23/Apr/2024
Portal, Diario del Estado de México

Bandera blanca/ “La democracia no fracasa”, pero quieren que fracase

Fecha de publicación:

Leobardo Hernández

El triunfo es un hecho a pesar del INE

“el INE no cumplió en muchas partes con traducir la pregunta a las lenguas de raíz maya.  Tampoco explicó de qué se trataba y, en varios lugares, sólo dejó botadas las casillas, sin explicar a los pobladores para qué son”.

Subcomandante insurgente Galeano

Pese a la enigmática pregunta que impusieron los jueces; sobre la nula difusión del INE acerca de la consulta y lejos de la narrativa implantada por los medios masivos del oficialismo empresarial para inhibir la participación y detonar la apatía (como hacen desde siempre), el 1 de agosto 7 millones de mexicanos acudieron a la consulta popular para manifestar un contundente Sí a la revisión “de las decisiones tales y tales…”, al juicio a expresidentes, para hacerlo sencillo.

Antes de la tal consulta, de los comentarios “populistas” de AMLO, probablemente quizá ni 7 millones de mexicanos conocían la Ley de Consultas Populares, publicada en 2014 y reformada, aunque eficazmente mañosa en cuanto a la participación ciudadana. Estas trabas legales se fundan en dos naturalezas:

1, que la población mexicana (una gran, inmensa mayoría no puede abandonar sus labores porque implican pérdidas irremediables para sus bajos recursos) tenga en un tiempo muy limitado que levantar un gran consenso para iniciar una consulta popular. Por tanto, impedir un mecanismo eficaz y sencillo para la apropiación ciudadana de su derecho a incidir en decisiones gubernamentales.

2, la ley aprobada en 2014, evidentemente, se emite bajo el régimen totalitario priista, concede al INE la potestad para convocar a consulta (si esta logra librar el gran proceso burocrático y se aprueba) “como se le dé la gana”. Subrayo que tiene la alternativa de reducir de 3 a 1 (66%) la instalación de casillas, como lo hizo por “considerarlo necesario”.

En este sentido, la importancia de ejercer este derecho no solo implica el tema de los juicios. El paradigma de fondo es la apropiación de estas mecánicas para ejercer influjo y lograr, por ejemplo, que esta ley sea más accesible y obligue a las autoridades como el INE a implementar una logística equiparable con las elecciones. En la medida en que la ciudadanía la conozca y desee participar podrá incidir también en estas potenciales reformas.

Acerca del flujo en la consulta, es relevante reconocer que la mayor parte de la participación activa fue de jóvenes, personas de la 3ª edad y poblaciones originarias. Durante una entrevista que sostuve con una de las votantes, dijo: “como no hay despensa, no hay votos”. Es cierto. En rigor no había un beneficio tangible (para quienes son ávidos de recompensas directas porque ni la ética ni la reflexión les alcanza para una ambición colectiva superior). En este sentido nació la falacia de “la ley se aplica, no se consulta”, añorando esa época dorada donde García Luna y Loret de Mola hacían cumplir la ley sin consultar a nadie, supongo.

Así aspiramos a la exhibición para conocer lo que ya sabemos. Hechos delictivos que, no obstante, fueron concebidos dentro del marco legal. La ley, por desgracia, no es retroactiva. El saqueo de recursos naturales se aprobó en la cámara, la progresiva privatización de Pemex, por citar uno de muchísimos, inicia en 1994, no es de Peña nada más.

La corrupción no era delito grave y por esta circunstancia las abominables acciones de los políticos ya prescribieron, aunque quedan los del gobierno más reciente, que lamentablemente (para nosotros) están amparados bajo ese marco jurídico. Sin embargo es posible, ante la descarada corruptela, iniciar procesos correspondientes. Veremos qué acciones se toman al respecto.

Una celebración ominosa

Los ciudadanos que se burlan del “fracaso” de la consulta, y de quienes participaron, no solo muestran una condición indolente contra su propio entorno, contra sí mismos: manifiestan un conformismo lapidario y aberrante, evidencian que no moverán literalmente un dedo para transformar su estatus. Critican a quienes votaron “por borregos”, siendo propiamente una manada, o más bien un montículo de piedras inertes que obstruyen el paso a la democracia.

Estas personas adquieren de inmediato la categoría intelectual de grandes pensadores como Vicente Fox o Felipe Calderón, entre otros, pero estos dos personajillos pendencieros son sus propios abusadores. Ya lo dice el refrán: “el que por su gusto es buey, hasta la coyunda lame”.

Los grandes héroes

Las naciones originarias del país que reclaman justicia, los jóvenes irreductibles en la ambición de libertad, los sabios ancianos que han soportado el abuso y la venganza del poder y fueron a decir que Sí les interesa convertirse en ciudadanos activos, que anhelan hacer suyas las acciones de transformación, son los grandes héroes. Y es elemental recuperar su ejemplo y mantenerlo siempre.

(Foto: redes)

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