Despiértate, te busco
Durch Nacht und Flut-Spanish Versión
Mi corazón arde de peligro
Elévate mi luz, se prende mi alma
Sigue aquí, yo se te encontraré
A través de los mares, te siento
Te oigo llorar, pero debes de esperar
Yo sé, te encontraré
Pero encontraré lo que busco,
Lo que busco…
A través de la noche
A través de los mares
A través de la Noche y la inundación- Versión en español
Senén Viñas Tavira
Tras su aparición en marzo del 2019, celebrando sus 30 años de trayectoria, la banda suiza-alemana volvió a Toluca, congregando a su fiel cofradía toluqueña que de nueva cuenta abarrotó el Teatro Morelos, para participar en la solemnidad musical a la que convocan siempre la cantante y tecladista Anne Marjanna Nurmi, junto a Tilo Wolf, el guitarrista compositor de una serie de piezas con sonidos abigarrados que bien representan la soledad y desesperanza, entre otros de los sentimientos mas incomodos al que el ser humano parece condenarse por las formas de la vida moderna que parecen devenir en conductas como el automatismo y aislamiento.
Iniciando desde la congregación de la feligresía en el atrio-explanada del “Morelos”, que en gran parte se presenta con los atavíos celebratorios de rigor: ropa negra, maquillaje oscurantista, largas túnicas, que ingresan al recinto ceremonial de un escenario cuasi austero, en el que los oficiantes Wolf y Nurmi, uno con su voz abigarrada que arrastra su entonación, y la otra con un canto que fluye como la adecuada vocalización contrastante, los conducen a través de los sinuosos caminos sonoros de complejas estructuras, que concluye en cada canción con una singular comunión musical que, aderezada por los solventes acólitos-ejecutantes del requinto, bajo y batería, conducen a que al terminar su presentación, el grupo regrese a brindar hasta 2 “encores” musicales que denotan la satisfacción complaciente de Lacrimosa para con sus fieles, a tal grado que ahí incluyen la pieza en español que es el epígrafe de esta nota.
Y la culminación celebratoria acontece a la salida, otra vez en la explanada, donde los seguidores no solo se reúnen por la tradicional vendimia, sino por terminar de compartir la vivencia, ya que en una orilla un par de músicos violinistas esparcen las notas de una de las piezas celebratorias de Lacrimosa, y mas al centro las personalidades afines se juntan y muestran sus particularidades, como el de quien trajo puesta la vestimenta del Arlequín lloroso, símbolo del grupo, o la de una veinteañera que, luciendo un singular maquillaje facial en el mismo estilo, confiesa su membrecía en esta cofradía desde que era una niña adolescente de 13 años. Todo, como una muestra de que en un paramo vivencial existencial, la música suele conducir a enriquecer la existencia.
Este intento de recuento va también para una pareja como Lulu y Paco, quienes, junto con mi amigo, el Güero Manuel, en esta ocasión no pudieron enarbolar su feligresía. Lastima, pero seguro que para la otra se redimen.
(Foto: Teatro Morelos)
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