Leobardo Hernández
Después de cuatro años de poner en venta del avión presidencial (adquirido por Felipe Calderón al final de su sexenio para los viajes de Enrique Peña Nieto) el gobierno de Tayikistán concretó la compra de la aeronave “que no tiene ni Obama”, así lo dio a conocer el presidente Andrés Manuel López Obrador este jueves en redes sociales.
Además, el mandatario, como adelantó durante la conferencia matutina del mismo día, confirmó que el dinero recibido por el aeroplano se invertirá en dos hospitales para las zonas más vulnerables de Oaxaca y Guerrero, respectivamente.
“El gobierno de Tayikistán depositó mil 658 millones 684 mil 400 pesos, de conformidad con el avalúo oficial, a la cuenta del Instituto para Devolver al Pueblo lo Robado (INDEP). Este dinero se invertirá en dos hospitales, en Tlapa, Guerrero y en Tuxtepec, Oaxaca, que serán construidos por los ingenieros militares e inaugurados antes de terminar nuestro mandato”, publicó el tabasqueño, y agregó que ambos hospitales tendrán ochenta camas para atender a los pacientes.
Tras la transacción “de contado”, el gobierno tayikistaní tendrá diez días para llevarse la aeronave, agregó Jorge Mendoza, directivo de Banobras, quien refirió que la operación además traerá ahorros.
“Esta venta va a generar, además de los recursos que recibimos, van a generar ahorros: primero se van [sic] a realizar un ahorro de 332 millones de pesos de intereses que le tenía que pagar el gobierno federal a Banobras, con este monto ya se liquida el arrendamiento. Y Banobras, en su totalidad, la recepción de estos recursos se los va a regresar a la tesorería de la federación para que se puedan aplicar a los proyectos en el sector salud”, explicó.
Así, uno de los compromisos adquiridos por el Gobierno de la Cuarta Transformación, que incluso fue motivo de burlas por parte de los opositores, se concretó finalmente. “Ya nos quitamos este pendiente porque vaya que nos costó encontrar un cliente”, destacó AMLO, en alusión a la extravagancia del avión, motivo del precio extraordinario y privativo incluso para los personajes más ricos del mundo.
(Foto: presidencia)
