Equidad de género e igualdad de género. ¿Son lo mismo?
“La primera igualdad es la equidad”. Víctor Hugo, escritor francés.
Ramón Cuevas Martínez
La comprensión correcta de temas como igualdad y equidad, en el contexto laboral, y también en el personal, son de las habilidades blandas que más necesitan en este momento los centros de trabajo, dado que se trata de destrezas asociadas a la inteligencia emocional y a la capacidad que tiene un individuo para interactuar efectivamente a nivel personal y profesional.
El dominio de estas habilidades blandas es transversal a las habilidades duras, que se refieren a la capacidad de tener conocimientos útiles para el mercado laboral, derivados de su formación profesional, del trabajo que tienen a su cargo, o del oficio que practican. Las habilidades blandas soportan el adecuado relacionamiento entre empleados y patrones, por eso juegan un papel importante en la productividad.
El ejemplo más claro que pondremos para mostrar que es la equidad proviene del mundo de la aplicación de la ley, digamos que la equidad es la capacidad de administrar justicia de forma imparcial, pero considerando las particularidades de cada caso para evitar sanciones poco equitativas o injustas.
La diferencia entre igualdad de género y equidad de género es que la primera (igualdad) es un principio que reconoce que las necesidades y características de mujeres y hombres son valoradas y tomadas en cuenta de la misma manera, mientras que la equidad es una consideración de carácter ético con la que se intentan aplicar medidas que corrijan el desequilibrio histórico entre los géneros. Podría decirse que la igualdad de género es el ideal de la sociedad del siglo XXI, mientras que la equidad de género se define por las acciones que se llevan a cabo todos los días para garantizar el cumplimiento de ese derecho.
La equidad de género se presenta como una herramienta para lograr la igualdad real en el goce de derechos, reconociendo la desigualdad existente en la estructura social y laboral, a fin de revertirla y convertirla en el derecho que todas y todos tenemos, es decir, LA IGUALDAD.
Un plan de acciones afirmativas con perspectiva de equidad de género contribuye decididamente a incrementar la participación de las mujeres en el mercado laboral, en el acceso a la educación, y en la disminución de cualquier tipo de violencia.
En resumen, lo que parece simplemente una discusión sobre terminología irrelevante, es sustancial para estar en condiciones de alcanzar la igualdad en tres aspectos: el derecho a la igualdad y no discriminación, para identificar la obligación que tienen los gobiernos respecto a la igualdad, y para lograr la igualdad sustantiva.
Construir una sociedad con igualdad de derechos y oportunidades para mujeres y hombres ha implicado esfuerzos y acciones a lo largo de muchos años, la igualdad no es solo un estado social que debería perpetuarse, también es una cuestión de salud y bienestar, y un inestimable motor de crecimiento económico, además de representar uno de los pilares de cualquier política pública de desarrollo.
*Consultor en Gobernova
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