Gabriela Landetta
“Con la Revolución Verde de 1950, 1960 se modificó nuestra cultura y nos fuimos a la dependencia de los agroquímicos; ahora vamos hacia atrás en ese aspecto”, destacó Everardo Lovera Gómez, titular del Instituto de Investigación y Capacitación Agropecuaria, Acuícola y Forestal del Estado de México, Icamex.
Al respecto, destacó la importancia del decreto presidencial del 2020, mediante el cual se prohíbe el uso del Glifosato, el cual entró en vigor a partir del mes en curso, “y con él, otros agroquímicos que pueden ser más peligrosos”.
Sobre el glifosato, National Geographic España específica que “se trata de un tipo de herbicida no selectivo ampliamente usado en agricultura para eliminar las malas hierbas de los campos de cultivo. Es, además, el más utilizado en todo el mundo, y se puede encontrar en productos como el reconocido químico de amplio espectro Roundup”.
En su artículo ‘Glifosato, el controvertido herbicida permitido por la UE’, Berta Erill Soto, especialista en temas ambientales, alerta que “la naturaleza no selectiva de este compuesto implica que mata a cualquier tipo de planta con la que entra en contacto, atacando las proteínas responsables de su crecimiento.”
Agrega que “algunos expertos han relacionado la exposición a este componente con el aumento de la incidencia en una serie de problemas de salud humana: diversos tipos de cáncer, problemas reproductivos, enfermedades neurológicas como la esclerosis lateral amiotrófica (ELA), o la disrupción endocrina, entre otros.”
En el Estado de México ya se han presentado casos en los que se asocia el uso de agroquímicos con el desarrollo de enfermedades como el cáncer, tal y como lo denunció a este medio informativo Lucio Calixto Hernández presidente del comisariado ejidal de Santa María Tlalmimilolpan del municipio de Lerma, en octubre del año pasado, al reportar hasta entonces el fallecimiento de 13 ejidatarios por esa enfermedad.
Para evitar el uso de agroquímicos Icamex contará con la colaboración de una empresa dedicada a la producción de hongos en el Estado de México, la cual donará los residuales que genera, del orden de las mil toneladas por semana, para elaborar composta que en primer término se utilizará en los ranchos con los que cuenta el instituto, pero que también se compartirá con más productores.
Lovera Gómez también se refirió a la importancia de que se prohíba que el “maíz transgénico vaya nuestras tortillas y a nuestros campos” para lo cual ahora se protege y se fomenta el maíz nativo” lo hacemos entre todos: el compañero que trabaja con el tractor en los ranchos de Icamex, hasta los científicos que están en los laboratorios tienen esa línea de trabajo…”.
Asimismo, aseguró que el Estado de México “en realidad es autosuficiente en maíz; por el territorio que compartimos con la Ciudad de México, ellos producen una mínima parte en su sector primario. Entonces se presta confusión de que el Estado de México importa o introduce maíz extranjero: aseguró, aunque reconoció que en la Central de Abastos de Ecatepec “sí es cierto que recibe maíz de Sinaloa y ese maíz es limpio y es sano todavía”.
(Foto: web)
