Elena Aguilar
Daniel Plácido y Jorge Rivera Sánchez serían dos de los primeros presos beneficiados por la Ley de Amnistía en el Estado de México, pese a que cumplen sentencia por haber cometido un delito de alto impacto; sin embargo, no lograron la liberación. Ambos, dejaron a sus hijos cuando tenían apenas unos meses de nacidos, hoy son niños que junto con sus madres reclaman la liberación de sus padres.
En ambos casos las familias estaban confiadas, pues llevaban un avance significativo en el trámite de la amnistía, sobre todo el respaldo de la Comisión de Derechos humanos estatal, por lo que ambos asuntos fueron incluidos dentro de la lista que ingresó el colectivo Zeferino Ladrillero ante el Poder Judicial, junto con otros 50 asuntos de presos por delitos de alto impacto, además de 100 por delitos menores.
Karina Rivera Sánchez y Silvia Reyes Medina, en marzo, estaban confiadas en que sus familiares quedarían libres, cuando entró en vigor la ley en la entidad mexiquense, ambas coincidieron en que serían los primeros beneficiados, incluso reconocieron que tras años de lucha, recibirían una “justicia que creyeron que no existía”, hoy son dos mujeres rapadas que entregaron su cabello como el único bien material con que cuentan para entregar al Poder Judicial a cambio de ser escuchadas.
Silvia Reyes comentó que Luis Edgardo Ávila Reyes era estudiante de ingeniería, cuando lo aprehendieron acusado del homicidio de una persona que jamás fue localizada, es decir, el cadáver no existió. Tras varios años de investigación demostraron que fue víctima de tortura, y que fue detenido por ser moreno, pobre, y no tener dinero para contratar un abogado defensor. No conoce a su hijo fuera de la cárcel, por siete años lo ha visto solo detrás de las rejas.
Daniel Plácido, era un mecánico, tiene dos hijos, cuando lo sentenciaron eran bebés, ahora son dos niños que acompañan a su tía y su mamá en las protestas para lograr su liberación. A él lo acusaron de secuestrar a un taxista, pero la víctima nunca se presentó ante la autoridad.
Su hermana, Laydi Plácido dijo que sin testigos, víctimas, ni pruebas, fue condenado por el delito de secuestro bajo el argumento de haberlo identificado por ser “moreno y estar sucio de la ropa”. En entrevista narró que de acuerdo a los señalamientos del Ministerio Público, “para justificar su aprehensión”, este joven habría secuestrado a un muchacho que tomó un taxi en la calle de Carranza, cerca del centro de Toluca.
“Se supone que a bordo del taxi que tomó la víctima en la calle, iba mi hermano, quien lo amagó con un arma, se robó el vehículo y secuestró a la víctima cuando circulaban por una delegación de Toluca”, explicó Laidy.
Dijo que en las audiencias, la Fiscalía estatal presentó como único testigo a una persona que no vieron físicamente sino escucharon en una grabación con voz distorsionada, quien dijo haber visto a Daniel conducir un taxi y al tiempo que empuñaba un arma con la que amagó a la víctima.
Platicó que su hermano tenía 23 años cuando se lo llevaron un grupo de hombres vestidos de negro que llegaron una tarde a casa de sus papás, dónde él vivía junto con su esposa y dos hijos, en San Pedro Totoltepec, municipio de Toluca. Detalló que – junto con sus padres- lo buscaron en hospitales, el Servicio Médico Forense (Semefo), hasta que fueron a la primera audiencia en el penal de Santiaguito, en Almoloya de Juárez, donde fue acusado “injustamente”.
Refirió que, en una primera ocasión Daniel fue sentenciado a 70 años de prisión, resolución que fue apelada, pero solo logró la reducción de la pena a 65 años, sentencia que se obtuvo con la declaración de un solo testigo, pese a que la defensa comprobó que Daniel se encontraba trabajando en su taller de talachas cuando se cometió el supuesto secuestro, pues el juez desechó los argumentos y los exámenes que comprobaron la “tortura” a la que fue sometido por horas.
“Esta injusticia jamás debió suceder. A mí hermano le destrozaron la vida y no les importó. Es inocente y lo privaron de ver crecer a sus dos hijos a cambio de cumplir una cuota porque era inocente”, afirmó Lady Plácido.
(Foto: Elena Aguilar)
