Martha Romero
La exesposa del magistrado estatal, Ismael Alfredo Hernández Alemán, denunció la violencia intrafamiliar de la que aún es víctima, así como violencia institucional por parte del presidente del Tribunal Superior de Justicia del Estado de México (TSJEM), Ricardo Sodi Cuellar, al protegerlo durante el juicio que emprendió durante su divorcio por ese motivo.
Por ello, pidió apoyo a la gobernadora Delfina Gómez Álvarez para que impida que el tribunal siga violentando a las mujeres, y la justicia se imparta por igual sin importar cargo o jerarquías dentro de la institución.
A través de un vídeo, indicó que es su último recurso porque no ha sido escuchada por la institución a la que se supone le correspondía defender sus derechos, ya que continúa siendo violentada por el supuesto impartidor de justicia, que incluso pretende despojarla de la casa donde habita con sus hijos, misma que tiene que desalojar el 20 de febrero próximo, pero no cuenta con los recursos económicos para adquirir una nueva vivienda.
En cambio, dijo, el magistrado Alfredo Hernández Alemán vive en un lujoso departamento de casi 5 millones de pesos. La declarante afirmó que también fue obligada a renunciar a 8 años de pensión que por ley le corresponden, pues estubo casada durante 23 años con su atacante; sin embargo, la autoridad sólo le concedió 15 años de dicha obligación, y con una reducción.
Indicó que inició un juicio por violencia intrafamiliar contra su exesposo, pero a lo largo del juicio el proceso se vio entorpecido por tráfico de influencias y abuso de poder, respaldado por Sodi Cuellar, con quien intento en numerosas ocasiones acercarse para solicitar su apoyo para llevar un juicio conforme a la ley; sin embargo, éste minimizó la violencia y respaldó a Hernández Alemán.
Aseguró que no se tomaron en cuenta las pruebas presentadas con su demanda e, incluso, el perito en psicología Juan Antonio Flores Ortiz, adscrito al Poder Judicial, dictaminó que éstas arrojaron que padecía un trastorno de depresión grave y autoestima disminuida, pero el perito consideró que exageró en las pruebas para mostrar una imagen negativa, y que los síntomas eran inconsistentes.
Sobre los audios presentados, dijo, el perito admitió la existencia de violencia verbal que pudo haber provocado consecuencias psicológicas negativas en su momento, pero estas no trascendieron, a pesar de los graves insultos.
En un primer audio, el magistrado le dice “Chingas a tu madre”, en un segundo audio le dice “¿Pero sabes qué? Algún día me voy a liberar de ti, cabrona. Me voy a liberar y a chingar a su puta madre. Hija de tu puta madre. A chingar a su madre. Algún día voy a tener dinero ¿Y sabes qué? Viene lo mío ¡Muérete! ¡Púdrete! ¡Muérete de hambre!”.
Con esto audios, dijo, el perito determinó que el magistrado es un individuo libre de algún trastorno de personalidad y solamente cuenta con rasgos que no interfieren en su estabilidad mental, con bajos rasgos de ira y un alto control de la misma, por lo que reacciona con ira a un escaso un número de circunstancias, sin tomar en cuenta que el mismo Alfredo Hernández Alemán reconoció en el juicio que es un paciente bajo tratamiento psiquiátrico.
Resaltó que en un momento algunos miembros del tribunal le ofrecieron hacer llegar su caso a Ricardo Sodi Cuellar, quienes le comentaron que el presidente del Tribunal de Justicia de la entidad ya estaba al tanto de su caso y que ellos no podían ayudarle de otra forma.
Incluso, cuestionó los dichos de Sodi Cuellar en el sentido de que a cualquier mujer que sufre violencia y la denuncia, se le debe creer y ser escuchada; sin embargo, en su caso solo ha creído en la palabra del magistrado Alfredo Hernández Alemán, su agresor.
Finalmente, dijo que ha recibido amenazas en reiteradas ocasiones por parte del magistrado y su familia, e incluso un daño directo contra su propiedad, por lo que los hizo responsables si algo les pasa a sus hijos, a ella o a sus familiares cercanos, así como de la actitud que tome el Poder Judicial que en todo momento violentó sus derechos y minimizo la violencia emocional, psicológica, física, económica y patrimonial que ha vivido, aunado a la violencia institucional.
(Foto: captura de pantalla)
