Ana So.*
Está prohibido guardar recuerdos
durante demasiado tiempo
se echan a perder.
Cuando era pequeña
solía visitar a mi abuela
ponían canciones a todo volumen
para animar el ambiente
el estruendo de las risas
se escuchaba
hasta el patio de la casa.
Los olores, colores
quedaron impregnados en mí
al recordarlos es como estar allí.
Pero en alguna de aquellas
remembranzas
algo empezó a oler mal.
La lama y el moho
de algo pudriéndose.
Y así era,
eran esos recuerdos
enlamándose,
porque a pesar de que
en mi memoria
habían sido hermosos
a la fecha me traían
sentimientos infortunados.
Mi abuela siempre decía
«ya no volvieron a visitarnos»,
«a lo mejor no lo recuerdas»,
pero lo que no sabe,
es que todo está gravado
a la fuerza
como hierro trabajado en la lumbre.
Yo nunca pude dejar de sentir
que algo muy dentro de mí
me seguía faltando
toda la suciedad lavada tenía que ser
porque ya no tenía 10 años
y las cosas, se habían modificado.
*Ana So. Parte del colectivo estudiantil humanista (CEH), estudiante del 5° semestre de la licenciatura de filosofía, facultad de humanidades UAEMex.
Categoría: Literatura |
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