Laura Méndez Lefort y la lucha por la voz de las mujeres
Por Claudia Elisa y Gabriela Alejandra López Miranda
Integrantes del Círculo Feminista Alaíde Foppa
Laura Méndez Lefort es un personaje clave no sólo para la literatura, sino para el feminismo que se construye desde el Estado de México; parte de la lucha feminista se ha centrado en la búsqueda y reivindicación de las mujeres pilares o fundadoras de distintos espacios de pensamiento, escribir sobre Lefort contribuye al rescate de los nombres que han sido borrados del canon y de la historia.
Esta brillante poeta, profesora, maestra, periodista, editora, traductora nace el 18 de agosto de 1853 en la Hacienda de Tamariz en Amecameca, Estado de México, donde vivió hasta 1861 cuando su familia decide trasladarse a la Ciudad de México. En la capital del país Laura leyó obras de Locke, Montesquieu, Bacon, Aristóteles, Pascal, Montaigne y Rousseau, que determinaron su vocación libertaria y su perspectiva moderna del mundo.
En 1872 gracias a la Ley de Orgánica de Instrucción Pública que, entre otras cosas, establecía igualdad de acceso a la educación entre hombres y mujeres, Laura pudo ingresar a la Escuela de Artes y Oficios donde fue alumna de Enrique de Olavarría, Eduardo Liceaga y Alfredo Bablot. Al mismo tiempo, se formó en el Conservatorio de Música, donde aprendió idiomas, canto y piano.
Es decir, tempranamente la escritora mostró interés por actividades poco desarrolladas por las mujeres de su época, a los diecisiete años ya asistía a tertulias literarias con poetas, narradores, políticos relevantes como Ignacio Manuel Altamirano. Es en esos espacios donde conoce al escritor Manuel Acuña, con quien tiene un hijo que muere tempranamente, a ello se suma la ruptura definitiva con el poeta, hecho que produce un gran dolor a la escritora, pero al mismo tiempo sirve como aliciente para el desarrollo de su obra, Adiós es un poema de aquellos años.
No obstante, el abandono y la pérdida no fueron los únicos fenómenos que preocuparon a Laura, la reflexión del mundo que la rodeaba y la pedagogía fueron obsesiones constantes en su obra, en este sentido resulta relevante mencionar El hogar mexicano que, publicado en 1870, aparenta ser un manual para señoritas sobre la limpieza de la casa y el uso adecuado de electrodomésticos, sin embargo, es un documento que manifiesta una abierta postura laica y moderna, establece que el hogar puede ser dirigido por un hombre o por una mujer, asume que la casa debe ser un ámbito de libertad para las mujeres y se adelanta a la noción de habitación propia, popularizada por Virginia Woolf. Para Laura Méndez es fundamental la existencia de un espacio físico en los hogares que permita a las mujeres crear.
En este entendido, la mexiquense escribió novela, poesía, cuento, textos periodísticos, en muchos de los que manifestaba una postura abiertamente feminista, hecho de suma relevancia, sobre todo en una época en la que el concepto no estaba claramente diferenciado y la organización era incipiente.
Laura Méndez Lefort a través de sus escritos y de su propia experiencia de vida contribuyó a la reconfiguración de los roles femeninos, pensaba a la mujer como un ser moderno con derecho a estudiar, trabajar y tener voz en el espacio público. Laura murió en 1928, pero su legado permanece y puede ser leído hoy como un pilar para el feminismo mexicano, además, su nombre se suma a la lista de mujeres mexiquenses que nos permiten repensar la historia de nuestro estado en clave femenina y feminista.
