Martha Romero
Los temores de que ocurriera una crisis hídrica que expertos habían pronosticado para el 26 de junio de 2024, el llamado “día cero”, y que se refería a que los niveles de las presas del Sistema Cutzamala llegarían a niveles tan bajos que no estarían en condiciones de suministrar agua al Valle de México, se han disipado gracias a las intensas lluvias registradas en las últimas semanas en territorio mexiquense.
De acuerdo con el Sistema Nacional de Información del Agua (Sina) de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), de las 14 presas asentadas en el estado de México, tres se encuentran incluso por arriba del 100% de almacenamiento, ocho están por arriba del 50% y tres están a menos del 50% de su capacidad.
Las presas que hasta el pasado 19 de agosto tenían un almacenamiento superior al 100% son la Madín, ubicada en Atizapán de Zaragoza; la Ignacio Ramírez, en Almoloya de Juárez, cuyos niveles de agua se estiman en 126 y 128%, respectivamente, mientras que la presa Taxhimay, que se localiza en Villa del Carbón, está al 100%.
En lo respectivo a las presas con niveles del 50% y más, estas son la José Antonio Alzate, en Temoaya; la presa Danxhó, en Jilotepec, con 59% de almacenamiento; la presa Concepción, en Tepotzotlán, con 69%; la presa Sierra de Guadalupe, ubicada en Cuautitlán Izcalli, que tiene el 75%; la Ñadó, de Aculco, con 73%; la Francisco José Trinidad Fabela, de Atlacomulco, que está a 89% de su capacidad, igual que la presa El Molino, de Aculco, y la presa San Andrés Tepetitlán, de San Felipe del Progreso, que está al 96%.
Sin embargo, a pesar de que la intensidad de las lluvias de la actual temporada ha permitido una recuperación sustancial en la mayoría de los cuerpos de agua de la entidad, la presa Miguel Alemán, de Valle de Bravo, alcanza apenas 34%; la presa de Villa Victoria registra 35% (ambas alimentadoras del Sistema Cutzamala), y la presa Huapango, en Timilpan, tiene los niveles más bajos, con apenas el 14%.
Urgente combatir el “huachicoleo”
En el marco de las Jornadas del Agua ‘Hacia la creación de alternativas agro-hídrico-ambientales para la sostenibilidad del Altiplano Central de México’, expertos de diversas instituciones y dependencias estatales y federales expusieron su visión respecto de la problemática, y sus posibles soluciones, en torno de la disponibilidad de este recurso, problemática propiciada por una serie de factores más allá de las precipitaciones pluviales de cada año y el llenado de las presas, lo cual implicaría un cambio de perspectiva para una eficiente gestión del agua.
Pedro Moctezuma Barragán, secretario del Agua del estado de México, apunta en primer lugar a combatir el robo de agua, conocido como “huachicoleo”, a retomar proyectos exitosos y a dar a las fuentes del líquido un manejo eficiente y en una lógica sostenible, es decir, hacer uso del recurso de manera que se puedan atender las necesidades actuales, pero sin comprometer la satisfacción de las necesidades que la población tenga en el futuro.
Destacó también que es importante que haya coordinación entre el Poder Legislativo y el Ejecutivo, la sociedad organizada y el sector privado para demostrar cómo se puede transitar hacia un modelo de gestión hídrica sustentable, además de que estos sectores están obligados a colaborar para desarrollar prácticas adecuadas y compartir conocimientos, recursos y experiencias con el fin de implementar un enfoque unificado y comprometido.
Momento crucial
Por su parte, la diputada Beatriz García Villegas, presidenta de la Comisión Legislativa de Recursos Hidráulicos del Congreso del Estado de México y organizadora del encuentro, afirmó que el agua no es esencial para la vida solamente, sino también un pilar fundamental para el desarrollo y el bienestar de las comunidades, además de que es urgente transitar hacia un nuevo modelo de gestión hídrica en el estado de México.
“Nos encontramos en un momento crucial para discutir y reflexionar sobre uno de los desafíos más apremiantes de nuestra era: la gestión sostenible del agua”, detalló, y subrayó que en los gobiernos estatal y federal el manejo y operación del agua registra una gran evolución y el modelo avanza bajo principios tecnológicos, científicos y de responsabilidad social.
Proyectos contra la sequía
De acuerdo con opiniones expertas, las condiciones y alteraciones climáticas de los años recientes han dejado de ser extraordinarias para asentarse ya como habituales debido al calentamiento del planeta. Es decir, la sequía por un lado y los patrones de lluvias intensas y en volúmenes considerables y mayores son la expresión clara de que el cambio climático no es algo que vaya a suceder, sino que ya está ocurriendo y sus consecuencias son evidentes, y estas han comenzado a afectar severamente a diversas regiones y en magnitudes difíciles de controlar.
La Secretaría del Agua estatal estima que el próximo año otra vez habrá sequía, con niveles similares a los del 2023, por lo que el Gobierno del Estado de México emprenderá siete proyectos de recuperación de lagunas que tendrán una inversión cercana a los 50 mil millones de pesos, los cuales tendrán como fin infiltrar agua y reducir la extracción y la presión que tienen actualmente los cuerpos de agua y acuíferos de la entidad.
Leonardo Amores Rovelo, director general de Vinculación con Organismos Operadores y encargado de los grandes proyectos en la dependencia, advirtió que una manifestación del cambio climático es el hecho de que desde noviembre del año pasado se ha rebasado el incremento previsto de dos grados Celsius en la temperatura registrada dos metros arriba desde la superficie, lo que es grave porque si esta tendencia continúa cada día va a ser más difícil la gestión del agua bajo el actual modelo extractivista, a todas luces fallido.
Explicó que el incremento de las temperaturas medias históricas registrado desde la era preindustrial es alarmante, pues provoca que se tengan lluvias cada vez más fuertes en menor tiempo y sequías en periodos cada vez más largos, lo que significa que los recursos naturales y el ciclo hidrológico están cambiando de forma drástica.
Refirió que a causa de estos cambios drásticos se espera que los lagos y los cuerpos de agua superficiales que eran perenes se vuelvan intermitentes, es decir, en el futuro inmediato se van a comenzar a secar las presas, cuerpos de agua, lagos y ríos, para lo que se tiene que estar preparado.
Sobre los proyectos que se desarrollarán ante el pronóstico de mayor sequía durante la época de estiaje del próximo año, Amores Rovelo dijo que entre estos se encuentran la recuperación de la presa de Villa Victoria y de la laguna de Zumpango, así como la operación de macroplantas de tratamiento de aguas residuales.
Para la recuperación de los grandes cuerpos del agua, la dependencia estatal tiene en mente emprender varias acciones para darle un respiro a las fuentes de agua actuales, al acuífero y aguas superficiales, ya que “no se puede seguir extrayendo la misma cantidad de agua, porque se trata de un recurso finito que cada vez es más escaso, y en breve no será posible traer agua de ningún lado, ni aún con todo el recurso del mundo”.
En ello coincide Víctor Ávila Akerver, titular del Consejo Mexiquense de Ciencia y Tecnología del Gobierno del Estado de México, quien señaló que la estrategia para abastecer de agua a la zona conurbada de la Ciudad de México trayéndola de muy lejos fue equivocada, y ejemplificó con la cantidad de energía necesaria para hacer funcionar las máquinas de rebombeo del Cutzamala, que es equivalente a la que emplea la ciudad de Puebla para iluminarse todas las noches.
El modelo Salinas
Por su parte Elena Burns, exdirectora de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), sostuvo que tras 32 años de ejercerse en México un modelo mercantilista de agua, impulsado en el sexenio de Carlos Salinas de Gortari, a través del cual se otorgaron concesiones únicas a particulares y se sostenía que la oferta y demanda del agua resolvería los problemas, el fracaso quedó demostrado y hoy está en la ruina.
No obstante, dijo mantener la esperanza de que la organización comunitaria y de la sociedad en su conjunto respecto al tema agua permita ir resolviendo los problemas.
Emergencia sanitaria ambiental
En el foro, Andrés Barreda Marín, coordinador del Comité Ejecutivo del Programa Nacional Estratégico de Agentes Tóxicos y Procesos Contaminantes del Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnologías (Conahcyt), expuso la situación de las 70 regiones consideradas de emergencia sanitaria ambiental que existen en el país. Han sido clasificadas así porque se encuentran múltiples tipos de enfermedades degenerativas donde no solo influye la pobreza de regulación ambiental y la complejidad de los procesos contaminantes.
En esas zonas, dijo, proliferan todo tipo de carcinomas, enfermedades degenerativas que son indicadores de un origen ambiental y que son contempladas como “enfermedad guía”, entre ellas la leucemia en menores de dos a nueve años. Una enfermedad degenerativa con esas características, agregó, solo puede ser atribuible a la contaminación ambiental, que en Toluca, en la cuenca del Lerma en general, se presenta de una manera grave, aunado a que no hay indicadores claros del problema porque falta una investigación seria.
Habló también de la basura urbana, pues en las ciudades se producen millones de toneladas de esta. “En la basura van mezclados todo tipo de contaminantes tóxicos, y los basureros también están en una situación de desorden extraordinaria en todo el país, y no solo la basura municipal, sino la basura industrial. Hay de basuras a basuras, y el estado de México tiene el basurero de residuos radioactivos más importante del país en Temascalapa; hay basureros de llantas, incluso”.
Desperdicios urbanos y suburbanos que con frecuencia aparecen en barrancas, lagunas y ríos, mezclados con residuos industriales, agroquímicos y descargas municipales que contaminan aguas y suelos, como firma del modelo depredador que urge sustituir por nuevas formas de relación con la naturaleza y sus recursos y acciones urgentes de restauración y conservación.
Fotos: Especial Acta Semanal.
Sección: Medio Ambiente |
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