A pesar de que en la segunda mitad del siglo XX las mujeres escritoras ya comenzaban a tener un espacio en la industria literaria nacional, Amparo Dávila pasó un buen tiempo renegada, probablemente porque los lectores no estaban acostumbrados a cierto tipo de cuentos, reflexionó Rocío García Rey
Ximena Barragán
Si bien Dávila comenzó su actividad literaria en la poesía, fue más conocida por su narrativa corta, por su cuentos que merodean el plano de lo fantástico y del horror; que presentan personajes con comportamientos que rompen con la normalidad , que se sienten atrapados en locura y hasta en la paranoia.
Aunque le tomó un tiempo, después de hacerse acreedora a la beca del Centro Mexicano de Escritores, en donde tendría por profesor al propio Juan Rulfo, y otros galardones de relevancia nacional, la recién difunta Amparo Dávila logró hacerse un nombre en las letras mexicanas, nombre que sería reconocido, para su sorpresa, hasta avanzados los dosmiles, y por audiencias jóvenes.
En el marco de las celebraciones por el Día Internacional del Libro y con la reciente noticia de su fallecimiento ( 20 de abril ), el Museo de la Mujer dedicó una charla dictada por la también autora Rocío García Rey, quien tuviera el gusto de conocer a la famosa cuentista en el plano académico como su maestra.
A través de una transmisión en directo en FB, García Rey hizo una breve reseña de la historia pública de Amparo, contó anécdotas y dio lectura a fragmentos de sus creaciones.
(Foto: Web)
