Liberándonos de nuestras ataduras!!!!
Muy estimado(a) lector(a)!!! Le saludo con el gusto de encontrarme con usted a través de la lectura de la presente columna…… Acción que mucho aprecio y agradezco de su parte en cuanto al tiempo y espacio que usted nos dedica. Deseo que usted y su apreciable familia se encuentren bien y también esperando que estén cumpliendo con la acción solidaria y responsable de “Quedarnos en casa”, cuidándonos nosotros mismos y cuidando así de los demás y de éste modo, coadyuvando a mitigar los efectos de la pandemia por la que nuestro país y el mundo estamos atravesando.
La pandemia y el confinamiento como medida de mitigación, nos han llevado de regreso a casa, a convivir en familia, a reencontrarnos, a vivir la experiencia de la vida familiar que, debido al estilo de vida agitado que hemos venido adoptando y que, por desgracia, nos hemos desacostumbrado a dicha coexistencia y cercanía. Misma que es fundamental para construir una vida familiar que proporcione a sus miembros la certeza de saberse y sentirse amados de modo incondicional a través de la cercanía y la comunicación afectiva que la persona humana requiere y que solamente en la familia se experimenta.
A cambio de tal cercanía afectiva en el núcleo familiar, hemos cambiado, en muchas ocasiones nuestra vocación al amor, que nos permite conquistar nuestra libertad y entonces hemos elegido hacernos prisioneros de las ideologías que privan en el ambiente social para quedar presos de la moda…, de una imagen…, de un puesto de trabajo…, de la belleza…, de un estatus…, etc. etc y como consecuencia, quedamos siendo esclavos de nosotros mismos, de nuestro propio egoísmo. Es una realidad, que el mundo ha estado preso en los últimos tiempos y no lo sabe……. Y vamos por ahí gritando que amamos la libertad.., que somos libres…, que no nos presionen…, que nos dejen “libres”……sin tener siquiera idea del verdadero significado de la LIBERTAD. La pregunta que surge hoy, en la situación que la pandemia presenta con el confinamiento como medida para mitigar sus efectos se refiere a….. ¿Dónde está la verdadera prisión y dónde se encuentra la verdadera libertad si “debo quedarme en casa”? Y…..difícilmente logramos percatarnos de que ahí está la verdadera libertad, en mi interior, cuando “elijo” quedarme en casa para cuidarme y con esto también cuidar de los demás…….Guau!!! Será que por primera vez, después de mucho tiempo, me percato de que con lo que yo haga, puedo ayudar a otros?…. ¿Que los seres humanos vivimos en comunidad y que no somos creaturas aisladas, como hemos pretendido vivir los últimos tiempos?…….Finalmente, dicha acción responsable y solidaria de “quedarme en casa” abona para que menos personas adquieran el virus, que más personas luchemos juntas para salvar nuestras propias vidas y las de los demás…. A través de las noticias me doy cuenta de la importancia de ser obedientes y solidarios con los medidas propuestas por la autoridad a fin de coadyuvar a amortiguar los efectos nocivos de la epidemia, pues el virus no discrimina, todos podemos infectarnos, hecho que necesariamente me lleva a voltear a ver al otro…..Me percato entre otras cosas de que, hoy por hoy, el dolor se hace presente en muchas familias a través de la presencia de un microorganismo que ha llegado a cambiar al mundo, a mi familia, a mis amigos, a cambiarme a mí, deteniendo mi vida en diversos aspectos y al final puedo enfrentarme a mi propia finitud, que también me impacta y me cuestiona. Recordemos que Viktor Frankl descubre en su experiencia en los campos de concentración que, “más se trata de responderle a las preguntas que la vida nos hace y no de hacerle preguntas a la vida”
Si reflexionamos acerca de… ¿dónde está la verdadera prisión y, dónde se encuentra la verdadera libertad?…tal vez podremos concluir que es una realidad que el mundo ha estado preso y clama libertad…….y no nos hemos percatado de que tal vez personalmente me encuentro preso en el propio corazón, preso de resentimientos, preso de situaciones, preso de una representación social, y que resultan verdaderas vanalidades que nos esclavizan.
La vida nos está ofreciendo una oportunidad de oro para hacer un alto y recuperar nuestra libertad, haciendo un pequeño análisis de nuestras propias cadenas, para ejercer dicha libertad, que se encuentra en nuestro interior y a la sazón comenzar a soltarlas y, en tal caso, si así lo elegimos, regresar al camino del amor, que es precisamente nuestro llamado a la existencia……Clamemos y volvamos a Dios para encontrar que, después de la tristeza y dolor de éste tiempo de purificación por el que atravesamos hoy, descubriremos que posteriormente vendrá algo mejor y, depositando nuestra confianza en Dios sabremos que…., ésto también pasará.
Dejar de compararnos con otras personas, será un paso muy importante para recuperar la propia libertad. Es nuestra interioridad la que nos dará la luz, necesitamos abrir ese cofre para escuchar nuestro corazón y poder construir poco a poco un orden interior que implica conseguir congruencia entre nuestros pensamientos, nuestros sentimientos y nuestras acciones……ejercicio que nos permitirá experimentar “satisfacción personal” en el propio desempeño, lo cual se traducirá en una verdadera paz interior que, desde luego, es la mejor recompensa que cada persona puede brindarse a sí misma. Siendo así, seguramente lograremos un mejor cumplimiento personal, en el gozo de una libertad plena que nos conceda la certeza de ser nosotros mismos, desarrollando la capacidad de amar y cumplir de esa manera con la vocación a la que hemos sido llamados a la existencia y al final de nuestros días poder exclamar, como decía el poeta,
¡VIDA,… NADA ME DEBES!…..¡VIDA,.. ESTAMOS EN PAZ!
Y….Hasta la próxima, querido(a) lector(a)……. Que Dios nos bendiga a todos!!! Nos encontramos en orientafam.lbd@gmail.com También me encuentras en http/youtube/98oVD_LR9iA
Foto: Atik sulianami en Unsplash
