16/Apr/2024
Portal, Diario del Estado de México

Confesiones de turista

Fecha de publicación:

Desequilibrio socioambiental del turismo

Aranxa Albarrán Solleiro

En el invierno del inicio del presente siglo (año 2000), tenía escasos seis años de edad, mi padre pertenecía al club de los entusiastas por pasar al menos una semana entera en el puerto exquisito -por obligación- de la República Mexicana: Acapulco.

Mi primer encuentro con él y su calor fatigante, debió haber sido cuando mi memoria inexplorada no contaba con la capacidad de retención, por lo que ir al destino, me parecía común, mucho más común de lo que otros de mis correlativos podían creer en aquel entonces.

Mi concepto sobre el sitio, comenzó a expandirse cuando tenía el conocimiento de un vocabulario preciso para describir su peculiar belleza, el cual impactaba en comentarios como: “es bonito”, “¡mira el mar qué grande es!”, “hace mucho calor”, “me gusta mucho la arena”, “desde aquí se pueden ver los peces”, “el atardecer es precioso”, “aquí venden mucho pescado”, “¿ya viste cómo la gente se avienta desde esa montaña?”, entre otros argumentos pueriles, no obstante, el impresionismo adyacente a cada una de las vivencias de mi infancia en el lugar, me hicieron adoptarlo -en aquel entonces- como mi lugar favorito.

Entre sueños efímeros, mis deseos por vivir en la costa acapulqueña se acrecentaban cada vez más, pues, pensaba, que la mayoría de sus habitantes convergían en espacios comunes como en los que yo lo hacía, que sus casas eran aquellas que parecían hoteles, sabiendo evidentemente de que eran eso, hoteles, y que sus dificultades de vida eran mínimas, pues se les veía todo el tiempo felices vendiendo sus maravillosos tamarindos, sus artesanías, en los tatuajes ficticios que marcaban en la piel, vendiendo cocos con sal, limón y chile y creando espectaculares diseños en la cabellera de mujeres.

Me volví cautiva de los poderes de un turismo perfecto, a través del cual es casi imposible distinguir sus costuras y pensaba: viajar, estar y pasear por lo más bonito, siempre te hará pensar que es la realidad.

21 años después, mi pensamiento engendrado por los estudios en turismo que llevo marcados desde hace más de siete años, deviene en una reflexión crítica a través del conocimiento adquirido basado en las experiencias de investigación y vivencias dentro del mismo espacio pero fuera de éste, es decir, lejos de aquel sitio que solo ha sido construido para visitantes y no para quienes yo divisaba felices.

Ante este tipo de ejemplo acapulqueño, enfatizo en principio, a la sociedad perteneciente a la entidad con 66.5 % de su población en pobreza, lo cual equivale a 2 millones 412 mil 200 personas, dicho así por Coneval en 2020, sobrepasando a la mitad de su población enriqueciendo a través del turismo magníficamente, a empresarios que subyacen en la zona arenal, cuya prohibición para confluir en ella si no perteneces a cualquiera de sus establecimientos es, extremadamente soez.

A dicho proceso de apropiación turística dibujada con el fin de mejorar la calidad de vida de los residentes, se le conoce como desequilibrio socioambiental, en el que se remarca la división de clases y su relación con la naturaleza por medio de una producción (actividad turística), la cual se basa en una diligencia de clases dominantes con el fin de una obtención de ganancias.

Entre más naturaleza tenga el espacio, más capital obtenido para empresarios.

Ahora bien, en México, todo espacio turístico vendido por medio de su riqueza natural, incita a una separación de actores sociales que impiden la obtención directa de las ganancias generadas por el sector turístico, uno de los ejemplos clarividentes es el actual Tren Maya que se rige en totalidad bajo un esquema neoliberal, faltándole a los principios de la 4T, ya que en el largo plazo, los ingresos serán captados por las empresas trasnacionales. El Tren se ha promovido como sinergia para el desarrollo regional, sin embargo, las repercusiones sociales y ambientales serán absorbidas por las comunidades receptoras.

Misma situación se presencia no solo en Acapulco, sino en Valle de Bravo, Santuario de la Mariposa Monarca, Malinalco, entre otros inacabables lugares. Los Megaproyecto turísticos nacionales, no han sido capaces de mejorar las líneas de bienestar de los destinos donde se desarrollan, “la 4T y su proyecto de nación son resultado de la política neoliberal imperante en el planeta, el modo de vida que se plantea no es de carácter humano o de desarrollo de las regiones menos favorecidas, sino tiene una racionalidad de tipo económico, la cual no ha sido modificada desde su llegada en la década de los ochenta.”

Tal parece que el cambio aún no estará por llegar.

Confesiones en: Twitter: @aranx_solleiro, Instagram: @arasolleiro y aranxaas94@gmail.com

Noticias Relacionadas

Brújula Sociopolítica

16/11/2020

16/11/2020

Eduardo Jaramillo Rodríguez  Un futuro incierto para  México    Independientemente al resultado final que tenga el proceso electoral de los EU, los...

Derecho de Picaporte 

28/09/2022

28/09/2022

Alfonso Godínez Mendiola   Avanza en Congreso de Edomex ley de gobiernos de coalición.  Eric Sevilla con el dinosáurico sector obrero...

Derecho de Picaporte

19/11/2020

19/11/2020

Alfonso Godínez Mendiola  El líder nacional del PRI, Alejandro Moreno Cárdenas, visitó al priísmo de Nuevo León, donde se reunión con los sectores y las...

ANÁLISIS

09/11/2021

09/11/2021

Tomás Flores Rosales  • Pablo Gómez, tras la ruta del dinero en paraísos fiscales .  • Alfredo Del Mazo y...

Derecho de Picaporte

06/07/2022

06/07/2022

Alfonso Godínez Mendiola  Espectaculartitis.  Emite Morena Convocatoria.  ¿Le creen los magnates a Alito?  Vaya ola de espectaculares de los “suspirantes”...