Aranxa Solleiro
Detrás de tiroteos, detrás de visualizar y escuchar un video de un amigo cercano dedicado a la protección de habitantes mientras se encuentra en servicio, existe un alma, un cuerpo, una mente y un corazón de bombeos fugitivos de temor y angustia, no por él o ella, sino por quienes le rodean.
Ella es Pamela Sánchez -pseudónimo que usamos para este escrito por motivos de seguridad-. Desde hace más de veinte años, habita en uno de los municipios del Estado de México en donde es común que los varones, se dediquen a la seguridad, es decir, perteneciente al cuerpo de policías.
“Vivimos en el mismo pueblo desde niños, nos hicimos amigos desde entonces y a él siempre le llamó la atención ser policía, porque decía que eran como superhéroes. Yo siempre lo he querido como a un hermano, cuando crecimos y supe que se había inscrito como uno, la verdad sentí orgullo, mucho orgullo, pero al mismo tiempo empecé a sentir mucho miedo por él, porque sé el tipo de vida que llevan y sé que el país en donde vivimos no es el mejor de todos o el más seguro. No quiero imaginarme si en algún momento le toque cubrir alguna riña o algo así muy fuerte y él salga mal”, comparte.
Pamela recibe noticias continuamente sobre fallecidos en el Estado de México, sabiendo que Jorge -al ocultar su verdadero nombre por seguridad- puede estar relacionado con la búsqueda de culpables y sujetos que sean considerados un peligro para su vida. “Siento que mi sangre se me va a la planta de los pies cada que leo una noticia mala de muertos y tiroteos en cualquier lado, porque sé que él será de los que envíen para verificar cómo están las cosas. De inmediato le escribo o le llamo para saber cómo está, ya cuando me responde con un “todo bien, manita. En este (incidente) no voy.” Me regresa la sangre al cuerpo.” Compartió con un grado de angustia inconmensurable.
Algunas de las actividades que Jorge realiza durante su jornada laboral son: atención de guardias en espacios físicos, detención de delincuentes o personas detenidas, custodia de detenidos en las dependencias fiscales, auxiliar para investigación de hechos delictivos y vigilancia en espacios urbanos; compartiendo Pamela que no en todo momento son capacitados para hacer cada una de las actividades que desempeña o actuar de manera inmediata para la resolución de problemas civiles.

“Pues él, como sus compañeros, han debido de estudiar mucho de superiores o simplemente van ganando experiencia sobre cómo actuar al momento de tener un problema. Les dan equipo para protegerse pero la verdad, no siempre son bien capacitados para hacer uso de ello. Por eso es más el peligro, porque la gente que los ataca sí se prepara y a veces tienen que actuar de manera instintiva, aumentando su peligro, desde mi punto de vista.” Dijo.
Aunque asegura que hasta el momento Jorge, ha podido desempeñar su rol de trabajo de manera precisa, sí ha tenido que buscar ayuda psicológica para sobrellevar hechos en su vida que le han marcado o al cumplir con su labor en momentos bajo presión en circunstancias difíciles. Ella y su familia, por otra parte, se han visto en situaciones de ansiedad excesiva, en donde tratamientos para mitigar el malestar psicológico ha desbocado en atención de terapias psicológicas.
“Sí es difícil, no solo para ellos, sino para uno como su familiar o en este caso yo que soy su amiga más cercana, hay situaciones que nos gustaría controlar de su alrededor pero no podemos y la angustia que pasas a veces te sobrepasa, como que no eres capaz de controlar crisis de ansiedad. Sé de integrantes en su familia, especialmente sus padres, que han debido de ir a terapias para ayudarle también a él al no demostrarle que están todo el tiempo preocupados o con un sentimiento de temor. A veces solo nos fijamos en lo feo del trabajo de ellos pero mucho dejamos de lado a su familia o seres queridos.” Compartió.
De acuerdo al último reporte en diciembre de 2020 del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, en el Estado de México existen 17 mil 174 elementos operativos con los que cuenta la Policía Preventiva Estatal, contando con un salario mínimo de 12 mil 710 pesos, para elementos de baja jerarquía como Jorge, sin embargo, según lo dicho en el reporte, no cuentan con servicio médico para cualquier daño que pueda ocurrirles y en caso de algún fallecimiento al momento del cumplimiento de su deber, los familiares reciben una indemnización de $500 pesos, siendo esto para Pamela y su familia, una falta de humanización y consideración no solo al elemento de seguridad, sino a su núcleo familiar de quien Jorge aún depende.
“No importa, yo siempre estaré para él como su familia, podemos seguir tomando muchas terapias para ser mejores o ayudarlo a él también en la parte externa a su trabajo, pero nunca dejará de ser una labor de valientes.” Concluyó.

(Foto: Aranxa Solleiro )
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