Laura Barreal Danel
¿Cómo ha afectado la pandemia en nuestras vidas?
Sin duda, la pandemia ocasionada por el virus SARS COV2 ha trastocado nuestras vidas en todos sentidos. Ha golpeado con fuerza al mundo entero…..Nuestras actividades se han visto detenidas debido a la rapidez y fuerza de los contagios, que para evitar la propagación del virus y, en todos los países se estableció el “confinamiento” como medida.
La Dra.Natalia De Brigard Merchán, Doctora en Psicología Existencial de la Universidad de Flores (Buenos Aires); autora de investigaciones en categoría posdoctoral; Diplomada en Tanatología del Instituto Dau (Perú); Psicóloga de la Universidad de la Sabana (Bogotá), realiza un análisis que recorre el impacto de la pandemia en la vida de las personas desde el marco antropológico de la Logoterapia fundada por Viktor E. Frankl.
Al respecto, me gustaría partir de una sencilla semblanza de Viktor E. Frankl, así como de una sucinta mención de los principios básicos de su Logoterapia, antes de entrar de lleno al tema del análisis que la Doctora De Brigard nos comparte en cuanto al impacto de la pandemia desde el marco antropológico de la Logoterapia de Frankl.
La logoterapia es una psicoterapia que propone que la voluntad de sentido es la motivación primaria del ser humano, una dimensión psicológica inexplorada por paradigmas psicoterapéuticos anteriores, y que la atención clínica a ella es esencial para la recuperación integral del paciente.
La logoterapia fue fundada y desarrollada por el psiquiatra vienés Viktor Frankl (1905-1997). Desde muy temprano Frankl se interesa por el psicoanálisis y mantiene contacto con Freud. Posteriormente se orienta hacia la psicología individual de Alfred Adler a quien Frankl conoce personalmente. Busca un complemento a la psicología individual adleriana. Habla de los valores y el sentido de la vida. Lo que hace Frankl es entender la diferencia de la motivación respecto a la terapia como expresión de su actitud ante la vida y separarlo de su trastorno principal, de su neurosis. Más tarde se aleja de Adler y es discípulo de Allers y Oswald Schwarz.
Por primera vez usa el término «logoterapia» en 1926 para hablar de su método terapéutico, en una conferencia de la Asociación académica para la psicología médica. Desde 1930 es médico en la institución psiquiátrica Steinhof y aquí comprueba que desde la dimensión noética el paciente puede modificar el curso de la terapia, que ni lo social ni lo psicológico le roba a la persona su libertad “noética”……
Al respecto, Raquel Fernández Formoso, en su publicación “LA DIMENSIÓN NOETICA DE LA LOGOTERAPIA DE VIKTOR FRANKL” en THÉMATA, revista de filosofía, la autora explica que lo que la Logoterapia añade a la dimensión biológica y psicológica del ser humano, no es la dimensión social que el paradigma biologicista habría ignorado, sino la dimensión “noética”, espiritual o noológica que caracteriza la constitución del fenómeno humano y lo diferencia del resto de los animales y seres vivos, dimensión que el paradigma biologicista y normativista habrían simplemente evitado contemplar.
Continúa exponiendo que la dimensión espiritual del ser humano permite integrar sus otras dos dimensiones, la psíquica y la somática , y es en ella en la que reside lo constitutivamente humano, esto es, la unidad trascendente de la conciencia y la responsabilidad (Frankl, 2008: 16) que permite concebir al ser humano como un ser dotado de libertad y de voluntad de sentido que se dirige siempre hacia algo trascendente y no meramente a la consecución de su supervivencia (Frankl, 2012a: 26 y Frankl, 2012b: 176)….. Lo que la logoterapia enfatiza, partiendo de su posición antropológica, es la capacidad específicamente humana para la «autotrascendencia» y el «autodistanciamiento» con respecto a sus dimensiones somática y psicológica.
Una vez clarificado un contenido somero de la Logoterapia, podremos comprender mejor el análisis que la Dra. De Brigard nos comparte sobre el impacto de la pandemia desde el enfoque antropológico de la Logoterapia de Frankl.
Ella señala la importancia de comprender a la persona desde las dimensiones que ya hemos mencionado y que le son propias y la definen como un ser bio-psicosocio-espiritual y que, entenderla desde su ser tridimensional permitirá llegar a la especificidad misma de ella, que a continuación despliega y refiere que, para comprender la unidad del ser humano, es necesario considerar la dimensión humana que es, como lo enseñó Santo Tomás de Aquino, la que otorga unidad en la diversidad y a pesar de la diversidad. Esta, en logoterapia, es llamada dimensión noológica (noos-espíritu); se eleva por encima de las otras dimensiones y las abarca. Es en ésta dimensión donde el ser humano cuenta con los recursos de amor, la libertad (capacidad de elegir); la voluntad de sentido; la responsabilidad y la conciencia.
De Brigard subraya que, es posible comprender que la afectación que la Covid-19 ha tenido en las personas va más allá de las emociones y los sentimientos, refiriendo que el estremecimiento ha sido realmente noético. Ha restringido la libertad, ha requerido el ensanchamiento de la responsabilidad, del compromiso y de la conciencia. Ha limitado y exigido la propia voluntad y ha precisado la –re-significación– y –re-jerarquización– de concepciones y valores específicos que tenía cada uno asignados en su vivir.
Prosigue la autora…….la persona ha sido involucrada integralmente por cuanto esta epidemia ha visibilizado su naturaleza humana en su diferencia específica, al desnudo, desvaneciendo los accesorios que la acompañaban. Y acota, en el afán humano por despejar la “ecuación de la felicidad” hemos olvidado de alguna manera nuestro ser “ser humano”, que es lo que está reclamando la pandemia: “volver la mirada hacia nuestra condición específicamente humana”.
Hace referencia también a la libertad que se ha visto coartada por cuanto se ha pedido llevar una vida de especial conciencia. Las elecciones singulares han tenido que contar con el cuidado de los demás, la atención las regulaciones locales, nacionales y mundiales. Elegir egoístamente puede generar cadenas importantes de sufrimiento y dolor.
La responsabilidad, por su parte, ha tenido que ser ensanchada; las personas deben decidirse por conocer las consecuencias de las propias acciones. La pandemia ha mostrado la repercusión de cada acto singular en el entorno grupal.
Asimismo señala, la conciencia de vivir en comunidad se ha hecho visible exigiendo a cada uno su compromiso con el grupo que lo rodea sin lugar a vacilaciones.
Por su parte, la voluntad está exigida en su máxima expresión requiriendo de una actitud específica que no necesariamente ha sido voluntaria, sino que por el contrario, en las más de las ocasiones ha sido obligada por las circunstancias de vida que nos presenta la muerte como una posibilidad cercana que reclama la fortaleza de ánimo, la templanza y la prudencia. Y el descubrir un sentido es inminente para vivir el momento cotidiano y encararlo con total dignidad.
Acota que el coronavirus repele la certidumbre y las maneras acostumbradas. Precisa el desarrollo de los valores de creatividad en donde se requiere el uso de las habilidades más íntimas en un mundo de complementariedad y equipo, dejando atrás la competencia de vencidos y vencedores. “Es una época que invita a la compasión por el otro”.
Dicha incertidumbre emplaza las significaciones y jerarquizaciones que de atrás acompañaban a cada quien, requiriendo la re-significación y re-jerarquización de los valores más humanos en la individualidad.
Muy querido(a) lector(a)!…. Las citadas reflexiones abren una ventana hacia el interior de nosotros mismos para tratar de descifrar lo que en nuestra dimensión “noética” está sucediendo al tratar de hacer frente a las consecuencias que la pandemia ha traído a la propia vida.
Si Dios no dispone otra cosa, continuaremos desplegando el análisis de la Dra.Natalia De Brigard sobre el impacto que ésta pandemia ha tenido y está teniendo en nuestra propia vida!
Y…..¡¡¡Hasta la próxima, queridx lectorx !!!
