Gabriela Landetta
Con cinco operaciones a cuestas, haber luchado contra el cáncer y haber perdido un riñón a sus 78 años de edad, Antonio Rivas Rubio continúa como voluntario en la delegación Toluca de la Cruz Roja Mexicana, donde lleva una trayectoria de 46 años.
Invitado por un compañero de General Motors donde trabajaba en su juventud, tomó el curso se socorrista primero y años después, el de paramédico.
“Después de 10, 12 años, aunque sean jovencitos, ya por reglamento pasan a ser veteranos, y yo pertenezco al comité de veteranos que venimos a prestar servicios sábado y domingo, no en ambulancias, sino que hacemos labor social los sábados y domingos, vamos a checar signos vitales al Portal”.
Entre las experiencias más impactantes que le ha tocado vivir en más de cuatro décadas, destacó que la peor de todas fue lo del terremoto de 1985 en la Ciudad de México, “y me ha tocado también el descarrilamiento del tren y un avionazo, entre muchos servicios”.
Rivas Rubio mencionó que actualmente 30 personas forman parte del grupo de veteranos, y sobre las nuevas generaciones que se incorporan a la benemérita institución, comentó que todo va evolucionando, ya que actualmente están más capacitados “y ahora nosotros le aprendemos mucho a los jovencitos”.
Y así, jóvenes cuyas edades son de 18, 20, 23 años coincidieron que su principal motivación para ingresar a la Cruz Roja es ayudar a los demás, y por ello, desde septiembre pasado están en el curso de capacitación correspondiente, el cual tiene duración de un año. Algunos de ellos dieron su testimonio a este medio informativo.
Mayra Martínez García comentó: “estoy aquí porque me gusta ayudar a las personas a salvar vidas” y consideró que hace falta más de apoyo de la gente hacia la institución “porque a veces somos un poco indiferentes”; mientras que
Osmar Martínez Contreras destacó que “es una parte fundamental del ser humano poder compartir y ser empáticos”
Jacqueline Ávila Gómora dijo que a ella le motivó participar en la Cruz Roja “todos sus movimientos, toda su humanidad y el voluntariado que tienen y me gustó ser parte de esa ayuda que siempre dan”. Al respecto, Patricia Galván Ramírez compartió: “estoy aquí porque me gusta formar parte de la Cruz Roja para ayudar a la gente, a las personas que las necesitan, apoyar a la gente en general”.
María Guadalupe Gutiérrez Ávila, de tan sólo 18 años de edad, expresó desde siempre “he sentido el querer ayudar a las personas; el ser parte de Cruz Roja me ha enseñado a convivir con más personas, a tener más empatía y a poner en práctica los valores en casa” y señaló que en la capacitación los preparan mentalmente para controlar sus emociones al ver a los heridos.
“Como venimos saliendo la mayoría de la preparatoria, todos traemos estos ganas de apoyar y ser parte de algo”, destacó Shanti González López, también de 18 años de edad, al referirse al interés de las nuevas generaciones de participar en este tipo de actividades que buscan ayudar a los demás.
(Foto: Gabriela Landetta)
