El pasado miércoles, el Estado de México se convirtió en escenario de una protesta por docentes de organizaciones contra la Reforma Educativa y adheridos a la Unión Popular Emiliano Zapata (UPREZ), que se instalaron frente a Palacio de Gobierno exigiendo reconocimiento oficial para sus escuelas irregulares, basificaciones y pagos salariales.
Sin embargo, su estrategia no sólo incluyó el plantón, sino también bloqueos que impidieron el paso de burócratas y afectaron la movilidad en miles de personas en Toluca.
La protesta intentó ejercer presión sobre el gobierno estatal a través de actos que rozaron el límite de la legalidad; pero, en lugar de ceder ante las imposiciones, la gobernadora Delfina Gómez respondió con la prudencia y el diálogo que la caracterizan.
Sin amagos ni confrontaciones, escuchó a los manifestantes, atendió sus inquietudes y estableció un canal de comunicación institucional que permitió destrabar el conflicto.
Gracias a este enfoque de no caer en amagos, este martes 4 de febrero, el plantón fue levantado. Se acordó instalar mesas de trabajo posteriores para revisar el pliego petitorio de los inconformes.
(Foto: Especial Portal)
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