Gabriela Landetta
“Seguimos vigilados, seguimos con observaciones. Después de que vino la gobernadora Delfina Gómez a hacer la reinauguración, notamos actitudes de unas gentes que no son de la zona, que hacen ese tipo de vigilancia, estamos observados”, expresó Rebeca López Reyes, codirectora del Centro para la Sustentabilidad de la Sierra Nevada Incalli Ixcahuicopa, de la Universidad Autónoma Metropolitana.
López Reyes estuvo presente la noche del 13 de junio del año pasado, cuando un grupo de desconocidos ingresó al centro y golpearon con saña al investigador y fundador del Centli, Álvaro Arvizu Aguiñiga, quien además era su esposo, y murió 6 días después, como consecuencia de la agresión. El hecho fue tipificado por la Fiscalía General de Justicia del Estado de México como delito de robo con agravante de homicidio.
Sin embargo, los investigadores del Centli no están de acuerdo en que tanto el homicidio de Arvizu Aguiñaga como el del investigador Cuauhtémoc Márquez Fernández, de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, ocurrido un día antes, a un kilómetro de distancia del Centli, ubicado en Tlamanalco, estén relacionados con un robo común de herramientas.
“Hemos hecho un análisis regional con respecto a la dinámica que se había suscitado en la región -destacó Teresa Lopez en entrevista con este medio informativo- En la región se había soltado una ola de asaltos a los ejidatarios, a los productores, a todo mundo, pero era como una ola de terror, no tanto el robo en sí, sino más bien hacer un control o dominio del territorio por gente de la mafia, gente de la mafia de la tala que lo que querían sembrar era terror y no les importaba a costa de qué”.
Estamos dando seguimiento en el sentido de que no podemos dejar que se quede impune, no hay avances en las fiscalías, pero faltan dos y en el caso de Cuauhtémoc faltan otros cuatro. Esos son los actores materiales. Obviamente que tiene que haber un autor intelectual o autores intelectuales en esto.
Además, pese a que actualmente cuentan con vigilancia permanente en las instalaciones, así como guardia personal, se han registrado algunos incidentes dentro del centro que confirman que el homicidio de su esposo no tiene nada que ver con “robo de herramientas”.
“Entre que se venía la [policía] estatal a la vigilancia o no, la municipal estuvo ingresando esporádicamente, [y en ese lapso] hubo pérdidas y daños también. Se robaron una una lap y dos memorias de un disco duro con resguardo de información. No sabemos quién fue, pero ingresaron a las instalaciones… nos siguieron haciendo destrozos, arrancaron una manguera de un lavabo y provocaron un encharcamiento interno hasta que se vació el depósito de agua; nos han estado ingresando al área de los animales, en el área de traspatio y se robaron unos guajolotes”, entre otras acciones, denunció.
Cabe señalar que la seguridad con la que cuentan en el centro es de dos a seis elementos de Seguridad Pública, dependiendo la hora y la propia dinámica de la corporación, que además cuando hacen cambio de turno, dejan su lugar de vigilancia hasta por hora y media en la mañana y en la noche.
(Foto: web)
