Gabriela Landetta
Desde hace 22 años, la congregación cristiana ‘Emanuel’, ubicada en San Felipe Tlalmimilolpan, municipio de Toluca, lleva alimentos a las familias de pacientes en el Hospital para el Niño para brindarles apoyo ante los momentos difíciles que enfrentan, al tener a sus hijos enfermos.
Betzabé Monreal Gallardo mencionó que van una vez a la semana, miércoles o sábados, ya sea a la hora de la comida o de la cena, y entregan entre 200 y 350 servicios.
Destacó que al lugar van aproximadamente 25 personas para brindar la atención, que no sólo se limita a dar alimentos, sino también apoyo espiritual para quien así lo desee, pero en total cooperan las 70 personas que forman parte de su congregación.
“La mayor satisfacción -expresó- es el descanso de las personas; yo creo que es lo más importante: el saber que esas personas tienen algo en su estómago y tienen algo en su corazón, y que sí están pasando un tiempo difícil, pero que se sienten un poquito más acompañados, para nosotros eso es suficiente”.
Refirió que el primero en acudir a brindar esa ayuda fue el pastor de su congregación Miguel Monreal Aguirre, quien falleció el año pasado: “veníamos primero con 15 tortas y lo que podía traer de su casa, pero justo las demás personas de la congregación se fueron involucrando y enamorando, todos cooperan, algunos con la comida, algunos con gasolina, algunos cooperan con dinero, pero todos participan”.
Monreal Gallardo manifestó que la principal motivación para continuar esta labor es ver la esperanza de las personas que esperan afuera del hospital para que sus pacientes mejoren y puedan regresar a sus casas.
“Nos hace amarlas todavía más, el saber que pasan tanto tiempo en estos lugares, que están en desesperación”, por lo que también, dijo, oran con ellas para darles paz espiritual.
“Estamos una hora, media hora, pero a veces cuando la gente se acerca y quiere orar y que estemos con ellos escuchando sus necesidades, o a veces nos piden albergue o ropa y, bueno, dependiendo de la necesidad es el tiempo que permanecemos aquí”.
Algunas personas que se beneficiaron con la labor altruista de esta comunidad cristiana expresaron su agradecimiento: “Son muy amables, son muy buenas gentes, gracias a Dios”, dijo una señora que sólo se identifico como Lupe.
“Está muy bien porque hay mucha necesidad, muchas personas que tienen aquí a sus pacientes y los medicamentos son caros y pues ya no hay para alimento; está muy bien que vengan a compartir, yo ya no tengo paciente, pero sí a todo mundo le piden medicamento y muchas cosas”, expresó Juan González.
Otras personas que prefirieron no identificarse expresaron: “Es una gran ayuda para todos los que andan madrugando, se agradece mucho y a Dios todo”; “es un importante apoyo, más que nada para la economía, porque no todos tenemos, somos más humildes unos que otros, qué bueno que gracias a Dios sí están apoyando”.
(Foto: Gabriela Landetta)
