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Opinión

Un poco de sol

Oquetza, camino a la raíz

Un poco de sol

Carla Valdespino Vargas

Scrolleo un poco, me encuentro con publicidad sobre las vacaciones de ensueño en el mar Caribe y aldeas mayas. Sigo con el scrolleo: imágenes y videos: personas felices sobre la playa, personas felices tomando el sol; personas felices ingiriendo bebidas con o sin alcohol; personas felices degustando platillos suculentos; personas felices mirando bellos atardeceres oceánicos; personas felices nadando en cenotes; personas felices posando para la foto en Tulum/Cobá/Chichen Itzá/Uxmal/Kabah o la ciudad mesoamericana caribeña de su preferencia; personas felices buceando en las aguas azulcristalinas; personas felices…

La felicidad que rodea a esas personas podría ser un gran tema de conversación, mas prefiero centrarme en los Viajes Todo Pagado/Incluido (VTP/I) y otros pormenores que iré desarrollando de a poco. Y no, no es que yo vaya a descubrir el hilo negro sobre esta forma de vacacionar y mucho menos se me ha olvidado que este espacio de reflexión mesoamericana y otros por menores, pero poco o poco todo irá tomando forma.

 Los famosos VTP/I resultan ser muy cómodos para los vacacionistas, pues, en un solo click se tiene el avión, el hotel, la comida, las bebidas, los traslados y la felicidad garantizada. Pero, al llegar al destino en cuestión las personas ya no tienen la necesidad de salir de su hotel, quizá visitan un restaurante(recomendado por el hotel/agencia de viajes) diseñado y pensado para no sentirse ajenos a los espacios urbanos de donde provienen, con comida estándar y que es posible encontrar en cualquier punto del país o del mundo. Hasta aquí todo bien, solo nos falta un poco de sol para saborearnos esas anheladas vacaciones. Sin embargo… 

 La población de los lugares destino ha tenido que cerrar sus negocios pues, la mayoría de los visitantes no salen de los hoteles. La diversidad del mundo se diluye. La comida típica de esa región poco a poco entra en el olvido o se convierte en el platillo exótico a degustar en el restaurante del hotel. Lo atractivo de la zona ya no es tal, pues lo único que queremos es playa y sol, no interactuar con expresiones socioculturales diversas. Los pueblos bien estructurados se convierten en simples aldeas folclorizadas. Los habitantes entran en el espacio de invisibilización… se convierten en empleados de los hoteles o comienzan a migrar.

 Perdón, lo olvidaba; también está la opción de vacacionar en una casita típica del lugar… gentrificación, le llaman. De nuevo, nos encontramos ante un movimiento poblacional en pro de las vacaciones… personas desplazadas a las periferias, ya sea de su propio entorno o de las grandes ciudades. Y así, los turistas, a decir de Marc Augé, al hacerse los muertos sobre la arena, al sol o en el mar, se esfuerzan ante todo por no ver la historia de los otros a fin de continuar ignorando que es también la suya propia.

 Pero las vacaciones no terminan ahí, nos faltan las fotos en Tulum/Cobá/Chichen Itzá/Uxmal/Kabah o la ciudad mesoamericana caribeña de su preferencia. Seguramente el hotel nos proporcionará el transporte y, si nos va bien, un guía que nos explique de forma rápida y sintética el quién/qué/cómo/cuándo del lugar. ¿He dicho lugar? Me gusta ver qué hay detrás de las palabras y lo que encuentro al asomarme a lugar es que no solo me refiero a un punto geográfico o físico, sino a ese espacio donde podemos desarrollarnos como individuos dentro de una sociedad, donde es posible construir significaciones culturales; siendo así, Tulum/Cobá/Chichen Itzá/Uxmal/Kabah o la ciudad mesoamericana caribeña de su preferencia se transforman en un no-lugar para los turistas, ya que solo son espacios para la foto, para recordar el supuesto pasado de una nación del que formamos parte.

 P a u s a Nos olvidamos de nuevo de los habitantes de esos lugares pues, quizá, esas zonas arqueológicas continúan siendo parte de sus dinámicas culturales, como sucede en Tenam Puente, Chiapas, donde los tojolabales llevan a cabo la peregrinación en honor a la Virgen Corazón de María. ¿Cuántas ciudades mesoamericanas han sido arrebatadas a las naciones indígenas en pro del turismo?

 Mientras los vacacionistas viajan hacia al sur en búsqueda un poco de sol, los habitantes de esos lugares, que están por visitar, migran hacia al norte o hacia las periferias. Sus caminos nunca se encuentran, sus espacios nunca se tocan, salvo por la bebida/platillo que les es servido.

 Lo único que pretendo es que, al buscar un poco de sol, visibilicemos las historias que hay detrás de cada rostro, de cada lugar que visitemos.

Foto: Especial Acta Semanal.

 

 Espacio de reflexión decolonial sobre el mundo mesoamericano y

 las naciones indígenas del siglo XXI

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