Laura Barreal Danel
Bienvenido…..2021!!!!
Muy estimado(a) lector(a)!!!…Me es grato saludarle éstos últimos días del año 2020 y desearle que, Usted y su familia sean bendecidos con la salud y con muchos otros dones que recibimos a lo largo de cada día, semana, mes y años. La mayoría de las veces, sin ser conscientes de los privilegios de los cuales gozamos y que damos por hecho contar con ellos sin mayor consideración. Sin embargo, ha llegado el momento de percatarnos de las bendiciones que hemos recibido y ser sensatos al darles el valor que cada una tiene. Lo cual implica contar con la capacidad de valorar y agradecer una a una las gracias que hemos recibido y que acogemos día con día.
Al acercarnos al final del año 2020, la reflexión comienza a hacer su aparición en nuestras vidas. Sobre todo, tratándose de un año atípico, que nos ha ofrecido innumerables aprendizajes. La presencia del Covid 19 ha venido a cambiar nuestras vidas, en todas las naciones del mundo, dándonos lecciones muy importantes que, como seres humanos no teníamos contempladas en nuestras agendas y que, al irrumpir el virus de manera tan inesperada, las personas nos hemos visto en la necesidad de adaptarnos a un modo de vida que ni siquiera habíamos imaginado que pudiese llegar a ocurrir.
Es claro que la crisis que el coronavirus ha generado, ha puesto de relieve, entre otras cosas, la fragilidad y vulnerabilidad del ser humano; así como, la ironía de que, la cercanía, el saludo de mano y otras manifestaciones de cariño en éstos tiempos “no son correctas”…. Es más…..resulta “peligroso” debido a que éstas se han convertido en formas de contagio del virus. También ha aparecido en el panorama de nuestras relaciones “Susana distancia”, como invitada especialísima e imprescindible para evitar que la cercanía física que es claro que tanto extrañamos, traiga por consecuencia el contagio del Covid-19, que no solamente pone en riesgo nuestra salud sino la vida misma, pues la ciencia aún desconoce cómo es que el coronavirus se comporta en cada organismo y bajo qué patrones.
Las familias nos hemos visto en la necesidad de modificar dinámicas en las formas de relación entre los miembros debido a que, el “regreso a casa” de todos y cada uno de los integrantes nos forzó a cambiar nuestra forma de trabajo y de estudio. De manera que, en un mismo espacio físico, además de convivir, costumbre que por cierto, habíamos ido dejando atrás, y que hoy por hoy las circunstancias nos han colocado en la necesidad de cohabitar al tener que realizar cada quien su propia actividad, escolar o laboral, reaprendiendo, entre otras cosas, a ceder en favor de alguien más, a fin de lograr la equidad en tiempos y espacios físicos con el objetivo de que cada quién cuente con la oportunidad de cumplir con sus responsabilidades.
La contingencia también nos ha llevado a darle al don de la vida el valor que tiene como un regalo que todos y cada uno de nosotros hemos recibido, sin ningún merecimiento de nuestra parte. Es ésta un don de amor.
Estoy segura que todas éstas enseñanzas y más, nos permitirán salir de la pandemia, siendo mejores seres humanos, para construir una mejor humanidad…..Sin embargo, si no es así, tristemente de nada habrá servido pasar por tan difícil experiencia.
Al respecto, el Santo Padre Francisco en su Encíclica “Laudato si” refiere que el antropocentrismo moderno, paradójicamente, ha terminado colocando la razón técnica sobre la realidad, porque este ser humano “ni siente la naturaleza como norma válida, ni menos aún como refugio viviente”. Agrega que, en la modernidad hubo una gran desmesura antropocéntrica que, con otro ropaje, hoy sigue dañando toda referencia común y todo intento por fortalecer los lazos sociales.
Y, nos pone a pensar cosas como ¿De qué nos sirve el dinero en medio de la pandemia? Si no tenemos salud y no se puede comprar la vida. ¿De qué nos sirven el orgullo y la vanidad? Si la pandemia va con todos, nadie está libre, la ropa de lujo no sirve, porque requerimos de algo cómodo, no sirven los vehículos al no poder utilizarlos. ¿De qué sirven las joyas, si la ansiedad es tal que nadie se pone ni se acuerda de las mismas? ¿De qué sirven las cosas materiales si estamos punto de perderlo todo y, en un momento, podemos quedarnos sin nada?
Si nos detenemos a recapacitar sobre tales afirmaciones, podremos postrarnos a agradecer Al Creador el don de la vida, que por amor nos ha otorgado a cada uno de nosotros y es exactamente a amar que nos ha llamado a la existencia. Donarnos hacia los demás será lo único que justifique nuestro paso por éste mundo para entonces, el día que seamos llamados a la rendición de cuentas podamos presentar el examen final que como San Juan de la Cruz dijo, “en el atardecer de la vida seremos examinados en el amor”
“QUIEN NO VIVE PARA SERVIR, NO SIRVE PARA VIVIR”
Madre Teresa de Calcuta
Querido(a) lector(a)!!!…..Que el año 2021 sea para la humanidad un tiempo para construir sociedades más justas y equitativas en las cuales la solidaridad y la búsqueda del bien común sean puntos de unión de las personas, de las familias, de los pueblos y de las naciones!!!
¿Deseas que en tu familia se viva la solidaridad y la búsqueda del bien común?
Pongo a tus apreciables ordenes mi acompañamiento y apoyo profesional y humano …….a través de “Consultoría y Orientación familiar” que debido a la pandemia, la estoy realizando “online” y, para hacer una cita me puedes contactar al correo electrónico orientafam.lbd@gmail.com
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