De pie: El juego de naipes es como el juego de la vida: a veces te da y a veces te quita. “Tal vez gané o tal vez perdí” se preguntaba Frank Sinatra. Cuando se está sentado en torno a la mesa de juego, hay acontecimientos que obligan a las personas bien nacidas a ponerse de pie, circunspectos y respetuosos, vivir el momento alejados como decía José Alfredo: “Del bullicio y de la falsa sociedad”. Este es uno de esos momentos.
La finitud eleva al hombre. Quien ama no muere. Gerardo amó a su familia que ambientaba cálidamente el mismo hogar en el que vivió por varias décadas, fue un hombre de familia y un amigo excepcional; él fue más amigo de sus amigos, que sus amigos de él. Ahí quedarán sus raquetas y sus zapatos para jugar el tenis, su casillero del club Toluca se cerró para dejar abiertos los corazones de muchos con quienes convivió y lo vieron como parte de su comunidad, les dejó su recuerdo de amigo solidario y entregado.
Apenas rebasaba los treinta años, cuando llegó al Estado de México como integrante del círculo cercano de su entrañable amigo, el entonces candidato a la gubernatura del Estado de México, Alfredo del Mazo González… llegaron a trabajar para transformar y dar resultados.
Además de la música y el tenis, lo suyo fue el trabajo, pasiones siempre subordinadas a su familia como eje de inspiración y de actuación. Acaso tomado de su líder moral Don Alfredo, también dedicó mucho de su tiempo a la selección, incorporación y preparación de jóvenes valiosos a sus diversos equipos de trabajo multidisciplinarios que, tuvo que integrar, para encarar los retos que le deparó su paso por el servicio público y la política por más de 40 años.
Fue un ejecutor de lo posible. Era de esos hombres que creían que se podía vivir la política y el servicio público con eficacia y coherencia. Impulsor de cambios, apartado de la lógica de la resistencia, el resentimiento o el odio.
Sirvió a México toda su vida, particularmente, las dos últimas décadas muy difíciles del siglo XX y en los tiempos recios de las dos primeras del siglo XXI, el próximo 22 de abril cumpliría 71 años de edad y muchos años de experiencia acumulada en materia de obras de infraestructura. Asumió como Mariscal de Campo, la coordinación de los trabajos para atender las contingencias de la naturaleza que aquejaron a nuestro país como lo fueron los sismos de 2017 y variados y distantes momentos de emergencia nacional causados por lluvias, huracanes y ciclones en todo el País.
Leal y comprometido, fue un hombre de su tiempo, funcionario de acción que sabía el valor de la anticipación, por ello, con frecuencia les recordaba a sus colaboradores: “Adelanta hoy lo que vas a hacer mañana”. “ Las cosas son cuando son. No son antes ni son después”.
Ha llegado la era de los fanáticos y de los destructores. Quieren un nuevo México, cuando lo que necesitamos son hombres de una pieza que estén dispuestos a correr riesgos en pro del servicio público.
Compañeros de retos, amigos, colaboradores y ex colaboradores echaremos de menos a Don Gerardo Ruiz Esparza.
“La música es el tipo de arte que está más cerca de las lágrimas y la memoria” Oscar Wilde.
Foto: Esteban Lopez en Unsplash
