Gabriela Landetta
“Un niño no tiene porqué robar una botella de agua para llevársela a su abuelita y un gobierno tampoco tiene que estar gastando 5, 10 pesos para que esa ganancia se la lleve un gran empresario. Ese dinero se debe de aplicar para dotar de agua suficiente a esas comunidades”.
Así lo manifestó María del Carmen Franco, integrante de la asociación civil Guardias de la Biosfera, región forestal, conformada con productores, silvicultores de la Sierra de Nanchichitla y de la tierra caliente de la entidad que colinda con Michoacán y Guerrero, la cual prepara una iniciativa ciudadana para que en los tres niveles de gobierno se prohíba la compra de agua embotellada, sobre todo para proporcionar en eventos públicos.
“Pocos hablan del gran gasto en dinero público y desperdicio de agua en las miles y miles, si no es que millones de botellitas de agua que gastan en los tres niveles de gobierno para sus oficinas, para sus eventos públicos. Es una cantidad impresionante de agua embotellada que compran. Aquí los únicos beneficiados son las empresas transnacionales que embotellan nuestra agua y hacen que los mantos se sequen más rápido”.
La también periodista mencionó que la idea de la iniciativa surgió hace años, luego de un suceso que les resultó impactante. Narró que luego de que en Luvianos se inauguró el Museo del Agua, se invitaba a los niños de las escuelas de las comunidades de la región a conocer el lugar.
En ese contexto, se les obsequiaba un lunch que incluía agua embotellada. En una ocasión se percataron que los menores tenían una actitud sospechosa. “No sabíamos qué sucedía, y es que los niños estaban guardando las botellas de agua. Ellos sentían que era un robo y que estaban haciendo el crimen del siglo.”
“Cuando los descubrimos se asustaron, lloraron y les preguntamos que qué pasaba, que no era necesario que hicieran eso y se podían llevar el agua, pero se les preguntó por qué querían tantas botellas.Y llorando uno de ellos dijo que en el pueblo no tenían agua y pues “le quería llevar una a mi abuelita, para que ella tome agua, así de sabrosa como ésta, porque la que tomamos sale con tierra”.
La activista expresó que viven a la ribera del Río Pungarancho “y no tienen agua limpia, agua potable para beber, y vimos que era algo que no tenía por qué estar sucediendo”, es por ello que aprovecharán que el Estado de México es una de las pocas entidades en donde el congreso admite iniciativas ciudadanas, para presentar su propuesta.
Para ello también solicitarán la ayuda de diputados que realmente estén comprometidos a establecer políticas públicas que incidan efectivamente no solo en el ahorro del agua sino también en cultura para el cuidado del agua”.
Franco destacó que darán a conocer la propuesta en el marco del Parlamento Ciudadano que se realizará la próxima semana en el Congreso de la Unión, en la que participarán otras 15 asociaciones civiles de diferentes partes de la república.
“Por ejemplo, el movimiento cannábico trae una propuesta muy interesante para la recarga de mantos freáticos a través de la plantación de cáñamo, que es una planta que permite, precisamente, recargar los mantos freáticos de una manera más rápida.”
Destacó que lo que se busca es generar opciones diferentes que contribuyan a la captación de agua, ya que los políticos están más ocupados cen atender la problemática del agua con pipas, o bien dicen que el problema está en la distribución del agua, que hay muchas fugas por ejemplo, que si bien es cierto, lo realmente preocupante es que se está acabando este recurso.
“Cada vez hay menos agua, no hay fábrica de agua, no hay lugares donde la poca agua que se llega a captar en los bosques; hay pocos lugares donde resguardarla en presas de gavión o en presas como la de Valle de Bravo. Desgraciadamente nadie ningún político, ninguna política pública, ningún nivel de gobierno se ha enfocado a atender lo que es la fábrica de agua […] no hay captación de agua suficiente, no hay la obra que permita que permita captar el agua cuando llueve”.
Señaló que no se aprovecha toda esa agua mientras los manantiales ya se están secando. Mencionó que la Sierra de Nanchichitla ha sido devastada por incendios forestales, la tala clandestina y también la tala inmoderada, aunado al poco aprovechamiento de los árboles que son plantados durante las campañas de reforestación: “hablan de los millones de arbolitos plantados, pero ya nadie habla de los millones de arbolitos que se mueren”, expresó.
(Foto: Gabriela Landetta/ José Hernández)
