Suena el reloj a las 6:35 de la mañana de lunes a viernes, la rutina inicia con un cansancio que se nota a través de sus ojos. Baja lentamente las escaleras de su casa para preparar el desayuno del día, ya que su nieta arriba a las 7:00 de la mañana para iniciar sus clases virtuales a las 9:00 am en punto.
Aranxa Solleiro
Se desliza despacio para no hacer un ruido que pudiera afectar a los vecinos que aún permanecen dormidos, y el mandil, como una especie de uniforme, lo porta para dar paso a sus labores.
Rosario Ibarra de 60 años es recién jubilada, trabajó como secretaria durante más de 30 años en el Gobierno del Estado de México, sus jornadas laborales iniciaban todos los días desde las cinco de la mañana para preparar desayuno, lunch para sus hijos y su marido, ella por otra parte, prefería esperar a llegar a su oficina para desayunar, por lo menos, un atole o un café con un pan.
-Salía de trabajar a las 6 y la verdad es que muy poco pude estar a la par con mis hijos en sus tareas, claro, llegaba a revisarla pero ellos ya debían de haberla hecho para esas horas, si había necesidad de que yo les ayudará en algo, pues lo hacía. Siempre tuve un tiempo muy reducido para descansar o para sentarme tranquilamente en casa, porque de inmediato que llegaba, empezaba a hacer comida, a lavar ropa o lo que se necesitara. Afortunadamente mi mamá me ayudaba con mis hijos y pues así es como fui poco a poco saliendo, porque mi esposo también ha trabajado todo el tiempo. Conversa mientras mueve delicado una olla con frijoles refritos.
Desde hace un año y medio, Rosario permanece en casa, pues el tiempo de su jubilación llegó y junto con ello, sus actividades comenzaron a tomar un rumbo distinto.
-Sí me sentí rara al inicio, porque tus actividades cambian completamente pero poco a poco me fui adaptando a “mi nueva normalidad”. Lo que me ha servido mucho para no sentirme triste por ya no estar en mi lugar de trabajo, ha sido mantenerme ocupada, saber que tengo cosas que hacer, me gusta tener mi casa en orden y eso creo que me ha hecho sentir tranquila y sin pensar en muchas cosas que me hagan sentir triste.
-¿La pandemia por el virus ha traído una nueva perspectiva a su día a día o le ha hecho sentir diferente?
-Pues me ha dado mucho miedo, me considero ya por mi edad una persona de riesgo y la verdad me preocupa mucho pero estoy contenta de tener una casa donde yo pueda estar, sin necesidad de salir. Afortunadamente mi esposo o mis hijos me echan la mano para lo que necesite de la calle, entonces lo menos que pueda salgo.
Rosario no solo ha sufrido un cambio hilado con el inicio de una jubilación y la pandemia, sino también sus actividades en el hogar han tenido que adaptarse a la atención diaria de su nieta, pues por su edad, debe estar al pendiente de lo que necesite, aun a pesar de no sentirse por completo segura de hacer uso de tecnologías o plataformas virtuales.
-Pues sí te sientes a veces sin la preparación suficiente para manejar la computadora o cualquier actividad que a veces le dejan hacer, me pongo muy nerviosa y hay momentos en los que me bloqueo y no puedo ayudarle. Mi hijo trabaja diario desde temprano, al igual que mi demás familia y cuido de ella con mucho gusto, sé que le estoy ayudando a mi hijo pero a veces me gustaría ser un poco más joven o estar más acostumbrada a la tecnología. Los maestros entienden y han tenido paciencia conmigo.
Recientemente, ha iniciado una rutina de ejercicios a través de internet para adultos mayores, ayudándole a eliminar su estrés y mantenerse en movimiento que proteja su sistema inmunológico.
-Estaba acostumbrada a salir a caminar por las mañanas desde que me jubile, lo hacía más o menos por una hora o media hora por muy poco, me hacía sentir tranquila, ahora la verdad dejé de hacerlo por el virus, pero conseguí estos ejercicios en el internet y me los pongo. Si no me ayudo yo, nadie. Tengo que ver por mí.
Se levanta del sillón y camina despacio hasta llegar a su pequeño jardín donde riega las flores que dejó cual herencia su madre.
-Mira, hasta regando las plantas te sientes bien, la casa nunca tiene un fin y siempre hay algo que hacer para mantenerte ocupado. Comparte al compás del rocío de agua.
Como Rosario, la población de adultos mayores está pasando por situaciones de constante presión y estrés, lo que conlleva a síntomas de depresión. Según lo mencionado por el Director del Instituto Nacional de Geriatría, Luis Miguel Gutiérrez Robledo en el mes de octubre, el 30. 6 % de adultos de 50 años y más presentan síntomas de depresión, siendo las mujeres las de mayor porcentaje con el 37.1 %, por lo que Rosario podría encontrarse en el grupo si desconoce los síntomas, los cuales incluso podrían presentarse a través de sentirse cansada, con sueño o intranquila constantemente.
-Sí creo que uno puede caer en depresión, a veces digo de broma que voy a salir loca del encierro, de todo lo que ves y escuchas. Ya andas todo el tiempo preocupado pero no dejarse caer y no dejar que esos pensamientos te ganen es lo importante, por eso yo recomendaría siempre hacer lo que te haga sentir bien, aunque sea ayudarle a tu familia y saber que sigues sano y todavía puedes moverte por ti mismo.
(Foto: Aranxa Solleiro)
