Planeación turística del “Pueblo Mágico” El Oro no beneficia los locales

Aranxa Solleiro

Nunca los primeros mazahuas que habitaron el territorio, idealizaron la internacionalización de sus tierras con tintes afrancesados que hoy día, provocan la unicidad del sitio como ningún otro en el Estado de México. El Oro, municipio colindante con Michoacán, fue principal dador de minerales en la entidad mexiquense, sin siquiera saber de ello, pues los primeros pobladores, antes de la invasión de Cortés, apenas obtenían de sus rocas oro.

Sin embargo, cuando los españoles comandaban el sitio, los indígenas y pobladores del municipio, fueron empleados en la recolección de minerales, suscitado a partir del año 1772, cuando de acuerdo a la historia, se descubre el oro y plata en la Hacienda Guadalupe (https://cutt.ly/wQMQTKS ).

A partir de entonces, El Oro ha sido un espacio en donde los locatarios han debido de soportar estrategias de negocios y conquistas insoslayables impuestas por capitales internacionales, dejando sin recursos al destino y teniendo que trabajar para otros. Hasta que en la época del Porfiriato, nuestro Pueblo Mágico desde 2011, obtuvo la construcción de ferrocarriles y minas como: la Esperanza, El Consuelo y la Providencia y con ello, mayor oportunidad de sustento en los residentes.

Su riqueza no solo se centra en lo natural, su gastronomía y su imagen, abonan a la planificación turística, que sin dudarlo, ha sido de las principales fuentes sociales y económicas del espacio. Dentro de sus 14 inmuebles y sitios turísticos representativos, se encuentran: el Palacio Municipal, el Teatro Juárez, la Estacón de Tren, el Restaurante “El Vagón Express Minero”, el Museo de la Minería, el Centro Artesanal, la Capilla de Santa María de Guadalupe, la Presa Brockman y Tiro Norte.

Empero, a pesar de que ya son 10 años de ser un Pueblo Mágico, los beneficios de ser un espacio turístico, han llegado brevemente a la población de 39 mil 958 personas, en tanto que de ellas 17 mil 529 se encuentran en situación de pobreza moderada y 3 mil 855 en pobreza extrema, haciendo en suma 21 mil 384 habitantes, sobrepasando a la mitad de la población sin una calidad de vida considerable.

En entrevista con residentes del Municipio, Rodolfo Colunga de 67 años, comenta que no ha sido la mejor planeación turística en el destino, dado que solo se dio el nombramiento, no obstante, pocos son los residentes que obtienen un ingreso considerable. Él, es vendedor del licor conocido como “la Chiva”, la cual es tradicional y representativa de su gastronomía.

“No son buenos los planes que nos han puesto, se han dedicado a construir o mejorar ciertos espacios, pero la verdad es que no se ha visto un impulso bueno para que nosotros obtengamos una ganancia. No hablo, por supuesto desde ahora en la pandemia que han sido mucho más tiempos difíciles, sino desde siempre. Uno sigue haciendo el licor por tradición, porque es algo ya de herencia y de que quieres conservar de tu familia, pero no tanto como una forma de negocio.” Detalló.

Así como Rodolfo, Claudia Gómez de 45 años es cocinera en una de las fondas más tradicionales del municipio, empero, sus ingresos no solo han ido bajando desde el tiempo pandémico, sino que percibe que el nombramiento de Pueblo Mágico, nunca ha dado un impulso a los habitantes.

“De repente antes de la pandemia sí se veía más turistas, especialmente gente de Ciudad de México o luego venían extranjeros, llegamos a recibir a gente alemana y de Japón, pero eso se fue acabando, tampoco es que vinieran mucho pero de no ser por los mismos habitantes que ya nos conocen de muchos años, la verdad es que no tendríamos para seguir vendiendo, esto no se sostiene del turismo y casi no vienen a darnos apoyo, uno solito va saliendo como puede pero así que de verdad se vea un cambio porque somos Pueblo Mágico, pues no. La mayoría de los que ya vienen con guías, llegan a visitar otros lugares y no comen en nuestra fonda, supongo que por ser un espacio pequeño, ellos mejor eligen restaurantes más grandes o “El Vagón” pero no vienen aquí.” Aseguró.

Más allá de ello, los residentes viven problemáticas adversas que, contribuyen a una falta de atención a sus necesidades y por ende, a una carente administración turística, pues de acuerdo al Gobierno mexicano en su Informe anual sobre la situación de pobreza y rezago social 2021 en El Oro, 9.4 mil habitantes no cuentan con drenaje en sus hogares y 2.7 mil no tienen accesos al agua, detallando aún más, la poca aplicación de ingresos obtenidos por el turismo.

Enfatizando que, a partir del 2011, año de su nombramiento al programa, se han invertido 15 millones 800 mil pesos en iluminación y restauración de atractivos turísticos, lo cual los locatarios señalan como ineficiente pues comentan, que sería preferible si lo invierten en sus necesidades inmediatas para así, mejorar en conjunto al sector.