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| Por Ivan Joatzay
“No tienes toda la vida para decir todo lo que tienes que decir”
Quizá el Pixar que conocíamos ya no está, quizá no todo dura para siempre. Creo que eso es lo que todos piensan una vez que ven esta película y recuerdan los estrenos del pasado. Por alguna razón, este fenómeno se siente como la representación del mundo de Hollywood a través de la decadencia y la necesidad de nuevos horizontes ¿Qué tan bueno es seguir hablando de lo mismo? ¿Qué tan necesario es un cambio?
Como la propuesta que consolida un nuevo camino, ‘Elementos’, la nueva película de Pixar, llega a las salas de cine para mostrar otro cara de la animación. La historia, creada por Brenda Hsueh en el guión y Peter Sohn en la dirección, sigue el romance emergente entre polos opuestos.
Ember, una joven de fuego, y Wade, un hombre de agua, se conocen de la manera menos esperada y, ante la necesidad de resolver un problema en conjunto, viajarán por toda “Ciudad Elemental” para arreglar lo inexplicable. En el camino, la pareja descubrirá que quizá hay nuevos panoramas y emociones para un mundo que creían ya haber conocido.
La historia de Hsueh aparece en el panorama animado como una disidencia de la clásica cara que conocemos del estudio ya que, aunque sobrelleva un concepto interesante [que es la idea de una ciudad llena de seres antropomorfos construidos por los elementos naturales], propone un enfoque mucho más sencillo y sin rumbo para vincularse con el público, una idea que no necesariamente es completamente nueva, pues, el conflicto del amor prohibido se ha vivido desde siglos pasados en la literatura con Romeo y Julieta.
Aunque parece que mucho de lo que el publico llama “fracaso” de esta historia nace a través del cliché en el reciclaje de un concepto tan conocido, que sí lo es, parte de lo que enriquece el viaje por ciudad elemental no recae en pensar que, como espectador, debes encontrar una conexión directa o una revelación deslumbrante con los problemas de la realidad, como sucedía en el pasado, sino, en aprender a observar los micro detalles y mensajes cortos que desarrolla esta historia.
El filme es, en sí, el primer romance auténtico realizado a través del estudio del ratón y, si bien, no es lo que esperarías de “la garantía Pixar”, el viaje de Wade y Ember es un goce emocional que sobrelleva una firme pero traslúcida sensación de lo que puede ser el amor y el cómo debes sobrellevar tu vida.
La historia reluce a través de sus personajes y la auténtica química que existe entre la pareja, pues, aunque desde ocasionalmente irse por la tangente para abordar otros temas como la discriminación, la diversidad o la aceptación de la identidad, el verdadero viaje de ‘Elementos’ construye una pintoresca pero sincera historia del romance.
Con un guion sencillo, y a una manera muy descarada de cliché, la historia de Wade y Ember explora el juego entre las perspectivas contrarias y el cómo es que estas se pueden llegar a complementar, enfrascando al espectador en un emocional viaje sobre la reflexión entre lo que realmente conoces y no sobre la vida. El cuestionarte ¿qué es lo que realmente necesito para ser feliz?, sin embargo, lo que resalta dentro de este romance, además de la sólida química entre los protagonistas, recae en la edificación de los mismos personajes, pues, el construir una clara sensación de miedo ante lo desconocido, el ver el mundo a través de otros ojos, o el conocer ideas y culturas ajenas a tu realidad es un relato hipnotizante que sobrelleva la luz de esta historia.
Aunque no existe un sólido mensaje por contar en esta historia, la narrativa de Sohn se acerca de otra manera hacia los problemas de la cotidianidad para visibilizar y entretener las sensaciones y crisis emocionales que surgen en el día a día. Ideas tan comunes como el aprender a desarrollar tu trabajo, el cumplir con las expectativas de tus padres, o, claro, el buscar el romance en la vida.
‘Elementos’ es una historia sencilla y claro con lo que quiere decir sobre el amor, construyendo una bella analogía gráfica al impacto que tiene la vida y los demás sobre uno. Aunque gran parte de los argumentos de su historia se sienten sobre explicados y la narrativa ocasionalmente se pierde en busca de asombrar al espectador con el mundo que creó, que sí lo hace, la el viaje de Wade y Ember habla sobre una diversificación de la animación, un panorama donde, así como podemos tener historias innovadoras, desgarradoras y criticas sobre el mundo, también pueden existir propuestas ricas, interesantes y disfrutables, pero que no necesariamente sigan la era del pasado y cumplan con una línea determinada.
(Foto: Pixar Studios)
