Ramón Cuevas Martínez*
“Cualquiera puede leer un discurso, pero sólo aquellos con voluntad pueden convertir las palabras en acciones”
En los últimos años se ha hecho un esfuerzo por establecer el mayor número de acciones que permitan erradicar la desigualdad de género, una problemática compleja que lleva siglos existiendo, sin embargo, el avance de los últimos diez años ha sido sorprendente en países donde la justicia laboral es una realidad. La actualización de la NMX 025 en Igualdad Laboral y No Discriminación en el año 2015 atestigua este hecho.
El primer paso para atender cualquier problemática social es reconocer su existencia, es claro que los discursos sobre la igualdad no nos llevan a ningún avance si no van acompañados de acciones al interior de los centros de trabajo.
Nuestra sociedad ya tiene una gran conciencia del problema, las crecientes disputas en las redes sociales dan cuenta de este hecho, ahora son necesarias acciones concretas que permitan cambiar las condiciones de desigualdad que viven las mujeres en su vida cotidiana; es decir, se requiere consolidar la igualdad de género sustantiva.
De acuerdo con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), en México, la brecha salarial entre mujeres y hombres era de 18.8% en 2019 y tristemente es la más amplia de los países miembros de la OCDE, muy por encima de la brecha salarial promedio identificada en el 13 por ciento. También, en el estudio “Discriminación estructural y desigualdad social”, realizado por la Secretaría de Gobernación, el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (CONAPRED) y la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), se destaca que en a pesar de tener un nivel de escolaridad y puestos similares, los mexicanos ganan, en una hora, 34% más que las mexicanas.
Estos datos enmarcan la propuesta de reforma a diferentes leyes que actualmente se discute en el Congreso de la Unión, cuya finalidad es garantizar que exista una remuneración salarial basada en elementos objetivos: conocimientos profesionales, destreza, aptitudes para las relaciones interpersonales; los esfuerzos, mental y físico; responsabilidades, número de personas a cargo; y condiciones en que se realiza el trabajo. Esto con el fin de garantizar la disminución de la brecha salarial entre hombres y mujeres.
La iniciativa propone 4 aspectos fundamentales:
Establecer una herramienta efectiva para que las mujeres puedan denunciar de manera directa, sin intermediarios, los actos de discriminación salarial en el trabajo y obtener una reparación del daño. La reforma plantea contar con herramienta institucional efectiva, y no una disposición legal enunciativa.
Establecer como obligación de los Inspectores del Trabajo; monitorear permanentemente las prácticas salariales, para identificar actos de discriminación contra las mujeres.
Crear el Sistema Público de Monitoreo de Prácticas Salariales y Normas del Trabajo, que deberá contener informes detallados sobre prácticas discriminatorias y otras violaciones a las condiciones del trabajo contra las mujeres. Servirá para identificar a los empleadores que cometen actos discriminatorios; y darle seguimiento puntual a los casos y denuncias, para que sean sancionados, corregidos y no queden impunes.
Establecer en la Ley Federal del Trabajo y la Ley Federal de los Trabajadores al Servicio del Estado, Reglamentaria del Apartado 8 del Artículo 123 Constitucional, que los sueldos se fijen con base en criterios objetivos.
En @Gobernova estamos preparando un Webinar gratuito para analizar a detalle los elementos que constituyen esta reforma de ley, y cuál será su impacto real en la consolidación de acciones para alcanzar una igualdad de género sustantiva. Te invitamos a acompañar estas importantes reflexiones.
*Consultor en Gobernova
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