“El futuro de la energía limpia ha dejado de ser una promesa: ya es un hecho”. Con estas palabras, el Secretario General de la ONU, António Guterres, marcó un punto de inflexión en la lucha global contra la crisis climática, al presentar un nuevo informe sobre el estado y las oportunidades de la transición energética, respaldado por organismos internacionales como la Agencia Internacional de la Energía, el FMI, la OCDE, la IRENA y el Banco Mundial.

En su discurso, pronunciado el día de hoy en la sede de la ONU, Guterres fue claro: ni gobiernos ni industrias ni intereses especiales pueden detener el avance de la energía renovable. Aun cuando los grupos de presión intenten frenarla, “ya hemos superado el punto de no retorno”, subrayó.

La base de esta transformación histórica se sustenta en tres pilares contundentes:

La economía de mercado: Solo en 2023, el 10 % del crecimiento del producto interno bruto mundial se debió a los sectores de energía limpia.

La seguridad y soberanía energéticas: el viento y el sol no están sujetos a embargos ni conflictos geopolíticos.

El acceso: las energías renovables pueden llegar donde las infraestructuras fósiles no.

Pero el llamado de la ONU va más allá del reconocimiento de un cambio: es una invitación urgente a acelerarlo de forma justa y equitativa. El informe destaca seis ámbitos clave de oportunidad para lograrlo:

Integrar los nuevos planes climáticos nacionales a la transición energética.

Construir sistemas energéticos del siglo XXI.

Satisfacer la creciente demanda global de electricidad con sostenibilidad.

Asegurar una transición justa que no deje a nadie atrás.

Impulsar el comercio y la inversión en tecnologías limpias.

Usar el poder de las finanzas para liberar inversiones en países con gran potencial renovable.

El mensaje es claro: la era de los combustibles fósiles está dando paso a un nuevo paradigma basado en energía limpia, barata, abundante y universal.

“Ese mundo está a nuestro alcance, pero no llegará solo. Este es el momento oportuno y debemos aprovecharlo”, concluyó Guterres.