Paramédicos con alma de valiente, una lucha constante entre la vida y la muerte. Un juego adrenalínico que se convierte en la razón del día a día. A momentos, el cuerpo se convierte en un caparazón heroico, el miedo queda disuelto por el viento y por instantes, no existe barrera alguna que impida el acto formidable de salvar una vida.
Aranxa Solleiro
Rodrigo Gutiérrez, trabaja en la Cruz Roja, es paramédico desde hace cinco años, su preparación y tiempo con la institución, datan desde hace más de veintiocho años (sus años de vida), puesto que su padre perteneció por más de treinta años, a la camada de compañeros que día con día y noche a noche, sin importar el tiempo, se dedicaba a salvar vidas a bordo de una ambulancia.
Han pasado casi cien días y el trabajo de Rodrigo se ha intensificado de manera desbordante. La desesperación o la falta de fortaleza para seguir adelante, no son permitidas en su presente. Entre cuatro a seis traslados diarios por sospechosos de Covid-19 son realizados, cuando en general se hacen uno o dos, si los acontecimientos cotidianos se atormentan.
“Hasta la semana pasada habíamos trasladado a 23 personas y atendido en las unidades médicas a 30 sospechosas con coronavirus, todos han sido sospechosos porque nosotros no realizamos pruebas.”
La incertidumbre, por supuesto, se presenta constantemente en las horas laborales que van de seis a ocho, si es que existen guardias o casos de emergencia. Sin embargo, comenta que la capacitación recibida desde inicios de la pandemia, le ha dado el recurso suficiente para no temer por contagio y si es que llegara a suceder, entenderá que el aislamiento y las medidas de protección hacía sus seres queridos, deberán ser accionadas, en tanto que habita con su hijo de un año y medio y su esposa.
Gutiérrez comenta que los pacientes que llegan a atender asisten con sintomatologías diversas, por lo que se llevan a un tirage respiratorio y de ser necesario otro tipo de atención, son canalizados a hospitales con atención de pacientes Covid-19.
Entre suspiros de cansancio y con un dejo de angustia por el incremento diario de atención a personas, comenta que al día reciben más de diez llamadas telefónicas pidiendo asistencia y solamente en casos de sospecha ulterior a la serie de preguntas realizadas para hacer una evaluación de los síntomas, es cuando se generan los traslados.
El proceso de colocación de equipo de protección es el mismo que el de los médicos de primera línea en atención a pacientes contagiados: lavado de manos, colocación de guantes, tyvek, lentes de protección con cintas de silicón debajo que evite laceraciones en su rostro, gorro, cubrebocas, careta y botas. Cuando se enciende la alerta, la sirena resuena en cada rincón del espacio, se inhala aire unas tres veces y se va en busca de las cápsulas que fueron donadas para el traslado de las personas.
“Las cápsulas fueron donadas, así como la mayoría del equipo de protección, pero no es suficiente porque ahorita casi todos los pacientes son sospechosos y nosotros al no poder determinar si es un cuadro de alergia o relacionado con el virus, pues debemos de tener cuidado preciso, casi exagerado. Contamos con dos cápsulas y dos fueron donadas. Por turno hay una unidad con cápsula disponible porque no tenemos el recurso para desplazar a cada una de las unidades.”
Se sacude las manos después de la colocación de gel antibacterial, se persigna con la fe que debería ser vista en el mundo entero. Argumenta antes de salir que el cuidado debería de ser masificado, sus manos lo aseguran, los pies, los brazos y las rodillas después de cargar delicadamente las cápsulas con pacientes.
“Decidí esta profesión porque entendí que alguien debería dedicarse a salvar a quien está en peligro, pertenecer a las personas que luchan por salvar un poco de todo el desastre, es para mí un honor, un sueño y nunca el cansancio, debe de ser el ganador.”
Se entiende entonces, que nuestros días siempre han estado rodeados de héroes, saber identificarlos y sobre todo apoyarlos en la medida de lo posible, debe ser considerado una lucha mano a manos con ellos.
Actualmente cualquier dependencia de la Cruz Roja está abierta a cualquier donación tanto de equipo de protección como de cápsulas de traslado, por lo que se llama a la población a no dejar de lado la relevancia de su labor.
(Foto: Aranxa Solleiro)
