Miguel García Conejo
“Gracias a Dios no lo recuerdo, no recuerdo absolutamente nada del accidente, un taxista me auxilió, después llegaron los paramédicos, creían que yo ya estaba muerta”.
Es la respuesta Erika Ocampo, a quien hace dos años la vida puso a prueba su valor, coraje pero sobretodo su mucho corazón. Una rodada en motocicleta, el manejo irresponsable de un conductor que los embistió a ella y tres de sus amigos le dio un vuelco de 180 grados.
El accidente le generó daño medular que le impide tener sensibilidad y movimiento de la cintura hacia abajo, con ello seis operaciones incluyendo una del pulmón y una larga y dolorosa rehabilitación.
“Me colocaron unas barras en la espalda, unas barras de titanio y después vinieron nueve meses de rehabilitación, de no poderme mover por que la cirugía; se complicó, bajé bastante de peso, las barras se expusieron, tuve seis operaciones más incluyendo una del pulmón y fueron seis meses sin moverme para nada”.
Refiere que lo más complicado de enfrentar esta nueva etapa de su vida es encontrarse con la falta de empatía de la gente.
“Es muy difícil, a veces es mucho más complicado estar escuchando comentarios de gente que nunca lo ha vivido, que esperemos nunca lo viva, y si lo hubieras hecho, y créanme que el día que yo me accidenté no salí de la casa pensando ‘ojalá me pase algo así’, pero llega un momento en el que te cambia la vida por completo
A ello, una ciudad y espacios públicos que no están preparados para cumplir la premisa de la inclusión.
“Falta muchísimo, la ciudad, las banquetas no son para nada aptas para personas con una silla de ruedas, a veces hay que ir por debajo de la banqueta donde es arriesgar nuevamente la vida porque la cultura de los automovilistas desafortunadamente no es muy buena, pero sin los espacios para transitar son muy malos”.
Con ello afirma que la clave para “no dejarse” en este escenario de indiferencia es estar siempre a dispuestos a aprender y que cada día es una nueva oportunidad
“Sigo siendo la misma persona, esto no es una limitante para salir adelante; toda la gente que por cosas menores se deprime y siente que no puede salir la verdad, es que siempre hay maneras, y siempre hay alguien que va estar contigo apoyándote en todo (sic)”
Con el apoyo de su familia y amigos, Erika ha emprendido su propio negocio en la elaboración de bufandas hechas a mano: “Doña chambritas” en facebook como una muestra de que rendirse nunca es opción.
En el marco del Día Mundial de las Personas con Discapacidad que se celebró este tres de diciembre llama a no dejar la empatía, pero sobretodo a vivir sin miedo, en su caso lista para subirse de nuevo a una moto.
“No se puede vivir con miedo yo creo que lo mejor que le puedo decir a la gente es que viva todos los días no como si fuera el último porque no puedes vivir con el miedo de que es el ultimo pero si al máximo y dar lo mejor de ti siempre”.
En Facebook “Doña chambritas”y al teléfono 72 23 96 62 87
“A mis amigos que si sobre paso los amigos me faltan los dedos para contarlos sobre todo a mi amigo de motociclistas que sigo siendo mi grupo se llama las cuscas les mando un súper saludo y son súper amigos” expresó.
(Foto: cortesía)