La Secretaría de Cultura del Gobierno de México y el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (Inbal) presentan “Bill Viola. Tiempo suspendido”, la primera muestra individual en México del artista estadounidense Bill Viola.
La exposición, que se encuentra en Ex Teresa Arte Actual del 28 de abril al 28 de agosto, está compuesta por una selección de ocho obras representativas de su trabajo, a través de videoinstalaciones de mediano y gran formato que buscan crear una experiencia inmersiva, visual y sonora, en diálogo con el espacio arquitectónico.
Al compartir el mensaje de la secretaria de Cultura del Gobierno de México, Alejandra Frausto Guerrero, el director general de Comunicación Social y vocero, Isaac Macip Martínez, dijo que a partir de hoy se puede ver la obra de uno de los artistas vivos más relevantes de la escena contemporánea en su primera exposición individual en México.
Tras dar la bienvenida, comentó que “tendremos la oportunidad de atestiguar el diálogo entre las obras de Bill Viola con la arquitectura del Ex Teresa, sus potentes imágenes se verán abrigadas por el espíritu de Tolsá, -Rafael- Ximeno y Planes, y -Lorenzo- De la Hidalga y -Juan- Cordero. Si algo podremos encontrar en el trabajo de Bill Viola es el diálogo y la interlocución del autor con su público, pero también de su disciplina con la música, la ópera y la cultura”.
En el mensaje que envió la encargada de la política cultural de México, destacó que este proyecto recibió el apoyo del estímulo fiscal Efiartes y la coproducción del Inbal, y que “Bill Viola. Tiempo suspendido” es muestra de que el arte contemporáneo y el arte actual también están en el centro del corazón de la Ciudad de México y en el corazón de México.
En la ceremonia de apertura, la cual se transmitió por redes sociales, señaló que en el trabajo de este artista se dan cita lo visual con lo sonoro, la tecnología de punta con el antiguo art, la mística cristiana con el pensamiento oriental, la búsqueda de la dignidad con el sentir más primigenio.
“En sus obras es común ver al hombre en relación con los elementos, y ahora toca el turno del tiempo. La experiencia de la temporalidad, la temporalidad de la experiencia, esos conceptos que fueron alterados durante la contingencia sanitaria cuando el tiempo pareció suspendido a la vez de pasar veloz”, agregó,
Nuestra sensibilidad, dijo, estará así más que despierta para reflexionar en torno a temas como las emociones, la existencia y la trascendencia humana, a través de esta experiencia inmersiva, visual y sonora, y qué mejor que hacerlo de manera presencial, volviéndonos a ver, como lo dice la campaña de la Secretaría de Cultura #VolverAVerte”, y sentir directamente la obra en este recinto.
En la lectura el vocero señaló que “la cultura y el arte nos salvaron durante la época de la crisis, tan dura que significó la COVID-19, fue alimento para el espíritu y el alma”.
Bill Viola revolucionó el arte vinculado con la imagen en movimiento
Por su parte, la directora general del Inbal, Lucina Jiménez López, afirmó que recibir la obra de Bill Viola en el Ex Teresa tiene una gran importancia, “porque estamos hablando de alguien que sin lugar a dudas revolucionó el arte vinculado con la imagen en movimiento”.
Reconoció en el artista estadounidense a un formador de nuevas generaciones y puntualizó que para él la tecnología es una forma de escritura contemporánea: “Si alguien transformó el sentido del arte a través no solo del uso de la tecnología, sino de la construcción artística en donde la imagen se constituía en sí misma como un fenómeno que iba mucho más allá de la representación, es precisamente Bill Viola”.
Acompañada en el presídium del director del Ex Teresa, Francisco Javier Rivas; del director general de Comunicación Social, Isaac Macip; de la presidenta de Fundación Telefónica, Nidia Chávez, y de la coordinadora nacional de Artes Visuales, Mariana Munguía, la titular del Inbal aseguró que el Ex Teresa es un espacio que se ha consolidado como un lugar donde se expresa el arte contemporáneo, el arte actual en relación con aquellas manifestaciones que se derivan de un diálogo entre la arquitectura, el sonido, la creación, incluso de las artes sonoras más allá de la música, pero también desde la exploración del cuerpo como territorio de creación y como territorio de experimentación performática.
Recordó que Bill Viola en algún momento reconoció que en sus años formativos no tenía tanto interés en el pasado como en el futuro, y todo su trabajo de exploración estaba ligado a esta búsqueda de recursos expresivos a los cuales él incluso se adelantó.
“Cuando se inventa la pantalla plana, en realidad él venía de un trabajo de experimentación en el cual había colocado esas imágenes con esa posibilidad de convertirlas en secuencia. Entonces, estamos aquí ante una exposición de un Bill Viola que- según el artista- empezó a reflexionar en el vínculo filosófico de un arte con los sentidos más profundos de la humanidad, y tiene que ver con esa relación entre la vida y la muerte, con lo sagrado, con las maneras de representar la trasfiguración de lo humano”, agregó.
Por último, agradeció a la Secretaría de Cultura por el apoyo para cumplir “con la obligación fundamental de hacer del arte un derecho para toda la ciudadanía, y reconoció a la compañía española Telefónica, porque con su Fundación había explorado con Bill Viola muchos de estos elementos justamente de esa relación entre el arte clásico y la construcción de estos nuevos lenguajes convertidos en parte del escenario del arte contemporáneo.
Video como una práctica nodal
La exposición toma como eje conceptual la idea del cuerpo confrontado al tiempo: devenir en que se demora el transcurrir de la condición humana y desde el cual el cuerpo se revela como signo y gesto resonante. Las obras refieren de alguna manera a un tiempo sagrado o suspendido desde el cual se plantean situaciones/imágenes que descubren la condición más primigenia de la experiencia humana, expresadas a través de un lenguaje audiovisual.
Considerado un artista icónico de los lenguajes contemporáneos del arte, Bill Viola consolidó el uso del video como una práctica nodal al lado de exponentes como Nam June Paik, Bruce Nauman o Vito Acconci. Creada a partir de la década de 1970, la obra de Viola concita la integración de poderosas imágenes concebidas mediante la exploración de técnicas audiovisuales y el uso de nuevas tecnologías, lo cual le ha otorgado un reconocimiento internacional por la novedad de sus procesos de experimentación y su profundidad conceptual.
Durante los años ochenta y noventa, Bill Viola comenzó a incorporar referencias directas a la historia del arte en sus obras de video, poniendo en diálogo una visión mística cristiana con pensamientos orientales provenientes del hinduismo o el budismo. El artista explora en sus trabajos distintas posibilidades plásticas y sonoras, además reflexiona sobre temas que implican una inmersión en las experiencias más íntimas y al mismo tiempo más trascendentales del ser humano. Sus “pinturas en movimiento” internalizan estados de silencio y meditación a través de la manipulación y ralentización de las imágenes inspiradas en piezas religiosas renacentistas o barrocas.
Algunas de las obras de Bill Viola parecieran querer acercarnos a la vivencia de visiones “sobrenaturales” en las que cierta experiencia mística se comunica mediante los elementos básicos de la naturaleza —agua, aire, fuego y tierra—, que adquieren un poderoso y arquetípico carácter simbólico. En especial, el agua se vuelve en la obra de Viola un medio plástico —visual y sonoro— para transmitir conceptos físicos y metafísicos, como la disolución, la purificación y el renacimiento.
Así, en Fire Woman (2005) el fuego consume y revela la sugerencia de la visión de la propia muerte, mientras que en The Messanger (1996) se establece una metáfora del ciclo de la vida a través del espacio líquido. Los viajes que el artista ha realizado a diferentes regiones del mundo se expresan de diversas formas y recuperan temas espirituales o religiosos, como en Ablutions (2005), que evoca las ceremonias de purificación que se registran en diferentes culturas; o bien, mediante la elección de narraciones literarias, como la historia de Tristán e Isolda en Tristan’s Ascension (2005) o a través de la recreación de obras de arte religioso en las cuales se rinde homenaje a la pintura, desde la imagen en movimiento, como sucede con The Greeting (1995), la cual escenifica la escena plasmada en el cuadro manierista La visitación, de Jacopo Pontormo (1494-1557).
The Quintent of the Silent (2000) explora de manera minuciosa la gestualidad de los rostros, a manera de una pintura devocional religiosa, en la cual se permite reconocer la sutil transición de los estados emocionales.
La exposición cuenta con el apoyo del programa de estímulo fiscal Efiartes, así como con la colaboración de Altex, Fundación Telefónica, Panasonic México y Medusa Lab.
La propuesta expositiva que se presenta en el recinto de la Red de Museos del Inbal se inserta dentro del programa de trabajo de Ex Teresa Arte Actual como parte del eje curatorial “imagen/tiempo, cuerpo y gestualidad”, en la que se busca difundir obras y proyectos artísticos que emergen desde las prácticas de arte de la temporalidad (time based art), soportadas en la imagen/tiempo (performance, videoarte, arte sonoro y sus periferias) como superficie de inscripción y exploración artística desde el cuerpo y la gestualidad.
Los recorridos se desarrollarán siguiendo las medidas para el cuidado de la salud.
Las redes sociales de Ex Teresa Arte Actual son Twitter (@exteresa), Facebook (@EXTAA) e Instagram (@exteresa.difusion), además de contar con canal en YouTube (Ex Teresa Arte Actual).
(Foto: Secretaría de Cultura / Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura)
