Aranxa Solleiro
La indefensión a MiPyMes turísticas
Una de las problemáticas que enfrenta la sociedad restaurantera es la escasa capacitación que puede recibir de parte de autoridades estatales y federales, para el desarrollo idóneo de funciones dentro del espacio.
Como ejemplo está la apropiación de certificaciones o distintivos que otorguen una servucción de calidad, es decir, un proceso de servicio de calidad. Para ello existen certificaciones como: el Distintivo H, el cual avala que el establecimiento cuneta con higiene al momento de la preparación de alimentos y el Distintivo M, cuyo objetivo es hacer mención de la implementación exitosa del Programa de Calidad Moderniza, garantizando una mejor atención y practicas desde la preparación de alimentos, como la atención al comensal, huésped o cliente.
Dichos distintivos son otorgados por la Secretaría de Turismo Federal desde el año 2002, siendo ya más de una década desde su aparición. Sin embargo, a pesar del tiempo, muy pocos espacios del giro, conocen de los beneficios que puede otorgarle a las organizaciones, particularmente si se desea entregarle una imagen y confianza al cliente.
Dentro de la ciudad toluqueña, solamente los establecimientos de grandes cadenas o con gran ingreso económico, las tienen, dejando de lado a pequeñas empresas que desean sobresalir y resistir ante tiempos como los actuales. No obstante, la ausencia de ello no se debe a un recurso económico, sino al poco acercamiento entre la Secretaria de Turismo con los prestadores de servicios.
El enaltecimiento de apoyo a microempresarios, debe ser retratado no solo el discurso necesario de ser un filtro de crecimiento, sino de ser realmente un brazo de soporte ante lo que ellos pueden otorgar para crecer y especialmente, magnificar la gastronomía mexicana o en su defecto, la mixtura entre una cultura con otra.
Conversando con restauranteros, la indefensión de parte de la Secretaría de Turismo ha quedado en un tono sostenido a la decadencia desde 2014, cuando se apostó solamente por aumentar el número de Pueblos Mágicos en el estado. Lo cual ha dejado a la deriva a más de mil establecimientos de alimentos y bebidas en Toluca y el Valle de Toluca.
Posiblemente, quienes fundan un negocio con fines de venta de alimentos, sean egresados de una carrera en gastronomía o turismo, asegurando entre comillas, el conocimiento de dichos distintivos o diversas certificaciones, que contribuyan al servicio del sitio, no obstante, ¿qué pasa con aquellos que llevan más de 20 años establecidos y escasamente han estado sin la adquisición de ellos?
La difusión es un elemento fundamental, sin embargo, también la facilidad para obtenerlos, por ejemplo, los distintivos cuentan con ciertos requisitos que deben de cumplirse, los cuales van desde el tamaño del lugar, los procesos que tienen la mayoría de los platillos, la limpieza y cuidado que deben de tener los alimentos, la iluminación del sitio, la distribución de mesas, entre otras.
Ante ello, por supuesto, el alcance para algunos resulta difícil y casi imposible, porque ni se cuenta con el espacio, ni con el proceso ideal, ni con la iluminación o tipo de utensilios. Generando una ayuda selectiva a solo aquellos que son capaces.
Ante la división y selección de sitios, la Secretaría de Turismo deja desprotegidos a más del 50 % de la comunidad restaurantera o MiPymes del giro gastronómico localizadas en la ciudad y sus alrededores, impidiéndoles tener un valor agregado y por consiguiente, generando mayor confianza y apropiación de su marca de parte de comensales.
Ahora durante la pandemia por Covid-19, las certificaciones y distintivos se han expandido, dado que es esencial contar con un lugar sanitizado por el bien del cliente y del trabajador, empero, solamente el que busca encuentra, es decir, solamente los interesados en tenerlo, son capaces de obtener ciertos beneficios y quienes no se acerquen o pregunten a autoridades turísticas de ello, permanecen en un completo negro infesto de desconocimiento.
La opción posiblemente, es dejar de ver a las Secretarías como un espacio superior, uno jerárquico y de diligencia; como cualquier otra área propuesta por el gobierno, se debe ver por el bien del pueblo, sin importar si esto implica en levantarse del asiento del cubículo de la oficina y caminar hasta dichos espacios, para verdaderamente demostrar un cuidado a aquellos que no pretenden más, que sobresalir y nuevamente, resistir.
Confesiones en: Twitter: @aranx_solleiro, Instagram: @arasolleiro y aranxaas94@gmail.com
(Foto: Aranxa Solleiro)
