Ivan Joatzay
Con la cercanía de día de muertos, la emoción surge entre los mexiquenses a través de la venta del pan de muerto, maquillaje y decorativos alusivos a la celebración, sin embargo, aunque la festividad de veneración a los difuntos es conmemorada tradicionalmente hasta el 1 de noviembre, pueblos originarios de la zona norte de Toluca comienzan la celebración mexicana desde septiembre.
Dejando ver caminos de cempaxúchitl a sus hogares desde el pasado 27 de septiembre, pobladores de San Cristóbal Huichochitlán, San Pablo Autopan y San Andrés Cuexcontitlán comenzaron a organizar los preparativos para el festejo de la celebración mexicana. En entrevista con Portal, Agustina Rojas González, mujer de 75 años originaria de Toluca, cuenta la trascendencia de mantener viva la tradición de día de muertos y el por qué es importante comenzar a celebrarla desde esta semana:
“Ya empezamos porque así es acá, así mis abuelitos me enseñaron. Ellos nos dejaron esa costumbre de que en el día de San Miguel llegan los difuntos, entonces ponemos la fruta que se puede comprar como las manzanas, guayabas, plátanos, jícamas, camotito, les ponemos pescado, el pan de muerto, pan telera, el café, la leche y las velitas, todo esto es la costumbre del día de San Miguelito”

La señora Agustina contó que, como un rasgo originario de la celebración a los muertos que muchos desconocen o han olvidado, los preparativos de recepción a los difuntos deben organizarse desde la ultima semana de septiembre y comenzar a arreglar los panteones para la llegada de los difuntos (a causa de accidentes) que llegan a los hogares mexicanos de la noche del 28 de septiembre a la mañana del 29 de septiembre, conmemorando el día de San Miguel Arcángel.
De acuerdo con pobladores nacidos en San Cristóbal, esta es una parte importante para dar inicio a la celebración de muertos y, aunque coloquialmente no se celebra la tradición desde el día de San Miguel en múltiples zonas del país, en la capital mexiquense sí ha sido una costumbre importante que se ha ido perdiendo a través de los años:
“Nada más lo hacemos aquí en San Cristóbal, San Andrés y San Pablo, nomás los 3 pueblos ¿por qué los demás pueblos no? Pues porque ya lo olvidaron, nada más hasta el 31 y el primero comienzan a hacer algo. En el panteón de nosotros ahorita ya pueden ir y ya está lleno de flores el panteón. Los que no saben, los que vienen desde lejos o entierran sus difuntos en otros lados pues sus panteones casi siempre están vacíos, secos y llenos de hierba, pues no le hacen caso” afirmó una madre de familia de San Cristóbal.

Dentro de las festividades, la señora Agustina explicó que desde septiembre hasta el primero de noviembre organizan al menos 3 ofrendas dedicadas a los difuntos: la del 28 al 29 de septiembre (dedicada a los muertos accidentados), la del 31 de octubre al 1 de noviembre (dedicada a los niños fallecidos) y la del 1 al 2 de noviembre (dedicada a todos los difuntos).
En sus preparativos al día de muertos, los pobladores de San Cristóbal acostumbran ir a regar los pétalos de cempaxúchitl para trazar caminos de entrada a sus hogares, poner un “cemerio” o copal de bienvenida, prender velas a lo largo de sus hogares, preparar la ofrenda con fruta, agua y pan, y posteriormente rezar para la llegada de los muertos.
“El camino es para que cuando lleguen los difuntos chiquitos, vienen llegando y encuentran las flores en la casa de uno y ya empiezan a entrar porque ya está la mesa lista. Se riega ese camino de cempasúchil para que entren en la casa y ponemos el cemerio para recibirlos.”

De acuerdo con la señora Agustina, muchas de las costumbres olvidadas en la zona norte de Toluca (tales como el camino de flores, el pan tradicional en la mesa, o el preparar la ofrenda en petates colocados en el suelo alrededor de cempaxúchitl) también son parte de los orígenes de la tradición de día de muertos y, hasta donde conoce, los rasgos de la tradición, celebrada desde septiembre, son una costumbre mantenida por más de 6 generaciones antecedentes a ella.
“La costumbre está viva aquí: en San Pablo, en San Cristóbal, en San Andrés. Los tres pueblitos sabemos de la costumbre y yo creo en ella. El que cree, escucha, y el que no cree, no escucha. Yo los he escuchado, como anoche, que [los difuntos] estuvieron adentro y ahí andaban, pero yo no hago nada de ruido” expresó la señora Agustina.
(Foto: De archivo, Ivan Joatzay/ web)
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