Las integrantes del Colectivo Nido de Luciérnagas, reprimidas y violentadas por policías municipales de Cuautitlán durante una protesta por el feminicidio de Ámbar Viridiana el sábado pasado, denunciaron que los efectivos responsables de las lesiones en su contra, les advirtieron directamente que iban por ellas para evitar que hicieran lo mismo que en la Ciudad de México.
Elena Aguilar
Se trata de la segunda ocasión en que una manifestación de colectivos feministas en demanda de justicia y atención por parte de las autoridades realizada en territorio mexiquense, resulta reprimida por autoridades locales, la primera fue en la Comisión de Derechos Humanos de la entidad durante el mes de octubre, cuando fueron desalojadas con violencia.
Entre las lesiones que dejaron los policías municipales a las activistas, añadieron, se encuentran algunas lesiones en brazos, piernas, costillas, suturas en la cabeza, aunque ninguna fue hospitalizada, debieron permanecer en observación pues los golpes fueron severos con toletes, patadas con botas tácticas, balas de goma, entre otros.
Advirtieron que no será la única movilización y que llevarán la denuncia contra los responsables de las lesiones en su contra hasta la última instancia, pues el feminicidio de Ámbar no es un caso aislado, sino se suma a la ola de feminicidios y ataques contra las mujeres de la región de Melchor Ocampo, Cuautitlán Izcalli, Tultepec.
“Es algo que debemos resaltar porque muchas personas temen manifestar su descontento por las condiciones de violencia contra las mujeres y es que prevalece la represión. Cabe mencionar que la policía no estaba integrada por mujeres sino la mayoría de los elementos que nos agredieron eran varones, que es una lesión más contra nuestros derechos”.
En entrevista, dos integrantes que pidieron resguardar su identidad por temor a represalias, dijeron que este fin de semana las acompañaba en la protesta gente de la localidad, activistas del colectivo, familiares de la chica reportada como desaparecida el 23 de octubre cuando salió a su escuela y días después hallada sin vida, en promedio un aproximado de 50 personas interceptadas por más de 80 efectivos de seguridad. Explicaron que la movilización a la que habían convocado ese fin de semana era pacífica, el objetivo era demandar seguridad para las mujeres y justicia en el caso de la joven estudiante de 17 años de edad; sin embargo, las autoridades no se identificaron, las agredieron verbalmente, lanzaron gas lacrimógeno para intimidar a los asistentes e iban armados con equipo táctico.
“Fuimos las primeras agredidas, las integrantes del colectivo. Ellos nos dijeron que en la CDMX todo nos permiten y dejaron en claro que el problema era con la colectiva porque en el municipio no lo iban a permitir. Muchas resultamos lesionadas de gravedad, nos subieron arbitrariamente a las patrullas, igual que a una niña, mujeres adultas y hombres amigos de Ámbar”.
Relató que la protesta surgió a raíz de una convocatoria pública en diversos municipios de la región, luego de hacer contacto con personas allegadas a la joven víctima de feminicidio.
Al respecto el gobierno del Estado de México pidió a la Comisión de Derechos Humanos estatal que intervenga para iniciar con las quejas correspondientes en contra del o los responsables de la represión.
