Ana María López

Frente a la narrativa de los medios hegemónicos de comunicación que persisten en el discurso de odio contra la Cuarta Transformación y sus protagonistas, empezando por el presidente Andrés Manuel López Obrador, sus políticas y obras de gobierno, en el sexenio que está por terminar surgió un conjunto de voces que desde la izquierda han multiplicado y fortalecido el mensaje de la 4T a través de los medios emergentes.

Una de estas voces es la de Horacio Franco, destacado en el mundo de la música como flautista excepcional y en los espacios cuya apertura ha impulsado la internet como analista y comentarista. Uno de ellos es el noticiario de Julio Astillero por YouTube, en el cual participa los viernes como uno de los tres integrantes de la Mesa del Más Allá, junto con la actriz Ana Francis Mor y el músico y escritor Fernando Rivera Calderón.

Invitado por Acta Semanal, Horacio Franco habla de sus expectativas en la nueva etapa que se iniciará con el gobierno de Claudia Sheinbaum, sus herramientas para contrarrestar la narrativa de la derecha y el legado que López Obrador dejará a las y los mexicanos que confiaron en él.

Un periodo de doce años —los sexenios de AMLO y de Sheinbaum— apenas va a ser suficiente para consolidar todo lo que se ha venido haciendo a marchas forzadas y a contracorriente —opina—, y en este contexto, la tarea del pueblo será seguir trabajando como pueblo; es decir, informándose, pagando impuestos, tratando de evitar en lo posible la corrupción y trabajando honesta y honradamente.

¿Cuáles son las expectativas que usted tiene en cuanto a la segunda etapa de la Cuarta Transformación?

Para mí un segundo nivel, un segundo piso de la Cuarta Transformación no va a ser otra cosa que la consolidación. Va a empezar a consolidarse en los primeros tres años, y si hay un consenso en la labor de la Cámara de Diputados y se vota otra vez mayoritariamente por la 4T en la segunda mitad del sexenio, se va a consolidar lo que se está comenzando en este primero periodo de la 4T. Es decir, un periodo de doce años apenas va a ser suficiente para consolidar todo lo que se ha venido haciendo a marchas forzadas y a contracorriente.

            Es por demás decir que Andrés Manuel López Obrador tomó el gobierno de México con muchísimos vicios de origen anquilosados en ostracismos, en debilidades burocráticas, en corrupción, y que empezar a quitar eso, y no lo ha quitado al cien por ciento, y todos lo sabemos, él mismo lo ha reconocido, hay cosas que no se han solucionado todavía, pero que en un momento dado vimos con creces, y como nunca habíamos visto en gobiernos anteriores, que se empezó a hacer obra pública de valía y con presupuestos mucho más reducidos porque no se lo robaban todo.

            La obra pública ha sido impresionante. No quiere decir que el PRI no haya hecho obra pública, porque mucha gente está empezando a decir que el PRI sí hizo, y el PAN. Sí, pero las dimensiones de la obra pública que se hizo a marchas forzadas en este sexenio, aparte de las prebendas sociales, aparte de la cuestión social para los jóvenes, de becas, etcétera, aparte de subir los salarios mínimos, incentivar el consumo y que no se cayera por ningún motivo la economía, y que los ricos hayan seguido ganando más que nunca.

            Entonces todo eso ha hecho que, con mucho asombro, estemos viendo que este gobierno sí realmente dio muy buenos resultados a muy corto plazo, un sexenio.

            Yo siempre digo que el sexenio era el peor enemigo de México, porque después de un sexenio se volvía a empezar otra vez, y este es el primero en que no se va a empezar otra vez. Todo eso que logróLópez Obrador y su gabinete, su gobierno y las Cámaras, exceptuando el Poder Judicial, ha sido una corrección de los errores garrafales que se venían dando en México desde hace muchos años.

¿Qué augura para el gobierno de Claudia Sheinbaum?

Que siga con el mismo paradigma, no manipulada por López Obrador, como dice la prensa que perdió privilegios, sino siguiendo la misma política social, la misma política de construcción de obra pública de la Cuarta Transformación que inicia López Obrador. Y Claudia no va a ser un títere.

            A Claudia le va a tocar pelear con la más fea si gana Donald Trump la presidencia de los Estados Unidos, porque las amenazas, los insultos y el hecho de haber puesto a James David Vance como posible vicepresidente va a dificultar mucho la cuestión, aparentemente, porque lo están diciendo de dientes para afuera, bravuconados por una campaña, pero no hay que descuidar ningún flanco en cuestión de economía, de comercio, de relaciones diplomáticas con Estados Unidos, porque se viene difícil si gana Trump. Esperemos que no gane.

            Eso, aparte de lograr salvaguardar la integridad nacional como socios comerciales y como vecinos, y con un presidente que no quiere a México, que trata de hacerlo un chivo expiatorio, y que va a hacer lo mismo con China y con Rusia. Ya sabemos cómo se las gasta Trump, pero en un momento dado, y si lo sigue siendo así, Estados Unidos se va a quedar muy solo ante la comunidad de naciones.

            Más le vale a Estados Unidos tener una relación comercial y una relación diplomática tranquila con todo el mundo. No lo ha hecho por bravucón, pero el mundo ya no se chupa el dedo y ya hay otros paradigmas de acción en gobiernos como el de México, por fortuna, de no sumisión.

            Va a ser una tarea importante no someterse; seguir con el impulso que se ha venido dando a los programas sociales, a la obra pública y a la erradicación incipiente de la corrupción en mandos medios y bajos, pero tienen que ser muy observadores en eso y realmente muy inteligentes para denunciar cualquier cosa.

            Una de las instituciones que más se abandonaron en este gobierno fue la Secretaría de la Función Pública. En verdad la persona que se encargue va a tener una labor gigantesca. Todos los secretarios de estado van a tener una labor gigantesca para seguir tratando de enmendar un rumbo perdido por más de 50 años en los gobierno anteriores.

Persiste el discurso de la derecha que habla de Claudia Sheinbaum como un títere de López Obrador y se obstina en seguir mintiendo. Este sexenio la mañanera fue un foro para contrarrestar esta narrativa. ¿Cómo deberá enfrentar esto Claudia Sheinbaum?

Claudia va a tener que seguir haciendo mañaneras todos los días, como lo ha hecho hasta ahora. Estamos viendo que todos los días ha hecho una conferencia de prensa, a media mañana, y finalmente va a tener que seguir haciéndola a la hora que sea pertinente, pero tiene que seguir habiendo un diálogo circular, porque la mañanera fue el más grande logro a nivel de comunicación y de defensa del gobierno de López Obrador.

            No se hubiera podido pensar en un éxito de toda la obra pública, de todas las prebendas sociales y de todo el cariño que le tenemos el pueblo mexicano —la mayoría, porque hay mucha gente manipulada todavía, muy manipulada con las noticias falsas que le dan todos los medios de comunicación comerciales—, y que en un momento dado esa gente ya no cuenta, porque nos podemos parar de pestañas y tratar de convencerlos, pero si le van a seguir creyendo a Loret de Mola, a Ferriz de Con, a Alazraki, a Gómez Leyva o a López Dóriga, pues la verdad es que ya no tiene caso pelear por eso, hasta que ellos mismos vean que se están cayendo solitos, y se van a caer. Ya se cayeron pero no se han dado cuenta, y se van a seguir cayendo para la mayoría de la gente.

            Esa minoría, esos 25 o 30 millones de mexicanos que están todavía, y perdón que lo diga así, en la estupidez de creerles, están viviendo en una ficción. Si vemos todas las mentiras y las manipulaciones que son contrarrestadas por la mañanera, por los medios alternativos de comunicación, vamos viendo que cada vez pierden, y las encuestas lo dicen, más credibilidad los medios hegemónicos de comunicación.

            Y están muy enojados, porque lo que les hizo López Obrador fue quitarles todas las prebendas y todos los miles de millones que les dieron Peña Nieto, Calderón, Fox y todos los anteriores.

            Entonces, la única defensa, la más legítima y más funcional, va a ser que Claudia siga haciendo su mañanera todos los días igual, para que haya una verdadera comunicación con la prensa y con el pueblo.

¿Qué deberá tener en mente el pueblo frente a la amenaza de Trump en cuanto el respaldo a la presidenta? ¿Cuál será su tarea?

El pueblo tiene que seguir informándose, trabajando como pueblo —es decir, informándose, pagando impuestos, tratando de evitar en lo posible la corrupción, trabajando honesta y honradamente— no nada más por nosotros mismos, sino por este país, para que evolucione y siga habiendo cambios y modificaciones en todas la leyes, en toda la sociedad, y muy importante, que se haga cumplir la reforma judicial que tiene el gobierno en manos.

            El Poder Judicial ha hecho politiquería, mala política; ha hecho jugadas muy sucias liberando a gente que debía, protegiendo a delincuentes de cuello blanco y tratando de atacar al presidente a como dé lugar, de una manera muy mezquina y casi como vandálica en cierto sentido, inventándole el mapachismo que le invento el Tribunal Electoral. Eso ya no puede ser, ya los ciudadanos no podemos tolerarlo. Ya lo hemos señalado demasiado, detestamos su labor, no a ellos en particular, pero cuando uno los oye hablar de la manera tan alevosa y tan arrogante parece que están instalados en su verdad, que no es la verdad del pueblo.

            Esa es una gran tarea para Claudia Sheinbaum, para el gobierno y para las cámaras de diputados y de senadores.

Más allá de la obra pública y de los programas sociales, ¿cuál será el legado de López Obrador?

El legado de López Obrador es enormísimo. Podemos verlo desde muchas ópticas: la social, la económica, la filosófica también, para saber por qué somos mexicanos y por quién tenemos que trabajar y para qué.

            El legado de López Obrador se puede dividir en muchos aspectos; el legado moral también enorme de López Obrador, con su combate contra la corrupción, ha sido infinito y muy grande, pese a que haya todavía voces enemigas. Él dice que no tiene enemigos, sino adversarios, pero ellos sí se consideran enemigos de López Obrador, sí lo odian y lo detestan, y ellos lo que quieren es erradicarlo de la faz de la tierra e inventarle cosas.

            Pese a toda la probidad que tiene López Obrador, todo lo que se le ha inventado a parte de su familia, como han molestado sobe todo a su hijo menor de una forma mezquina y verdaderamente perversa.

            De todo ello sale libre el presidente, porque sí ha demostrado tener toda la templanza y toda la tranquilidad y la calma para poder aguantar tantas mentiras, tantas noticias falsas.

            El legado de López Obrador es que la gente lo recuerde como un presidente que tiene toda la solidez moral para hablarle a toda la gente que no tiene esa solidez moral con la mano en la cintra y poniéndole los puntos sobre las íes.

Fotos: Especial Acta Semanal.