Luis Sánchez
El respetable Claudio X González envió un mensaje contundente al imperfecto dictador, presidente constitucional de los Estados Unidos Mexicanos: Andrés Manuel López Obrador. ¡Al carajo Morena!, exhortó este pobre multimillonario: el mal gobierno obradorista ahora sí le cobra impuestos y él, con todo su corazón, lamenta no poder crear empleos (mal pagados).
El injusto presidente, sin piedad, decidió salvar a los pobres y “abandonar” a los grandes potentados, únicos impulsores del progreso –dicen-, durante la pandemia. Además hizo caso omiso de ametrallar a todo aquel que quisiera salir de su casa durante la emergencia porque “¡qué irresponsabilidad tratar de ganar el sustento para medio sobre vivir!”
Los empresarios debieron pasar una tristísima cuarentena despidiendo gente para no gastar mucho, aunque el cúmulo de dinero en sus cuentas de alguna isla quizá aumentó, y es un alivio saberlo, estaba muy preocupado por aquellos modestos ingresos. Sin embargo, la bondad de estas personas, en su infinita grandeza, no quitó los roles de 24 por 24, ni los terceros turnos para que los obreros puedan ganar un sueldazo de 600 pesos semanales trabajando toda la noche (y eso porque el gobierno ladrón de Andrés Manuel los obligó a subirlo).
La empatía con ellos no puede ser más honda. Si un comerciante no logra reunir 1,000 o 1,500 miserables pesos para refrendar su permiso es clausurado inmediatamente, pierde la oportunidad de pagar sus impuestos para proteger a los grandes consorcios. Ahora imaginen perder miles de millones de pesos, porque el gobierno ya no es amigo, para proteger a los “huevones”, “ninis”, “ancianos” que no aportan nada…
Aún más, imaginen la competencia desleal de los tianguistas, de los ambulantes, estos parásitos que se levantan a las 4 de la mañana y terminan su jornada a las ocho o diez de la noche. Estas personas roban las ventas a oligopolios como Wal Mart, Sears, Liberpool porque seguramente el grueso de la población tiene ingresos para comprar una bolsa de entre 2,000 y 50,000 pesos… No lo pueden hacer ni los empleados de estas tiendas (los patrones deben llorar cada noche por eso).
¿No es acaso, amigos, bien ganado el odio de los nobles contra el presidente? ¿No sería mejor retornar a las políticas priistas y apoyar a los empresarios?, ¿perdonarles el pago de impuestos?, ¿cooperar entre todos nosotros, amigos, para pagar la deuda del patrón? ¿No sería más bonito ver al hijo de un político en Ferrari y decir: mira, no tengo dinero para alimentar a mis hijos, pero mi diputado vive como la mismísima reina Isabel?… yo digo que sí, por eso el PRIAN es la opción para votar este 6 de junio.
