidad del aire y que pueden ir desde la exacerbación de enfermedades bronquiales, como el asma y todas las alergias, hasta la asfixia”.
Destacó que ahora, derivado de las quemas y de los incendios en el Valle de Toluca, también se presentan casos de intoxicación. “Nos llegan a los hospitales esas enfermedades que consideramos nosotros agudas, pero también tenemos una incidencia en enfermedades crónicas, y la más preocupante de todas ellas es la incidencia de cáncer en los jóvenes”, expresó.
Contaminación, benceno y cáncer
Al respecto, puntualizó que de 1990 a 2018 se observa un incremento de cánceres relacionados con la contaminación, como es el caso de las leucemias, “y esto se debe a que las gasolinas que usamos aquí en el tercer mundo no pasan los estándares del primer mundo. Aquí en México todas las gasolinas pasan a través de Pemex, a pesar de que hay nuevas empresas, pero Pemex compra lo que le venden barato”.
Con datos del Sistema Nacional de Refinación, señaló que antes de 2018 se compraba gasolina a Estados Unidos con un contenido de benceno, que es un hidrocarburo producto de la combustión de la gasolina, de 0.55 por ciento, que es lo que recomiendan las organizaciones de salud, y ahora toda la gasolina que se comercializa en el país tiene 1.28 por ciento, es decir, más del doble de lo recomendado después de la combustión de la gasolina. En ese sentido, dijo que en general se tiene un “hueco” en el conocimiento de la química muy profundo y por eso no tenemos como reclamar esa situación.
“Un litro de gasolina quemado es lo mismo si lo quemas en un bote que si lo quemas en un coche último modelo, en una motoneta o en un coche viejito. Una vez combustionado el litro de gasolina va a tener como resultado metales pesados y muchos gases que son nocivos para la salud de manera crónica”.
El médico ambientalista destacó que ya está demostrado que el benceno es un carcinogénico, “produce cáncer y los cánceres que produce son en las células sanguíneas, y tiene que ver con el aumento de las leucemias en los niños.
Indicó que hasta 1980, esta enfermedad ocupaba el sexto lugar en el estado de México, y a partir de entonces y hasta el 2015 rebasó a todos los demás cánceres de niños, como el linfoma. “La leucemia vino a ganar terreno y actualmente es el cáncer más común en niños”.
Cruz Gómez afirmó que esta situación tiene que ver con la respiración de gases que son resultado de la quema de gasolina: “La comunidad médica ya no puede atribuirlo a otra cosa. Este aumento de la incidencia de estos cánceres está relacionado directamente con la quema de gasolina”.
Señaló además que aproximadamente el 10% de las personas que mueren anualmente en el país es por cáncer: “En adultos, el cáncer de pulmón hasta el año 2022 rebasó al cáncer de mama, al colorrectal, al de próstata y al de estómago, en los últimos años ya también relacionado con lo que estamos respirando”.
Agregó que de ser la tercera o cuarta causa de muerte por cáncer en México, en los últimos años ya está en primer lugar. “Ya no te puedes hacer para ningún lado desde el punto de vista de la salud, es evidenciar que estamos respirando el veneno de los coches”.
Mencionó que, ante ese panorama, en 2019 los colegios de medicina hicieron una carta para llevarla al Senado de la República y exponer la gravedad de la situación, pero la única respuesta que obtuvieron fue que se declarara el 4 de febrero como el Día Nacional Contra el Cáncer. “Esa fue la política pública de nuestros políticos: dijeron ‘sí, terrible’.
Les dijimos: oigan´, hay un aumento en la incidencia de los cánceres, ya no lo podemos negar, estamos quemando gasolina de mala calidad’”.
“Me puse a investigar cuáles eran los proveedores, y me encontré una empresa llamada Trafigura, de Suiza, y ellos ni siquiera tienen refinería. Ellos lo que hacen es comprar la gasolina barata asiática y africana y revenderla en los países de tercer mundo. Tienen una página de transparencia, pero de todos sus negocios en Asia y África de las gasolinas que nos venden no hay nada”.
Verificación, plagada de corrupción
Al criticar las medidas superficiales que aplica el gobierno del estado de México para aminorar la emisión de contaminantes en el Valle de Toluca, como la verificación vehicular, el activista aseguró que se trata de un proyecto “plagado de corrupción” en el que pagando cualquiera pasa la verificación, “pero eso no resuelve el problema”.
En ese contexto, Gómez Bobadilla se refirió al caso de la Ciudad de México, que en 1992 fue considerada la ciudad más contaminada del mundo, lo que obligó a su gobierno a tomar cartas en el asunto con medidas que sí fueron efectivas, como la puesta en marcha del Metrobús en avenida Insurgentes.
“Tardó más de 15 años en hacerse el metrobús —recordó—, pero aparte de que ayudó al tráfico de esa zona de la ciudad, disminuyó la contaminación”. Señaló que, en este caso, las autoridades tomaron en serio la situación e hicieron “lo que tienen que hacer todas las autoridades, que es basarse en la ciencia y en lo que está demostrado, y así un solo proyecto de una sola calle —calle que atraviesa toda la CDMX, de norte a sur— le bajó más la contaminación a la Ciudad de México que años de verificación.
Por ello consideró que en el Valle de Toluca urge que se reestructure el transporte público, y refirió que hace algunos años se comenzó a trabajar en el tema con la Secretaría de Movilidad: “La chamba la hacen asociaciones civiles, cuando la debería de hacer la Secretaría de Movilidad, pero no la hacen. Entonces, la sociedad civil se dio la tarea de hacerlo en cuanto a cuáles eran las mejores opciones para el metrobús [en la Zona Metropolitana del Valle de Toluca]. Sin embargo, los proyectos se quedaron en la congeladora, porque los políticos sólo piensan en función de las elecciones, manifestó.
“La sociedad mexiquense le quedamos grande al gobierno”, afirmó.
Fotos: Especial Acta Semanal.
