Aranxa Albarrán Solleiro
La disminución del cambio climático urge… en el turismo
La conferencia del cambio climático, se suscita en una de las ciudades más extrovertidas del Reino Unido: Glasgow. Trece días de trabajo inaudito en donde las potencias del mundo se reúnen a debatir estrategias que mitiguen la descomposición ambiental.
Felipe Hernández, forma parte de la comunidad latina en Europa, viajó desde Irlanda para marchar con decenas de colombianos, mexicanos, argentinos y uruguayos. Proveniente de la capital jalisciense, se enorgullece de ondear la bandera tricolor que tanto le representa y presume.
“Estamos cansados de que el mundo político sea tan desconsiderado con las necesidades de nuestro presente. Los mares se están contaminando cada vez más, los ríos ya no son ideales para la vida de especies endémicas, ya cada vez hay menos familias sin agua y sin una posibilidad de comer. Los niños mueren de hambre en países africanos, del occidente y latinoamericanos. Hasta ahora que también las ciudades europeas se están viendo afectadas por los efectos del cambio climático, ya es cuando deciden ponerse a trabajar. ¡Estamos cansados! ¡No queremos más maltrato al planeta!” Gritaba descontrolado, le seguía un séquito de paisanos, todos encapuchados con un traje rojizo.
Las imágenes anteriores, fueron divulgadas por medios de comunicación, un millón de encabezados en las portadas de los periódicos y todos, sentados desde nuestra trinchera, mordiendonos las uñas, apretándonos las manos y sudando frío porque si este año llegamos a un límite en todo, el próximo año el escenario seguramente será peor.
Derivado de lo anterior, me remito a hacer un resumen minucioso de anteriores temas que he abordado relacionado al soez trato que se le ha dado a la naturaleza solo con fines de producir y ganar un capital económico que nos lleve a ponernos en la punta de la montaña para emular una victoria.
El punto número dos de los objetivos de la conferencia, se basa en adaptar, proteger y reestructurar ecosistemas que permitan una vida propicia para la fauna y el humano. La idea parece formidable, como remitiéndome al tiempo de escuela donde trabajamos en equipo y proponíamos la mejora de equis empresa turística, sin embargo, permanecía, se estancaba en una simple idea, sin ir más allá, recibíamos la sonrisa del dueño o gerente, nos agradecía el esfuerzo y no lo volvíamos a ver jamás.
Me interesaría saber si mi paisano en Glasgow, sabe que el sitio de donde proviene, genera más de 9 toneladas al día de basura y en temporada alta de turistas, llega a acumular aproximadamente 20. ¿En qué parte de los puntos estratégicos tanto de la COP26, como de la Agenda 2030, consideran al sector turístico? Siendo el tercer ingreso económico de mayor relevancia en el mundo.
Cuando en Cancún, el destino con más afluencia en el país, recibe año con año (a pesar de la pandemia) a siete millones de turistas, dejando 400 toneladas de basura al día, todas resguardadas entre la selva y la profundidad de nuestro extraordinario azul celeste del mar. Si aquellos desechos no pudieran ocultarse, ¿sería una solución para atestiguar el salvajismo que se le ofrece al planeta?
Las protestas, las marchas y los gritos me parecen un filtro formidable para inyectar presión a las grandes potencias, pero se encuentran resguardadas en un sitio lejanísimo e imposible de penetrar por civiles. ¿No sería mejor centrarnos en crear una cadena de acciones que permitan la conservación de nuestra tierra?
Presionar a nuestros gobiernos para evitar que sigan solapando la construcción de mega proyectos que nos afectan a todos, la selva de Cancún se está terminando por lo mismo, llegará el punto en el que no habrá manera de ocultar la destrucción y nos causará temor, un temor profundo. Entonces ni una marcha ni un viaje de más de 14 horas hasta la cumbre de las Naciones Unidas nos detendrá.
Empecemos por considerar al turismo de una vez por todas.
Confesiones en: Twitter: @aranx_solleiro, Instagram: @arasolleiro y aranxaas94@gmail.com
