Lourdes Landetta
Tras la ‘Semana Nacional contra la Corrupción’, organizada por la UAEMex, en colaboración con el Instituto de Políticas Públicas del Estado de México y sus Municipios, y la UAM campus Lerma, la directora de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, Laura Elizabeth Benhumea González, resaltó tres importantes resultados: “el primero que demuestra que la universidad está interesada en hacer visibles prácticas de corrupción que afectan a la sociedad y en proponer alternativas para erradicarla de manera paulatina”, señaló.
Como segundo elemento destacó el poder transmitir y compartir con los estudiantes, desde el ámbito de la academia, la preocupación por el tema y poder discutir sobre esta problemática. Destacó finalmente que quedó de manifiesto la importante participación de estudiantes en los eventos, “están realmente preocupados por el presente y por el futuro que les espera”.
La directora agregó que una de las conclusiones de esta semana de análisis, es que la corrupción ha permeado no sólo en instancias públicas y gubernamentales sino también en aquellas pequeñas prácticas a las que a veces no se les da importancia, pero se cometen en los ámbitos social y público, y donde todos somos corresponsables: instituciones públicas, la academia y por supuesto los ciudadanos.
Por otra parte, al cuestionarle sobre los tiempos políticos que se viven en el Estado de México con una nueva visión de gobierno, la doctora Benhumea respondió: “Para muchos representa todavía una especie de inestabilidad en lo que viene; por el contrario, los propios ciudadanos tenemos que adaptarnos ante estos cambios, pero seguir exigiendo y colaborar sin dejar atrás la propia ideología. No importa de qué color sean, más bien la forma en la que van a llevar las políticas públicas de gobierno. Los ciudadanos y en este caso los universitarios tenemos esa gran responsabilidad de observar el trabajo de lo público, de los servidores del gobierno, pero convertirnos aliados”.
“Los ciudadanos estamos acostumbrados a que el gobierno tiene la obligación y la responsabilidad de dotarnos de todas aquellas cuestiones que necesitamos como si fuera el único ente encargado de la satisfacción, y hablo de las condiciones de los servicios; sin embargo, creo que si los ciudadanos nos organizamos podemos coadyuvar en la satisfacción de esas necesidades para poder descargar en cierto punto al estado, corresponsabilidad ligada a las buenas cuentas”, expresó.
La doctora continuó diciendo que el discurso político es necesario para que siempre haya canales verticales y horizontales de comunicación, “sin embargo, cuando el discurso político se convierte en demagogia, donde hay una disparidad entre lo que se dice y lo que se hace, ahí es en donde exactamente tiene que ver con corrupción, con engaño, con falta de autenticidad y de verdad. Los ciudadanos hoy estamos mucho más involucrados y nos damos perfecta cuenta de la incongruencia, pero es una responsabilidad de nosotros como ciudadanos y como universitarios pedir cuentas. Solamente con ciudadanos activos y despiertos es como los gobiernos no podrán seguir manejando esta misma dinámica”, señaló.
Por otra parte, resaltó que a diferencia de las jornadas del año pasado, en éstas ha habido mayor interés por parte de los estudiantes y se llegó a propuestas más aterrizadas, a algo que puede ser más viable: “el establecernos como un órgano que pueda observar las conductas de las instituciones públicas. Estuvieron con nosotros servidores públicos, funcionarios integrantes de organismos autónomos”, los que recibieron fuertes cuestionamientos por parte los estudiantes.
Dentro de los conceptos vertidos durante las mesas de análisis fue el que las universidades gozan de un alto grado de credibilidad en la sociedad. Al respecto, la investigadora comentó: “Es un honor y una gran responsabilidad saber que la gente confía en las universidades, porque no podemos defraudar a todos aquellos que tienen la esperanza que desde lo académico pueden surgir alternativas para ir cambiando esa dinámica pública que de alguna forma nos ha afectado”.
“Hay que asumirla con todo lo que ello representa: seguir fomentando la calidad en los programas educativos, seguir formando desde lo social desde las áreas exactas, desde las humanidades, la medicina, siempre con un sentido de gran responsabilidad social; no sólo que sean expertos en sus temas sino que sean humanos, éticos, corresponsables, empáticos, y parece que es una de las funciones esenciales de la universidad que representa una gran responsabilidad, saber no solo qué les estamos enseñando sino cómo los estamos formando”, concluyó.
(Foto: Especial Portal)