Ivan Joatzay
La Central de Abastos de Toluca se ha convertido en uno de los lugares con más alta incidencia de violencia contra las mujeres, quienes son constantemente acosadas al laborar o transitar en dichas inmediaciones pues, de acuerdo con una empleada, incluso han sido víctimas de violaciones.
En entrevista con Portal, la joven trabajadora de la central de abastos, quien se mantendrá en anonimato para este texto por motivos de seguridad, relató cómo se vive la experiencia de acoso y agresiones dentro de un espacio laboral dominado por el género masculino.
“¿Qué tan insegura es para las mujeres la central de abastos?”, fue la pregunta que detonó la plática donde la mexiquense expresó que, si bien, actualmente los grados de violencia de género han disminuido en la zona, laborar en la central de abastos sí es un trabajo de riesgo e incomodidad al que las mujeres se tienen que enfrentar por mantener una sostenibilidad económica:
“Sinceramente puedo decir que es muy inseguro en muchos aspectos, el acoso es uno de ellos, por el simple hecho de ser mujer, podría ponerlo así ¿no? No sé cómo decirlo porque incluso muchas mujeres llegan aquí, no sólo porque quieran sino por necesidad, no encuentran otra manera de sustentarse y pues lo hacen por trabajo ¿no?”.
La joven contó que, durante muchos años, la central de abastos ha sido una oportunidad de trabajo “forzosa” donde las mujeres se tienen que aferrar por sustentar sus gastos; sin embargo, para llevar un estilo de vida “no incómodo” las mujeres deben hacerse conocer y de contactos para que no sean agredidas, explicó la trabajadora.
De acuerdo con la entrevistada, el machismo rige el ambiente laboral como una señal de “compañerismo” y aprobación para todos los trabajadores y que no distingue género:
“Es como decir, ellos me obligan a hablarles así, o ellas ¿no? Porque incluso el acoso podría decirse que también podría venir de otras mujeres que les dicen ‘no, pues es que vete con ella’ y así. Incluso en ellas mismas sería como que apoyen el acoso hacia mismas mujeres con sus compañeros hombres”, expresó la comerciante.
Asimismo, aunque la joven relata que las conductas de agresión sexual ya no están tan presentes como antes, la violencia y supremacía de algunos hombres de la zona se ha hecho presente al rayar en la agresión psicológica.
“En muchas ocasiones, pues sí, yo conozco a chicas que llegan a decir ‘no pues es que yo nada más iba pasando y pues la verdad es muy incómodo’, y sí, puede ser muy incómodo de que tú sólo vayas pasando y saquen los comentarios que hacen, sus comentarios de sus piropos todos ‘ajá’. Es muy incómodo que suceda sólo por el simple hecho de pasar. Muchas mujeres, por lo que sé, han sufrido, tanto de asaltos, ya incluso hasta violaciones en locales comerciales que se prestan más a eso porque esa es la zona de más movimiento, y más cuando es temprano. Incluso, [las chicas] van pasando cuando las bodegas aún están cerradas y [ellos] pues abren sus puertas y las llegan a jalar hacia… o sea, las meten a las bodegas…”
De igual forma, la denigración al genero femenino se ha hecho presente como una constante que, entre juegos de “compañerismo”, puede generar miedo e incomodidad entre las mujeres de la central:
“Las chicas que venden desayunos o que, no sé, están haciendo su trabajo, [a veces pasa] que les ofrezcan, no sé cómo decirlo, sería como… que sean trabajadoras sexuales, cuando no son eso, que les digan no que ‘cuánto ¿cuánto cobras? ¿cuánto esto?’ cuando ni siquiera su trabajo tiene que ver con ello ¿no? es muy muy denigrante la verdad que crean que sólo por el simple hecho de querer arreglarte, de vestirte como a ti te gusta, ya lo tomen de esa manera y sea visto así. Incluso no sólo por usar un vestido, te acosan aquí (…) es muy misógino y, la verdad, sí da rabia ¿sabes? Es muy, muy feo.”
Aclarando que ella no ha sufrido de alguna fuerte conducta de acoso por ya ser conocida en la zona, y además tomar justicia y respeto de su cuerpo por su propia mano, la joven explicó que los piropos, el toqueteo o las miradas son las conductas más incomodas y comunes que las mujeres pueden atravesar al momento de estar realizando sus labores de venta, conteo o supervisión de los productos mercantiles.
Los datos duros: ¿realmente hay acoso en el Edomex?
De acuerdo con datos del INEGI, durante el año 2021, el Estado de México se posicionó como la ñ primer entidad de inseguridad y prevalencia de violencia contra las mujeres mayores de 15 años, remarcando a la violencia psicológica, sexual, física y económica como los primeros puntos de discriminación hacia el genero femenino. Actualmente, y como lo refleja esta entrevista, la violencia se sigue posicionando como uno de los factores principales de conflicto al transitar o laborar en el día a día.
Dentro de la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana 2022 (ENSU), el INEGI reveló que, durante el primer semestre de este año, 20. 2% de la población de mujeres encuestadas afirma haber vivido violencia sexual a través de piropos, 4.2% manifiesta incomodidad por vivir situaciones donde alguna persona les mostró sus partes intimas y 3.9% declara haber sido tocada, besada o manoseada sin su consentimiento. Es así que, tras el pasar de un año y el reajuste de condiciones pandémicas, el Estado de México aún se posiciona como una de las entidades más inseguras y como un ligar firme para agresiones y conductas inapropiadas de índole sexual hacia las mujeres en cualquier tipo de ámbito social, desde el familiar, hasta el laboral.
(Foto: Ivan Joatzay)
