28/Mar/2024
Portal, Diario del Estado de México

“No es fácil trabajar de voluntario”, la otra cara de la ayuda humanitaria en Ucrania

Fecha de publicación:

Aranxa Albarrán, desde Ucrania, colaboración especial para Portal

Son las 12:00 del día, el cambio de turno de voluntarios inicia con fervor. Los pasajeros a diversos destinos del país polaco confluyen y chocan unos con otros para llegar a tiempo a los trenes. Los voluntarios, por otra parte, se encuentran listos para iniciar una jornada más para ayudar a quienes desorientados se sienten, mientras conservan una sonrisa a pesar de los más de 32 grados dentro de la estación. 

Se escucha el resonar de palabras ucranianas en combinación con el tono entrecortado del polaco, los pasos se multiplican uno a uno hasta sentirse en el vaivén de los rieles y la tensión permea cada espacio, no obstante, ellos persisten.

Como ejemplo del trabajo de voluntario se encuentra Joseph de 25 años, quien es proveniente de Liverpool, Inglaterra. Decidió inscribirse como voluntario en la estación de trenes de Varsovia desde marzo de 2022, su trabajo es ayudar a ucranianos a tener la posibilidad de ser parte del Reino Unido, Canadá o Estados Unidos de América al postularse para obtener una visa o un permiso temporal para vivir, asimismo, debe brindar guía a quienes deseen ser parte del voluntariado en la ciudad, aunque menciona que el trabajo no es sencillo, pues junto con él solamente trabaja una persona canadiense como voluntaria, lo cual provoca que los trámites y la atención a los necesitados sea lenta.

“No es fácil trabajar de voluntario, lo haces porque tienes toda la intención de ayudar al otro; pero sabes bien que tu trabajo no es pagado, entonces debes de estar plenamente convencido de serlo y de dedicarte totalmente a la atención de la gente que lo necesita. Ahora son días tranquilos; pero tres o cuatro meses atrás, no podíamos con todo el trabajo, recibíamos a aproximadamente 200 personas diarias, con las ganas de ser parte de alguno de los países a los que representamos”, dijo.

Hoy en día, con base en Joseph, se reciben de 30 a 50 personas, pues indica que depende de la evolución del conflicto para que las personas sean evacuadas. “Cada lugar tiene su alerta en Ucrania, ahora mismo ya no se dan las evacuaciones masivas como en las primeras semanas, ahora se van desplazando poco a poco y especialmente personas en zonas de riesgo”, sin embargo, asegura que, aunque más de seis millones se hayan desplazado hasta el presente, existe mayor población que espera quedarse en su país, pues la idea es resistir.

Como recomendación, Joseph sugiere a quienes llegan a Varsovia, a desplazarse a una ciudad o poblado con menor población como lo es Torun, Bielsko-Biala, Bydgoszcz,  

Wroclaw, Lodz, Poznan, Breslavia o Lublin, pues son espacios con menor demanda y con mayores oportunidades de ofertas laborales y acceso a vivienda. Dado que las ciudades como Varsovia o Cracovia, se encuentran desde mitad de marzo saturadas. 

“He debido de atender todo tipo de personas, desde las que se encuentran muy preocupadas hasta las que se muestran tranquilas a pesar de la situación. A veces te sientes impotente, porque quienes llegan desesperados no pueden hacer otra cosa más que esperar y tener fe de que a donde vayan, van a tener una vida exitosa. Hay quienes te reclaman porque solo estás para orientar y para darles un poco de esperanza, ojalá pudiéramos asegurar la vida de cada uno, pero es imposible y es duro”, mencionó.

Para ser parte del grupo de voluntarios -dijo- es necesario contar con disponibilidad de horario, el cual se divide de las 04:00 a las 12:00 horas, de las 12:00 a las 16:00 horas, de las 16:00 a las 20:00 horas, de las 20:00 a las 00:00 horas y de las 00:00 a las 04:00 horas. De igual manera el voluntario debe ser mayor de edad, saber ucraniano, ruso, inglés o polaco o preferiblemente tener conocimiento de dos de los idiomas mencionados, conocer la ciudad para brindar mejor asistencia, así como tener una prueba Covid-19 negativa y contar con buena salud para evitar cualquier incidencia.

La estación con más de tres centros de atención a refugiados se muestra en todo momento infesta de movimiento, la ola de calor penetra aún más las salas y los pasillos, la sensación de apnea contribuye al desespero de quienes desean hallar una mejor vida o la de aquellos que simplemente se destinan a ayudar. Sin embargo, Joseph detalla que su labor es una razón suficiente para sentirse agradecido y orgulloso, dado que en la actualidad es complejo encontrar personas que se interesen por el bienestar de los demás.

(Foto: Aranxa Albarrán)

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