"Sin cubrebocas no te vendo" es la leyenda en restaurantes, lanchas y el barco para visitantes en el municipio de Valle de Bravo. A la par, trabajadores del ayuntamiento, además de policías que recorren el centro y el muelle, piden a los visitantes que se coloquen el tapabocas, así como el gel antibacterial.
Elena Aguilar
Durante la Semana Santa llegaron cientos de visitantes al pueblo mágico, donde los prestadores de servicios exigen el uso del aditamento como medida de seguridad para evitar la propagación del SARS-CoV-2, aunque también los turistas cumplen con el requerimiento, algunos dicen que "hay que relajarse, pero con cuidado".
A Valle de Bravo llegaron decenas de familias provenientes de municipios aledaños al pueblo mágico y sobre todo de la Ciudad de México, la mayoría determinados a cumplir con las exigencias y prevenir los contagios de la Covid-19.
Ya sea para subir al barco o las lanchas que hacen recorridos por la laguna, también al ingresar a los restaurantes de la localidad, pero en todos los casos los trabajadores piden mantener el orden.
Las familias que acudieron con la finalidad de pasar los últimos días de la Semana Santa, señalaron que "con todas las medidas sanitarias" estaban dispuestos a pasar un día tranquilo, a cambio de no visitar algún destino de playa, por el riesgo que ello implica.

En Valle de Bravo el clima es cálido, los establecimientos con venta de bebidas alcohólicas se ven al máximo de la capacidad permitida, en el barco los espacios son superiores al metro y medio de distancia, y si alguien se levanta para tomar fotos, le piden no retirarse para nada el cubrebocas.
"Estamos pidiendo a los visitantes que respeten el uso de cubrebocas porque esta dentro del Bando Municipal, hay una sanción en caso de incumplir, pero la mayoría accede", dijo una de las trabajadores en el muelle.
Mientras que Susana, una joven que acudió para celebrar el cumpleaños de su pierna, reconoció que no le molesta seguir las reglas, incluso dijo haberse acostumbrado al aditamento, pues en Toluca siempre.lo utiliza para salir.
"El calor es sofocante, la verdad sí cuesta trabajo, pero es lo que debemos hacer y no quiero contagiarme", añadió.
En este municipio mexiquense desde noviembre del año pasado la autoridad local estableció que la multa por incumplir con el uso del cubrebocas es de 200 pesos, en un mes sancionaron a nueve personas, la mayoría habitantes del lugar
En el mercado, los locatarios cumplen con la exigencia, los establecimientos de comida se observan concurridos, tacos, fruta, guisados, la mayor parte de los comerciantes se dicen "felices" de ver tanta gente y tener la posibilidad de recuperarse económicamente.

(Foto: Elena Aguilar)
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